Wednesday, March 23, 2016

Cuba después de Obama

Cuba después de Obama

Obama hizo un valiente discurso en Cuba a favor de la democracia
Pero sus palabras pronto quedaran enterradas en un alud de propaganda
política
Solo una ofensiva diplomática internacional ayudara a impulsar cambios
en Cuba

ANDRÉS OPPENHEIMER
aoppenheimer@miamiherald.com

El discurso del presidente Obama en Cuba a favor de la democracia y los
derechos humanos en la isla fue relativamente bueno, pero no nos hagamos
ilusiones: sus palabras serán enterradas por una avalancha de propaganda
política del régimen de Castro dentro de la isla, y puede que pronto se
convertirán en una memoria vaga para la mayoría de los cubanos.

No es mi intención restarle mérito al discurso de Obama en La Habana, ni
a su política de apertura hacia la isla, tal como lo está haciendo buena
parte de la derecha estadounidense. Al contrario, la decisión de Obama
de revertir la política estadounidense hacia Cuba fue en general
acertada, tras cinco décadas de intentos fallidos de aislar a la isla.

Pero Obama podría haber hecho mejor las cosas. Durante su visita a Cuba,
el presidente de Estados Unidos fue excesivamente conciliador e
innecesariamente amable con el dictador cubano Raúl Castro.

Obama podría haber hecho el mismo viaje y celebrar una reunión oficial
en La Habana con Castro, pero dando un discurso más fuerte, sin dejar de
ser respetuoso con su huésped. Podría haber obviado sus alabanzas a los
presuntos logros de Cuba en salud y educación, que dejaron de existir
hace por lo menos dos décadas, y podría haber evitado la foto junto con
Castro disfrutando alegremente de un partido de béisbol.

Hubo cosas que hay que aplaudir. En su discurso transmitido en vivo en
la isla al final de su histórica visita de tres días, Obama dijo: "Creo
que los ciudadanos deben tener la libertad de decir lo que piensan sin
miedo, para organizarse y criticar a su gobierno, y para protestar con
toda tranquilidad." Y añadió: "Y sí, creo que los votantes deben ser
capaces de elegir a sus gobiernos en elecciones libres y democráticas".

Por otra parte, Obama subrayó una y otra vez que Estados Unidos ya no es
un enemigo de Cuba. Eso estuvo bien, porque desacredita la vieja excusa
del régimen de Castro de que Cuba no puede permitir elecciones
democráticas ni una prensa libre porque supuestamente es una "plaza
sitiada".

Sin embargo, José Miguel Vivanco, jefe del departamento para las
Américas de Human Rights Watch y un partidario de la apertura de Obama
hacia Cuba, señala que Obama "debió haber sido mucho más claro y
específico, y exigir las urgentes reformas que hacen falta para que los
cubanos puedan vivir en una sociedad abierta".

Vivanco señaló que, entre otras cosas, Obama debería haber señalado que
el régimen cubano esta bloqueando el acceso a paginas web de periodistas
independientes, negando derechos sindicales, y utilizando una
legislación "orwelliana" que permite encarcelar a los cubanos por hasta
4 años por actividades "pre-delictivas".

Obama también merece el aplauso por haberse reunido abiertamente con los
líderes de la oposición pacífica en La Habana.

Pero poco antes del viaje de Obama a Cuba, el fundador de la Comisión de
Derechos Humanos y Reconciliación Nacional de Cuba, Elizardo Sánchez -
uno de los participantes en la reunión con Obama - me había dicho que no
debíamos hacernos ilusiones de que el discurso de Obama tendría un gran
impacto en Cuba.

Sánchez me recordó que en la isla no hay periódicos ni estaciones de
radio o televisión independientes. Y me recordó que el ex presidente
Jimmy Carter y el Papa Juan Pablo II también pudieron hacer discursos
transmitidos en la isla, pero su impacto fue de corta duración.

Segun me advirtió Sanchez, "Castro puede permitir que Obama diga lo que
quiera, porque luego, con su enorme maquinaria de propaganda interna y
externa, y sobre todo su aparato de intimidación policial, Castro puede
borrar de la memoria de la gente el mensaje de Obama".

Y en cuanto a la reunión de Obama con los disidentes, la maquinaria
propagandística del régimen acentuará que la reunión se llevó a cabo en
la embajada de Estados Unidos para seguir alimentando su ridículo relato
de que todos los opositores cubanos son "mercenarios" estadounidenses.

Mi opinión: El discurso conciliador de Obama fue digno de aplauso,
porque hace más difícil a la dictadura de Castro continuar sosteniendo
el mito de que no puede permitir libertades fundamentales porque el país
está bajo una supuesta amenaza de invasión yanqui.

Pero eso no significa que el discurso de Obama será un parteaguas en la
historia de Cuba. Sólo una ofensiva diplomática internacional apoyando a
la oposición pacífica cubana ayudaría a forzar una verdadera apertura
política en la isla. Esa es una asignatura pendiente para Obama, y para
quien lo suceda.

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No se pierdan el programa "Oppenheimer Presenta", los domingos a las 9
p.m. en CNN en Español. Twitter @oppenheimera

Source: Cuba después de Obama | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-oppenheimer-es/article67725112.html

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