Bruno Rodríguez: A las Damas de Blanco no les impedimos marchar
En extensa entrevista de Euronews TV
viernes, febrero 5, 2016 | Agencias
EURONEWS.- Los embargos comerciales van cayendo uno tras otro. La visita
oficial de Raúl Castro a Francia habla de una nueva realidad entre Cuba
y Europa. Entre Cuba y el mundo. No faltan las imágenes simbólicas. En
agosto de 2015 hubo otra muy icónica: la bandera estadounidense volvía a
ondear en el Malecón de La Habana. 8 meses antes, Barack Obama y Raúl
Castro anunciaban la normalización de las relaciones entre Estados
Unidos y Cuba.
La Revolución castrista camina hacia una nueva etapa, de manera gradual
y a dos velocidades. Habrá vuelos diarios a Miami, se adivina una nueva
clase media, se pueden obtener licencias para trabajos privados y la
compraventa de coches o viviendas; aunque la mayoría de los cubanos no
puedan pagarlas.
Pero el sistema político sigue asentado sobre una élite ligada a las
Fuerzas Armadas y el partido comunista es todavía la única fuerza legal
en la isla. La nueva realidad económica, por ahora, no parece traducirse
en una mejora sustancial de los derechos humanos y las libertades
individuales. Para saber más sobre esta crucial etapa que atraviesa
Cuba, entrevistamos al ministro de Asuntos Exteriores, Bruno Rodríguez
Parrilla.
Canciller Bruno Rodríguez Parrilla, gracias por aceptar nuestra
invitación. El Presidente Raúl Castro ha elegido París para su primera
visita oficial a la Unión Europea. ¿Por qué? ¿Va a tener Francia un
trato privilegiado por su disponibilidad a reestructurar la deuda cubana?
Desde la Revolución Francesa hay una influencia muy especial de Francia
en Cuba. Hay una relación sólida, confirmada por décadas de historia
reciente. Un desarrollo muy positivo de los vínculos bilaterales y
reconocemos el liderazgo que Francia representa en Europa. Siento que
esta visita marca una perspectiva especial para el desarrollo de los
vínculos bilaterales. Es una visita, sin duda, histórica. Las
circunstancias llevaron a que el Presidente Hollande visitara La Habana
meses atrás, lo cual constituyó un paso decisivo. Y ahora, el Presidente
Raúl Castro Ruz reciproca ese gesto en París.
¿El tono de esta visita es marcadamente económico, pero el tema de los
derechos humanos ha estado sobre la mesa en los encuentros con las
autoridades francesas?
La visita es muy polifacética, no exclusivamente económica. Se ha
intercambiado sobre numerosos temas de naturaleza política. Francia y
Cuba comparten numerosas coincidencias en la agenda internacional. De
manera que los vínculos son diversos y, por tanto, los intercambios
también lo han sido. El tema de los derechos humanos no ha sido central,
pero hemos intercambiado opiniones sobre coincidencias y, al mismo
tiempo, preocupaciones que son recíprocas.
Los países europeos menos receptivos con los cambios actuales o por
decirlo de otra manera más exigentes con la situación de las libertades
individuales en la isla ¿van a perder oportunidades de negocio en la
nueva Cuba?
La Unión Europea y Cuba tenemos desde hace años un diálogo político de
alto nivel, que incluye temas diversos. Y más recientemente, iniciamos
un diálogo bilateral sobre derechos humanos basado en un proceso que se
inició en 2010 durante la presidencia francesa europea. Las empresas
francesas han tenido desde hace años una presencia muy importante en
Cuba. De la misma forma que habría que reconocer que otros miembros de
la Unión Europea son socios tradicionales en materia de relaciones
comerciales e inversión. O son importantes emisores de turismo a Cuba.
No habría que mezclar los temas políticos y relaciones mutuamente
beneficiosas.
En diciembre de 2014, Barack Obama y Raúl Castro anunciaron el inicio de
la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Desde
entonces se han producido multitud de gestos simbólicos, pero quizás no
ha habido menos avances concretos o tangibles. ¿Ha habido un exceso de
optimismo?
