Friday, January 15, 2016

Cuidado con el hombre nuevo

Cuidado con el hombre nuevo
Entre los cubanos que transitan por Centroamérica hacia EEUU, al igual
que en el Mariel, van delincuentes
viernes, enero 15, 2016 | Jorge Olivera Castillo

LA HABANA, Cuba.- Eloy Alexis Arauz pudo hacer el cuento. No estaba
predestinado a morir en las manos de los cuatro asaltantes que le
derribaron la puerta de su vivienda y se apropiaron de sus ahorros, no
sin antes fracturarle un brazo y llenarlo de moretones.

El suceso ocurrió hace unos días en una finca de la localidad de Paso
Canoas en Panamá. Los protagonistas del asalto fueron cubanos, de
acuerdo a la versión del agredido. La historia comenzó con un contrato
temporal (media jornada) recolectando naranjas por el cual Alexis Arauz
pagó lo convenido.

A luz de los hechos, el campesino panameño piensa que la solicitud de
empleo fue parte del plan de llevar a cabo el robo con violencia,
finalmente perpetrado esa misma noche.

Lo cierto es que los hechos no deberían causar asombro alguno. Entre la
concurrida masa de cubanos que tratan de llegar a Estados Unidos,
cruzando fronteras desde Ecuador hasta ciudad de Laredo, en el estado de
Texas, hay delincuentes de toda laya.

Esa activa e irredimible caterva de asesinos, ladrones profesionales,
carteristas y expendedores de drogas, no aparecen en las estadísticas
oficiales, pero sobresalen como uno de los productos sociales, en el
contexto de una revolución que en su infatigable búsqueda de las
unanimidades allanó el camino hacia la enajenación y el abandono casi
total de los valores éticos y morales.

No piensen que es primera vez que esto ocurre. Todavía se recuerdan los
efectos nocivos del éxodo, desde el puerto del Mariel en 1980 y el de
1994, que implicó la fuga de 125 000 y 34 000 personas respectivamente.

En el primer caso, ni corto ni perezoso, Fidel Castro ordenó abrir las
puertas de las cárceles a la par que facilitaba la fuga de la canalla
que crece sin cesar en el núcleo y las periferias del sistema, bajo los
disfraces de doble moral y los velos de una indolencia sistémica que
mantiene al país al borde del caos.

A pequeña escala parece que el general-presidente ha utilizado las
mismas cartas, otra vez con el objetivo de aliviar las tensiones
sociales y de paso elevar el número de emisores de remesas, que por
cierto siguen teniendo una especial relevancia en el crecimiento del
Producto Interno Bruto (PIB).

Entonces, a partir de los acontecimientos, se llega a la conclusión que
el gobierno cubano no solo se destaca por el envío de brigadas médicas y
deportivas a cumplir misiones en decenas de países del Tercer Mundo,
también debería ocupar un lugar cimero en la exportación de bandidos y
espías, preferiblemente hacia al interior del imperio con el fin de
anotarse nuevas victorias, aunque sean pírricas.

Los ciudadanos de los países que sirven de tránsito en el viaje rumbo a
las tierras del Tío Sam, deben estar preparados para sucesos parecidos o
más bestiales que el acontecido en Paso Canoas. Es una advertencia sin
tremendismos. Cuba no es el país que la propaganda ha convertido en un
paraíso.

A lo largo y ancho de la Isla, hay muchísimos delincuentes de la peor
ralea, con una hoja de servicios o intenciones que bien pudieran emular
con lo que hacen los Maras Salvatrucha en los sitios donde han logrado
establecerse.

Que no quepa duda, el Hombre Nuevo que salió de los laboratorios de la
revolución, es capaz de matar sin escrúpulos como lo haría un asesino
profesional, en el fragor de un asalto o un simple malentendido con
alguien del vecindario.

En el barrio donde vivo, en el municipio Habana Vieja, los veo todos los
días.

Algunos de ellos preparan las condiciones para fugarse hacia Estados
Unidos por la vía centroamericana. En el trayecto pueden haber bajas
mortales o lesionados como el campesino de Paso Canoas.

oliverajorge75@yahoo.com

Source: Cuidado con el hombre nuevo | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/cuidado-con-el-hombre-nuevo/

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