Thursday, January 21, 2016

La dignidad de los cubanos

DANIEL MORCATE: La dignidad de los cubanos

Hay gobiernos, personas y pueblos enteros que ven a los extranjeros como
enemigos
El gobierno de Obama ha alimentado la desesperanza que impulsa a miles a
escapar de Cuba
La propuesta de Marco Rubio y Carlos Curbelo estimula el rechazo a los
cubanos que se van de la isla
DANIEL MORCATE

Hace tiempo que aprendí, por experiencia propia que reforzaron lecturas
juveniles, como la de Primo Levi, que hay gobiernos, personas y pueblos
enteros que ven a los extranjeros como enemigos. El origen de ese
prejuicio es la dificultad que tiene mucha gente para ser solidaria con
el sufrimiento de los demás. Ese prejuicio justifica las peores
crueldades contra aquellos que nos parecen diferentes. Y subyace a la
campaña que se ha desatado en contra de los cubanos que hoy huyen de
Cuba por cualquier vía con el objetivo primordial de recuperar la
humanidad que les niegan en su país. Ningún observador informado se
asombrará de que esos compatriotas estén sufriendo maltratos por parte
de su gobierno, que en definitiva de eso vive. Pero lo que ahora
presenciamos con estupor e indignación es que otros gobiernos y personas
también se sienten autorizados a vejarlos, ignorar sus vicisitudes y
declararles indeseables. Y que entre quienes así los rebajan se
encuentran otros cubanos que viven con libertad en sociedades prósperas.

Además de la espantosa dictadura de la familia Castro, el gobierno del
presidente Obama, con su torpe componenda con La Habana, ha alimentado
la desesperanza que impulsa a miles a escapar de Cuba en condiciones
riesgosas. Ahora Washington guarda silencio mientras familiares,
activistas y líderes del sur de la Florida le piden ayuda humanitaria
para los cubanos varados en Centro y Suramérica y para aquellos que
llegan a tierras norteamericanas venciendo numerosos obstáculos. El
gobierno de Obama pretende más bien endurecer las leyes que
tradicionalmente han acogido a los cubanos que escapan de la opresión y
la miseria, incluyendo la probable anulación del Programa Parole para
Profesionales Médicos cubanos que instaurara el presidente George W.
Bush. Como pretexto cita supuestos avances en las relaciones
bilaterales, supongo que para no confesar que se trata de otra concesión
unilateral al régimen de La Habana, el cual necesita continuar
explotando como esclavos a profesionales de la medicina.

Para colmo, dos legisladores cubanoamericanos, situados en las antípodas
ideológicas del presidente Obama, auspician un proyecto de ley que
perjudicaría a los cubanos en su afán de recuperar la dignidad humana
perdida. El proyecto de Marco Rubio en el Senado y Carlos Curbelo en la
Cámara de Representantes se propone frenar los excesos que algunos
cubanos cometen con los beneficios que les da Estados Unidos. Nadie ha
documentado seriamente el alcance de tales excesos. Como ejemplo se cita
un reportaje pobremente sustentado del Sun Sentinel, basado en fuentes
secundarias y en los típicos dimes y diretes de toda comunidad
inmigrante. Pero no se ha aportado ni un solo dato concreto sobre el
monto real de los supuestos abusos. Lo que no ha impedido que surjan
propuestas radicales que harían pagar a muchos justos por un puñado de
pecadores.

La propuesta de Rubio y Curbelo no lleva malas intenciones. Pero
estimula el rechazo a los cubanos que escapan de la isla porque llega en
un momento en que Estados Unidos sufre una de sus cíclicas olas
antiinmigrantes. Cabilderos y amigos de la dictadura de los Castro la
invocan para exigir la erradicación de la Ley de Ajuste Cubano y otros
beneficios migratorios que reciben nuestros compatriotas, no como
privilegios, como se afirma falazmente, sino por el compromiso que
contrajo Estados Unidos con quienes huyen del totalitarismo castrista.
Es un compromiso que refrendaron norteamericanos conscientes de la
responsabilidad histórica de su país en los males políticos y sociales
de Cuba.

Detrás de los planes de reducir o eliminar los beneficios migratorios
late el absurdo de que quienes hoy abandonan Cuba no merecen la
solidaridad que merecían quienes la abandonaron antes. ¿Pero acaso se la
merecen menos que los batistianos que huyeron durante los primeros años
del castrismo? ¿O que los propios castristas, de generales hacia abajo,
que les siguieron? ¿Que los ex presidiarios que vinieron por el puente
marítimo Mariel-Cayo Hueso? Por supuesto que no. Los exiliados, con la
ayuda de gobiernos y pueblos amigos, hemos acogido y ayudado siempre a
los fugitivos del castrismo para que tengan la oportunidad de recuperar
su dignidad humana. Y es que hemos sido conscientes de que, con ese
gesto, nos jugamos nuestra propia dignidad.

Periodista cubano.

Siga a Daniel Morcate en Twitter: @dmorca

Source: DANIEL MORCATE: La dignidad de los cubanos | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/daniel-morcate/article55534555.html

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