¿Hay Navidades en Cuba?
Muchos conservan adornos de mediados del siglo pasado, otros conservan
solo esperanza
martes, diciembre 15, 2015 | León Padrón Azcuy
LA HABANA, Cuba.- La Navidad siempre fue una tradición enraizada en
Cuba, se interrumpió durante casi cuarenta años con la Revolución
comunista y resurgió a partir de 1998 con la visita del Papa Juan Pablo
II, quien obtuvo el día feriado para el 25 de diciembre. Pero la
tolerancia hacia la religión no se hizo evidente hasta el 2010, cuando
Raúl Castro entabló un diálogo con los obispos cubanos, restituyendo a
la Iglesia los inmuebles confiscados en los años 60 y permitiendo que se
difundieran exiguos mensajes navideños por televisión, algo impensable
con su hermano en el poder.
Y si bien desde entonces algunas figuras de la Iglesia Católica, entre
los que se encuentra el Cardenal Jaime Ortega, han reconocido que la
Navidad ha recuperado terreno en la Isla, otros añoran el
restablecimiento de las festividades por el nacimiento de Jesús y del
Nuevo Año, tal como se realizaba antes de 1959.
El matrimonio de Antonio y Mercedes, casados cerca de 60 años, se
caracteriza por ser ambos fervientes católicos y siempre celebran el
nacimiento de Jesús, pues conservan un pesebre y otros adornos navideños
heredados de los padres. "Antiguamente las navidades en Cuba sí eran
fiestas alegres, verdaderas reuniones familiares, con intercambios de
regalos y el envío de postales de felicitación, y dondequiera
resaltaban los arbolitos decorados, y se escuchaban villancicos, y los
paladares disfrutaban del despliegue de la gastronomía navideña. Pero
ahora el cubano lo que trata es de sobrevivir en tan señaladas
fechas. Y, como dicen en la calle, todos se las ingenian metiendo cabeza
por aquí y por allá, vendiendo cualquier cosa, luchando el peso, o
esperando alguna remesa, para pasarla lo mejorcito que se pueda", dice
Antonio.
Sandalia Fernández, de 70 años y residente en Casilda, una zona
marginal del Vedado, rememora con tristeza sobre los tiempos de su
infancia: "Aquellos pavos y puercos asados y las masas de freír, los
variados turrones, las avellanas y nueces, los vinos, las cidras, las
manzanas y uvas que antes del año 59 se veían sobre la mesa en
cualquier hogar humilde los días 24, 25 y 31 de diciembre, han
desaparecido. Hoy no persiste aquel entusiasmo, aquella alegría
contagiosa, aquella sensación de felicidad familiar. Y hasta los
habituales adornos navideños, que una vez nos deleitaron, ahora
brillan por su ausencia".
También Yadiel Cuesta, enfermero, expresó: "Mi padre tenía seis años
cuando Fidel llegó al poder, y me contaba que entonces enseguida
empezó la propaganda comunista para borrar las tradiciones de
Nochebuena, la de Los Reyes Magos, y todo lo que oliera a Navidad".
Otros entrevistados coincidieron en afirmar que en esa época se
guardaron los arbolitos navideños, porque según los comunistas eran
costumbres burguesas, un invento de los curas y de los imperialistas
yanquis, en fin, diversionismo ideológico. Y en caso de desobedecer
las orientaciones revolucionarias, surgía una vil denuncia hecha por
alguien del barrio a los tribunales populares. "Te fichaban por
desafecto o gusano, podías ir a prisión, perder tu empleo, y como
castigo te mandaban a trabajar en la agricultura".
Javier Sánchez, especialista en estudios bíblicos, comentó: "Desde la
década del 80 hubo cierta mejoría en las relaciones entre el Vaticano y
el gobierno comunista (recordemos que Fidel Castro fue recibido en 1996
por el Papa Juan Pablo II, y éste visitó Cuba en enero de 1998,), pero
las celebraciones de las navidades permanecieron ocultas. Actualmente,
nada de cena como Dios manda y la mayoría de las iglesias, tanto
católicas como protestantes, sólo exhiben aquellos adornos navideños
conservados para celebrar el nacimiento de Jesús, porque si hay que
comprarlos cuesta hoy el ojo de la cara".
Julito, pastor de la iglesia evangélica "Las Buenas Nuevas", ubicada en
26 y 17 en el Vedado, explicó: "Todos sabemos la imposibilidad de
celebrar Las Navidades como merece Nuestro Señor, y que en la Cuba
actual ninguna iglesia es capaz de cuestionar a las autoridades
comunistas por la situación de miseria que viven los cubanos de a pie,
quienes optan por aceptar su desventura como la voluntad de Dios".
Finalmente Alfredo Hernández, un vendedor de helados, me contó que
mientras esperaba en la parada de guaguas, frente a la entrada de la
Terminal de Ómnibus Nacionales, se acercó a oír a un anciano que
conversaba en solitario cuando recogía laticas de aluminio por los
alrededores para venderlas como material reciclable. "El hombre, al
darse cuenta que lo estaba observando, y que yo sostenía en la mano un
arbolito, se dirigió a mí: "Mire, señor, se puede decir que hablar de
celebrar a plenitud las Navidades y la llegada del Año Nuevo, es un
triste engaño, desde la instauración en Cuba de este régimen". Luego,
haciendo una pausa para aplastar con la bota una lata contra el piso,
añadió: "¡Qué caro resulta hoy habilitar una cena normal para festejar
estos acontecimientos especiales! Y ni qué decir sobre los altos
precios de los adornos navideños en las tiendas recaudadoras de
divisas". Y continuó: "Mire, este abrigo lo conseguí en la iglesia. Yo
vivo hace diez años en la carretera".
El viejo sacó una caneca de ron, se dio un trago, y viró la espalda.
Sus lúcidas palabras, dichas por alguien que parecía sin dudas un loco
vagabundo, se grabaron en mi mente, y repetí: ¿Hay Navidades en Cuba?
Source: ¿Hay Navidades en Cuba? | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/hay-navidades-en-cuba/
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