No lo creo. El anuncio del 17 de diciembre fue sorpresivo y sin duda
importante. Resultaba insólito para el planeta escuchar al Presidente de
los Estados Unidos de América reconocer que la política de estos 50 años
ha sido fallida, que ha provocado daños humanitarios a nuestro pueblo.
En realidad se produjo entonces el inicio de las discusiones que
llevaron al restablecimiento de relaciones diplomáticas y a la
reapertura de embajadas, que ocurrió durante el verano pasado. Yo siento
que ha habido progresos en materia de diálogo y de cooperación, en
numerosos temas de interés bilateral común. Y que, aunque se han
adoptado algunas medidas de carácter positivo, pero muy limitado, en
relación con la modificación de la aplicación del bloqueo, es donde
nosotros no apreciamos avances tangibles.
¿Les ha dado Washington una fecha para el final de las sanciones? ¿Se va
a anunciar antes de que Obama deje la Casa Blanca?
Es difícil decirlo. El bloqueo es el gran tema. La manera en que se
modifique la aplicación del bloqueo con vistas a su eliminación será lo
que determine el sentido y el alcance del proceso que está ocurriendo
entre los Estados Unidos y Cuba. No habrá normalización, obviamente, sin
la completa terminación del bloqueo, que requeriría una decisión de
naturaleza congresional. Sin embargo, el Presidente de EEUU conserva
facultades ejecutivas amplísimas, que si decidiera usarlas con
determinación podrían modificar muy sustancialmente la aplicación del
bloqueo.
Este es un año de elecciones en Estados Unidos ¿El relevo que viene en
Washington puede afectar al deshielo? ¿Qué candidato le conviene más a Cuba?
En una democracia funcional cualquier candidato que sea electo tendría
que seguir los dictados de los electores, los deseos de los votantes, la
voluntad de las personas que pagan impuestos. Nadie discute hoy que hay
una mayoría muy amplia en la sociedad estadounidense en todos sus
sectores que favorece la terminación de una política anclada en la
guerra fría, que no ha dado ningún resultado aparte de provocar daños
humanitarios considerables a todas las familias cubanas. Sin embargo,
habría que reconocer diferencias entre unos candidatos y otros.
Cualquiera de ellos o ellas, sin duda se encontrará una situación nueva,
inédita, en las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba.
¿Temen ustedes en Cuba que el final del embargo propicie una
"norteamericanización" de la cultura cubana que, de alguna manera, ponga
en peligro la transición tranquila que quiere La Habana?
No sería posible. Cuba fue colonia de España y surgió una nación con una
fuerte identidad. La cultura cubana es de una fuerza y originalidad
considerables. Los cubanos somos cubanos. Una relación normal con los
Estados Unidos sería totalmente natural. Hay vínculos culturales, ha
habido una relación tradicional entre los pueblos estadounidense y
cubano a pesar de las relaciones de conflicto entre ambos gobiernos.
Claramente nuestra cultura protegerá nuestra identidad porque no tendría
sentido que después de una larga lucha de 50 años Cuba termine con una
economía de transnacionales norteamericanas ni de ningún otro lugar.
Otro gran frente diplomático que tiene abierto Cuba es la UE. Las
negociaciones sobre un acuerdo de cooperación se abrieron en 2014. El
suyo es el único país de América Latina y el Caribe con el que la Unión
Europea no tiene acuerdo bilateral. ¿Cómo van las negociaciones?
Marchan bien, al ritmo habitual en negociaciones de esta naturaleza. Yo
siento que se han producido progresos, noto más comprensión en la Unión
Europea de cómo podría ser su relación con Cuba. Escucho a algunos
representantes de la Unión Europea que piensan que las negociaciones
pueden terminar en corto plazo. La Unión Europea, obviamente, debería
tomar decisiones propias con relación a viejas políticas que no tienen
ninguna vigencia ninguna real, pero son irritantes desde el punto de
vista jurídico. Siento que de encontrarse avenencias en los temas que
faltan se podría avanzar rápidamente.
