Tuesday, January 5, 2016

En auge las peleas clandestinas en Cuba

En auge las peleas clandestinas en Cuba
Los novatos comienzan cobrando, dependiendo de si ganan o pierden, de 25
a 100 CUC por peleas de 4, 6 u 8 "rounds", celebradas en cuadriláteros
tan artesanales que parecen jaulas.
Juan Juan Almeida
enero 04, 2016

Hartos de padecer conflictos familiares, sin futuro, inquietos por el
hoy y sin mejor modelo de vida; las peleas clandestinas se tornan en
arteria o vía, donde cientos de adolescentes cubanos creen lograr el
sueño de hacerse famosos y ganar "mucho" dinero. Lástima que del Estado
sólo reciban poco interés y ninguna sensibilidad.

El fenómeno ya es parte del inframundo, de una jungla que parece
fusionar deporte, barbarie y decadencia humana; algo que, por ahora, no
se puede atajar, porque es imposible frenar a quienes no tienen nada que
perder.

Un entrenador y exintegrante del equipo Cuba que participó en las
Olimpiadas de Sydney, me explicó que "con solamente 5 CUC (o su
equivalente en moneda nacional) y los contactos adecuados, cualquiera
puede acceder a estos espacios cerrados y sombríos para presenciar un
interesante espectáculo".

"Los pugilistas son jóvenes de barrios marginales que sueñan alcanzar el
dinero y la fama que puede dar el boxeo profesional. Están aburridos de
mirarse en el espejo de la frustración familiar o de glorias retiradas
del deporte amateur que, habiendo puesto la bandera nacional en lo más
alto del Olimpo deportivo, no tienen para consumir, ni en un timbiriche
de mala muerte, porque falta dinero".

"Para asistir a estos coliseos clandestinos sólo hay que pagar,
apuntarse en una lista y esperar; la respuesta llega con un mensaje SMS,
originado casi siempre desde un teléfono celular con identificador
bloqueado; donde te anuncia el día, la hora, el lugar de la cita y la
cartelera".

Los novatos comienzan cobrando, dependiendo de si ganan o pierden, desde
25 a 100 CUC por peleas de 4, 6 u 8 rounds, celebradas en cuadriláteros
construidos de manera tan artesanal que, en vez de ring, parecen jaulas.
Y, como en las películas, antes de comenzar el pugilato, los empleados
del local registran todas las apuestas.

Los luchadores usan guantes, shorts, pantalonetas, protección bucal y
casi nunca camiseta; pero, pese a la pinta de forajido, el equipo de
asistencia está integrado por entrenadores, exdeportistas de artes
marciales, quiropráctico, enfermeros, médicos, profesionales del deporte
y la salud con estrecha conexión en clínicas y hospitales para atender
la urgencia, si lo requiere, de cualquier muchacho accidentado.

La PNR (Policía Nacional Revolucionaria) los persigue.

Sabe que estos "circos ilegales", casi todos ubicados en el municipio
habanero del Cerro, se realizan en gimnasios particulares y con licencia
de cuentapropistas como "instructor de prácticas deportivas" que, por
estar diseñados para una clientela cubana, hubieran tenido que cerrar de
no encontrar este filón.

Son fáciles de detectar y, por eso, son puntos de frecuentes redadas.
Aunque muchos estiman que las ganancias de este tipo de negocio parecen
impresionantes, los detenidos no pueden ser procesados porque –según me
comentó un experto en chismes fiables– no se trata de un juego ilegal
sino de un ejercicio deportivo con ciertas garantías legales, y no
existe, hasta donde yo conozco, figura legal en el código penal que
conceptualice el delito.

Seguramente las autoridades cubanas, moralistas y complicadas, están
pensando en legislar; pero, la solución es sencilla y se encuentra
detrás de esa puerta que todavía se resisten abrir: Autorizar y apoyar
el boxeo profesional.

Source: En auge las peleas clandestinas en Cuba -
http://www.martinoticias.com/content/en-auge-las-peleas-callejeras-en-cuba/112439.html

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