OSCAR PEÑA: Cuba: aprender la lección
Alcanzar la normalización de la sociedad cubana está en nuestras manos
La renovación debe ser de ideas y espacios para todos
La policía política hizo sucias acciones, pero hay que perseverar
OSCAR PEÑA
La reanudación de las relaciones y de las embajadas de Estados Unidos y
Cuba simbolizó el resultado de una votación popular sin votación porque
los dos gobiernos ejecutaron lo que deseaban ambos pueblos como si se
hubiera hecho un referéndum. Las tensiones entre pueblos tienen muy
pocos adictos.
Normalizar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y entre todos los
países es un permanente principio de convivencia en el planeta Tierra
que irá avanzando sucesivamente. La normalización entre cubanos es otro
tema. Tenemos que aprender la lección: alcanzar la normalización de la
sociedad cubana está en nuestras manos, igual que los problemas y
déficit políticos, económicos y sociales que tenga cada país son su
responsabilidad. Cada país debe superar sus errores.
Hoy se está renovando el Capitolio Nacional de Cuba y esa renovación no
solo debe ser ornamental y decorativa, también debe ser de ideas y
espacios para todos. El gobierno de Cuba debe preguntarse: ¿por qué los
países civilizados del mundo tienen parlamentos arcoíris representativos
de toda su sociedad?
También los opositores internos y activistas exiliados deben entender
una realidad por encima de deseos personales: cuando se busca la
transformación y curación de un país de largo proceso dictatorial,
dominación absoluta y descarrilamiento de su estado de derechos y
sociedad civil, no se hace pronosticando, planificando y proyectando
derrumbes de sus estructuras, sino evolución. Para beneficio de la
patria se necesita de esa comprensión. Sin embargo, ¿cómo está esa
situación? Idéntica a como ha estado en estos más de 50 años: lo mismo
las autoridades del país que sus adversarios se excluyen y descalifican
unos a otros y no acaban de entender que no existe sostenida convivencia
nacional y solución de los problemas de ningún país sin el concurso de
todos. Los venezolanos después de cometer el mismo error de aislarse
entre ellos y descalificarse mutuamente acaban de rectificar y dar un
buen ejemplo.
Si los disidentes y las organizaciones exiliadas a las que ellos están
estrechamente vinculados no acaban nunca de entender que seguir afanados
e ilusionados con el desplome del país y presentándose con posturas y
discursos de consignas (radicales como las del gobierno) hacen
ejercicios insubstanciales y se van desechando nacionalmente. Crear
confrontaciones no es hacer caminos. Los disidentes dominicales deben
ser diariamente abogados de razones en contactos, pláticas y diálogos en
sus barrios y municipios, visitando a todos los vecinos y ciudadanos
(incluyendo a los que están con la revolución) a delegados del poder
popular, empleados y funcionarios de instituciones, autoridades y
cubanos en general de su zona. Ir presentándose personalmente como
ciudadanos decentes que quieren buscar la mejora y prosperidad del país.
Así irían cambiando la negativa imagen que ha ido inculcando el gobierno
de ellos en la población. Trabajar en sus barrios y municipios –como lo
intentaron Roberto Behamonde, Oswaldo Payá, Hildebrando Chaviano y
Yuniel López. La policía política hizo sucias acciones contra ellos,
pero hay que perseverar. No hay mejores caminos que insertarse en los
mecanismos existentes y ser útil desde ellos.
¿Por qué están siendo más efectivos y útiles con sus críticas,
argumentos e ideas los discrepantes que están dentro de las estructuras
y organismos oficiales que los disidentes de las calles? ¿Por qué
tuvieron más repercusión y apoyo dentro de la sociedad cubana las
críticas y señalamientos hechos por el crítico de cine del ICAIC Enrique
Colina ante el atropello recibido por el cineasta Juan Carlos Cremata?
Porque hablan con el idioma del pueblo y hacen la crítica y denuncia de
manera respetuosa invitando a las autoridades a rectificar la violación,
porque buscan sus derechos y espacios no negando el del otro, porque
reparten luz, no dólares y porque no van a un congreso extranjero a
pedir sanciones y castigos que el pueblo las percibe contra ellos.
Se está dando dentro del gobierno y fuera de él un movimiento muy
prometedor de ciudadanos cubanos con análisis y propuestas viables. Se
están destacado ciudadanos como Lenier González, Roberto Veiga, Pedro
Campos Félix Sautié y muchos más. También blog no oficiales, ni
disidentes sobre la temática cubana están siendo muy atractivos.
Discernir y buscar vías entre cubanos objetivamente es más importante
que hablar solo para afuera o entre iguales.
La lección para el gobierno y adversarios: entender que el país tiene
que arreglarse entre todos.
Activista cubano.
Source: OSCAR PEÑA: Cuba: aprender la lección | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article56482683.html
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