¿Cree que ese entendimiento con la UE llegará antes de que acabe el
embargo? ¿Supondrá ese acuerdo el fin de la llamada "posición común"?
Creo que se refería a eso cuando hablaba de posturas irritantes.
Expliquemos que es la Posición Común: es la política adoptada por la
Unión Europea en 1996, que condiciona y condiciona el diálogo a los
avances en derechos humanos y libertades.
Es difícil saber cuándo terminará el bloqueo estadounidense contra Cuba.
La Asamblea General de las Naciones Unidas, la Unión Africana, los
acuerdos entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la
Unión Europea reclaman que el bloqueo sea abrogado inmediata e
incondicionalmente. Los hechos en la sociedad norteamericana
determinarán el ritmo de ese proceso. Así que es difícil hacer
comparaciones. En efecto, la llamada Posición Común de la que casi nadie
se acuerda hoy, estableció condicionalidades que quedaron en el pasado
porque desde 1996 hasta ahora Cuba ha firmado acuerdos o declaraciones
prácticamente con todos los gobiernos de la Unión Europea que establecen
lo contrario del sentido unilateral y de establecimiento de condiciones
que pretendió aquel viejo documento que se sabe que se impuso de manera
rápida, apresurada, con clara motivación política.
El proceso de reformas se ha acelerado desde 2011. Pero de las 313
medidas originales se han implementado un 21%, el 79% restante están en
proceso. ¿Con qué frenos se están encontrando? Por ejemplo, un dato: en
2015 se registraron menos trabajadores privados que en 2014.
No estoy seguro de cuál es la fuente de su información.
Es un documento del Partido Comunista Cubano…
Sí, pero ese documento no dice que el 21% de las políticas se hayan
implementado. Dice que se han ejecutado de manera que se pueden dar por
concluidos los objetivos que se propusieron con aquel 21% de aquellas
decisiones de naturaleza económica y social. A mí me parece que este es
un proceso que marcha bien. No estoy seguro que su dato en relación con
la disminución de trabajadores no estatales sea exacto. En realidad ha
habido un crecimiento significativo de trabajadores que funcionan en
pequeños negocios o en otros ámbitos fuera del sector de la economía
estatal.
Precisamente, ¿en qué modelo se inspira Cuba para combinar, entre
comillas, medidas capitalistas con una economía planificada dentro de un
sistema políticamente hermético? ¿China? ¿O La Habana tiene su propia
vía, su propia fórmula?
Hay diferentes experiencias en el mundo, diferentes referentes. El
modelo cubano es y tiene que ser necesariamente original. Tomamos las
mejores experiencias, hemos estudiado otros procesos socialistas y hemos
estudiado también otros procesos de desarrollo de otros países y estamos
haciéndonos nuestro crisol, nuestro propio modelo basado en nuestra
propia experiencia y en nuestras propias prioridades. De manera que es
cierto que es un modelo que toma en cuenta elementos de mercado, pero
que preservará una economía socialista.
Los procesos abiertos con Estados Unidos y la UE de los que hemos
hablado y las propias reformas internas parecen estar teniendo una
repercusión moderada en el tema de derechos humanos ¿Por qué se impide a
ciudadanos cubanos no violentos, como las Damas de Blanco, manifestarse
libremente?
El hecho de que nosotros estemos desarrollando una economía socialista
no implica en modo alguno ninguna restricción para la posibilidad de
trabajar sobre la base de intereses económicos conjuntos, desarrollar
asociaciones económicas con empresas mixtas. En relación con el modelo
político cubano y los derechos humanos es cierto que hay percepciones
distintas. Pero puedo refutar que se impida a personas como las que
usted menciona manifestarse pacíficamente, de hecho entiendo que lo
hacen con mucha frecuencia. Debo también señalar que en materia de
derechos humanos es cierto que puede que tengamos diferencias en
nuestras respectivas visiones. Para mí, los derechos humanos son
universales e indivisibles. Hace mucho daño a la causa de los derechos
humanos su politización y la existencia de dobles raseros.
