Las cifras de crecimiento anunciadas oficialmente son poco creíbles.
Por Leonel Rodríguez Lima/ HABLEMOS PRESS.
LA HABANA.- Comenzamos el año, y en La Habana continúa el deterioro de
inmuebles, calles, avenidas y parques. Y a la par de ellos se
resquebrajan aún más los valores que sustentan a cualquier sociedad
civilizada.
Hemos recibido el nuevo año con un marcado deterioro psíquico y moral
del cubano de a pie. Padecemos de una dañada imagen social, una
ideología desideologizada, una política y una economía más que
desastrosas, casi inexistentes, y un continuo ritmo de decrecimiento que
haría las delicias de un Dios de la pobreza, si este existiera.
En la última Reunión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, nuestro
anti democráticamente elegido y no siempre ¿bien o mal? ponderado
Presidente cubano, acaba de remarcar que en el presente año 2016 el
Producto Interno Bruto cubano crecerá solamente un 2%, concretamente por
falta de financiamiento externo.
Si tomamos en cuenta lo que aseveran algunos economistas, un porciento
tan bajo de crecimiento como este 2% en el PIB constituye una
reproducción simple de la economía. O sea, es como un reflejo
condicionado, no depende del factor productivo. Entonces, la citada
cifra se torna algo tremebundo, como para preocupar al más desinteresado
y poner a rezar al más ateo.
Si en el año que culminó (2015), según estadísticas oficiales el
crecimiento del PIB cubano fue de un 4% (y nadie sabe con certeza en qué
se basa este %), y el mismo tan siquiera significa una coma en un libro
de quinientas páginas, cabría preguntarse qué podría significar para el
país la raquítica cifra que se nos anuncia. Los meses venideros dirán la
última palabra, pero si esa información no constituye una maniobra
gubernamental de distracción o efectista, entonces la situación de las
mayorías más pobres resultará sumamente difícil.
Por otra parte, recuperar la confianza de los inversores extranjeros en
nuestro actual mercado resultará una tarea de titanes, mas no son
precisamente esos los que rigen el destino del país. Muchos años de
deudas envejecidas, negociadas y vueltas a negociar para (por el motivo
que fuere) al final resultar impagables por el mismo gobierno que las
produjo, constituye el pesado legado que pudiera caer sobre las
espaldas de nuestros hijos y nietos.
No obstante todo lo anterior, hay que tomar en cuenta que el problema
cubano posee una raíz sistémica. Sólo con la construcción de un sistema
y una sociedad de todos se podrá dar vida a una nueva Cuba.
Source: Boletín de noticias Hablemos Press - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5696d8cc3a682e1798a7afee#.Vpe2AxUrLjY
No comments:
Post a Comment