La móvil-manía
enero 5, 2016 11:46 am
Dedicada al colega y amigo Luis Cino
Cuba actualidad, Plaza, La Habana, (PD) Un celular posee múltiples usos.
El que menos empleo tiene es el de teléfono, que es para lo que fue
concebido.
Este artefacto cuesta divisa, moneda que muchos no divisan. El minuto
dentro de la ciudad vale centavos. Si llama a otra provincia: ¡cuidado!
Si lo hace hacia el exterior: ¡suicídese!
Mantener un celular en Cuba es más caro que una renta. Cuando hable por
él debe hacerlo en forma de telegrama. Puede economizar al enviar
mensajes, pero pierde un tiempo precioso en escribirlos.
Existen aparatos de teclas y táctiles. Los primeros son más sencillos y
fáciles de manipular en apariencia. Contienen una pizarra con el
abecedario completo o limitado, según marque. La manipulación se parece
al antiguo oficio de linotipista de un periódico. Hay que armar la
palabra letra por letra. Si se equivoca, dirá un disparate.
Los táctiles son algo más complicados. Reciben el apelativo de
inteligentes. El bruto será usted si no aprende como manejarlos.
Ambos sistemas requieren de capacidad de aprendizaje y práctica, algo
que no desarrollan todos los seres humanos.
La calidad del equipo es de suma importancia. Un propietario de un móvil
aumenta su categoría social. Ésta es proporcional al número de funciones
que tenga el instrumento en cuestión. Si llega a ser dueño de un celular
de última generación, usted entrará en la clase mayor.
Los disímiles entretenimientos de estos cachivaches mantienen ocupados a
sus propietarios gran parte del día. Podemos encontrar gentes en
cualquier sitio que comen mucha catibía con ellos. Parecen niños con
síndrome Down por la cara que ponen. Algo curioso es que hoy se
considera esta actitud como normal.
Una cosa muy común es escuchar música por los audífonos de los móviles.
Da lo mismo que sea en la calle o en el ómnibus. No hay distinción de
sexo en esta manía. Parecen zombies. Casi siempre están en las nubes. No
se enteran de lo que los rodea. Llevan su vida colgada de un hilo por
partida doble. Una de ellas está en aquello que les cuelga del oído. La
otra existencia pende de ser atropellado en la vía por comebolas.
Los niños no escapan a esta nueva costumbre. Podemos encontrar infantes
donde quiera con un celular en sus manos. Saben manipularlos mejor que
cualquier adulto. Sirven para jugar, pero el juego puede ser bien
costoso si lo rompen. Vemos que algunos padres dan este artilugio a
menores muy pequeños para entretenerlos. Se deduce que deben ser "macetas".
Los celulares se parecen a una computadora en miniatura. Contienen
diversos programas. Entre los que más gustan están los juegos. Estos lo
practican grandes y chicos. El común denominador de todos es que el
contrincante es la máquina. Casi ninguno es didáctico. Solo es necesario
habilidad para ejercerlos. La bobería que usted despliegue con ellos va
por su cuenta.
El wi-fi es una novedad revolucionaria. Hay decenas de cubanos con sus
armatostes en las zonas habilitadas a la intemperie, en el plano
comunicacional.
Para ser un "Nauta", usted tiene que salir de su cápsula espacial, o sea
su casa.
Es lógico que nosotros estemos incluidos en el perfeccionamiento
mundial. ¿Cuándo estará al alcance de toda la población? La pregunta
queda por ahora sin respuesta. Pensemos que será muy pronto. Soñar no
cuesta nada.
Nota: El autor de este trabajo no reúne ninguna semejanza con los
personajes aquí mencionados. La razón es muy simple: carece de celular.
jorgelibrero2012@gmail.com; Jorge Luis González
Source: La móvil-manía | Primavera Digital -
http://primaveradigital.net/la-movil-mania/
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