Lamentablemente esto ocurre bastante en los debates sobre este tema en
el mundo y alguna prensa también presenta visiones sesgadas en esta
materia. Para mí, por ejemplo, el derecho al empleo es un derecho humano
fundamental. No sé qué opinará la mitad de los jóvenes españoles que no
acceden a él, pero para mí es un derecho humano fundamental. Para mí
también los derechos económicos, sociales y culturales no son un mero
dejar hacer, sino que su garantía es responsabilidad directa de los
Gobiernos. Estos derechos para mí son indivisibles de los derechos
políticos y las libertades civiles. Hace poco hablábamos de la
democracia estadounidense en relación con el tema del bloqueo y la
voluntad real de los electores. Pero, reconozco que hay diversidad de
modelos políticos y yo me siento muy feliz y muy cómodo con la
democracia cubana.
Su Gobierno siempre ha negado tradicionalmente la existencia de presos
políticos, aunque numerosas organizaciones internacionales y dentro de
la propia Cuba, denuncian que todavía hay presos de conciencia. También
denuncian que las campañas de intimidación y represión contra disidentes
y opositores no han cesado. ¿Qué tiene que decir a estas acusaciones?
Refutarlas simplemente. En primer lugar habría que ponerse de acuerdo en
una definición de presos políticos. Si usted considera que una persona
que recibe pagos de un Gobierno extranjero por realizar determinadas
actividades políticas es un preso político, tendríamos una noción
distinta. En Francia o en Estados Unidos se les llama agentes de
potencias extranjeras. Algunos de estos grupos que se mueven en Cuba y
que incluso son tolerados se sabe que reciben financiación de países
europeos o del propio Gobierno estadounidense. Violaciones de los
derechos humanos se producen muy gravemente en el territorio que ocupa
la base naval de Guantánamo, sobre la que usted no me ha preguntado. Se
sabe que allí permanecen personas secuestradas en un limbo jurídico
desde hace una década, que fueron juzgadas por supuestos militares sin
derecho a la defensa o que se encuentran en alimentación forzada cuando
hacen huelga de hambre bajo condiciones que todo el mundo reconoce que
son de tortura sistemática. Se sabe que algunos países han tenido
situaciones diversas en esta materia en relación con el secuestro de
estas personas o cárceles secretas o ilegales donde estuvieron retenidas
antes de ser llevadas a Guantánamo. No se podría hablar de ningún país
que haya alcanzado la perfección en materia de derechos humanos. No sé
cómo funcionarían los derechos humanos en Europa si sufrieran
condiciones como las que ocurren en Cuba con el bloqueo económico,
comercial y financiero. O si una potencia de la proporción entre Estados
Unidos y Cuba considerara que su política hacia Europa es el cambio de
régimen. Esas son las circunstancias en las que mi país ha vivido
durante cinco décadas.
Para terminar le quiero preguntar por el expresidente Fidel Castro.
Lleva ya una década retirado, con contadas apariciones en público.
¿Sigue siendo una inspiración para Cuba?
Sigue siendo una inspiración para Cuba, un referente moral. Un liderazgo
político y moral insustituible. Profundamente querido por nuestro
pueblo. Y además tiene una vida muy activa, me consta personalmente su
involucramiento en problemas de extraordinaria vigencia como es la
producción de alimentos en condiciones de explosión demográfica mundial.
Muy involucrado también en los temas del cambio climático o en los temas
del desarme nuclear.Tengo el privilegio de conocer sus actividades, sus
inquietudes e interés en la política exterior cubana y contar de vez en
cuando con su consejo.
Canciller, el tiempo se nos acaba y se nos han quedado algunos asuntos
en el tintero, aunque creo que hemos podido hablar de los temas
principales. En todo caso, Canciller Bruno Rodríguez Parrilla, gracias
por haber respondido a mis preguntas. Muchas gracias.
Le agradezco también esta oportunidad que para mí ha sido útil y placentera.
Source: Bruno Rodríguez: A las Damas de Blanco no les impedimos marchar
| Cubanet -
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