Monday, November 16, 2015

Dos generaciones y la misma vieja defensa del socialismo

Dos generaciones y la misma vieja defensa del socialismo
FERNANDO DÁMASO | La Habana | 16 Nov 2015 - 6:28 am.

Un espacio en la prensa oficial junta a dos teóricos de distintas
generaciones para defender un sistema fracasado. Sobresale el miedo a la
nueva política de EEUU hacia Cuba.

Un viejo dirigente, devenido nuevo teórico criollo del socialismo, y un
joven aspirante a serlo, reflexionan en la sección "Generaciones en
diálogo" del diario Juventud Rebelde, sobre el socialismo.

El primero, Armando Hart Dávalos, la emprende contra el denominado
"socialismo real" del siglo XX este-europeo, señalando "que no fue real,
porque no fue un socialismo autóctono, fundado en las realidades de su
tiempo y de los pueblos en los que prevaleció", para continuar "…pero
tampoco hay dudas de que la humanidad debe seguir avanzando para hacer
triunfar el genuino y auténtico socialismo".

Según su criterio resumido, este socialismo debe contener las ideas de
Fidel y del Che, unidas a las de Marx, Engels y Lenin, más las de
Mariátegui y José Martí. En realidad, una verdadera caldosa tunera
(variante pobre del tradicional ajiaco criollo) bastante difícil de
digerir. Para incluir a Martí, utiliza sus palabras al fallecer Marx:
"Marx merece honor porque se puso del lado de los pobres".
Convenientemente olvida que Martí también dijo: "Dos peligros tiene la
idea socialista, como tantas otras: el de las lecturas extranjerizas,
confusas e incompletas, y el de la soberbia y la rabia disimulada de los
ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse,
para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los
desamparados".

El joven, Harold Bertot Triana, escribe por su parte: "Hay una idea
errónea, y tomada bastante a la ligera, que identifica socialismo con
miseria, con apagones, frente a altos estándares de vida de algunos
países capitalistas", y continúa tratando de "la miseria galopante en el
mundo, de la hambruna, de la alta mortalidad infantil, de la violencia y
de las guerras que causan millones de muertes". Todo de forma genérica y
como si fueran única responsabilidad del capitalismo.

Entre otros viejos argumentos esgrime, una vez más, la relativa
"juventud" del socialismo y su "falta de experiencia", las que han
producido "dictaduras de estamentos" y de "estructuras políticas", así
como otras deformaciones.

Continúa con el "socialismo acorralado" por el capitalismo, la lucha de
clases, las batallas ideológicas y un sinnúmero más de planteamientos
similares, para llegar a la pregunta clave: "¿Ante tantas dificultades,
y después del fracaso de muchos modelos socialistas, vale la pena, al
fin y al cabo, lanzarse a la utopía?"

Su respuesta: "Para los pobres no queda otra alternativa. Su alternativa
es lanzarse a crear una alternativa distinta". Aparte del juego de
palabras y de la repetida manipulación de los pobres, como si formaran
la mayoría de los habitantes del planeta, nada nuevo. A partir de aquí
comienza a divagar sobre su socialismo ideal menos centralizador, más
democrático, con un sujeto crítico, revolucionándose permanentemente y
termina, como era de esperar: "Hay que tener mucho cuidado con los
amagos de desarmes políticos. Ni la política exterior norteamericana ha
dejado de ser imperialista, ni imperialistas han dejado de ser".

Sin lugar a dudas, los fracasos del socialismo cubano, el visible
cansancio nacional y el reciente camino emprendido de restablecer las
relaciones con EEUU, más los encuentros que se vienen produciendo entre
grupos de trabajo de ambos países, han disparado las alarmas en algunos
sectores vinculados al régimen, que han vivido o viven gracias a las
confrontaciones y temen perder sus espacios. Además, parecen no estar
muy convencidos de la firmeza de sus principios ni de los argumentos
enarbolados durante años para defenderlos.

Llama la atención que dos representantes de muy diferentes generaciones
coincidan, con argumentos similares, en la defensa de un sistema
fracasado: uno de forma más sutil que el otro, pero ambos sin ningún
poder de convencimiento. Todos los intentos de instaurar el socialismo y
hacerlo próspero y eficiente en diferentes regiones del mundo, han
fracasado, y los casos de Cuba y de Corea del Norte, aunque no se quiera
reconocer por sus respectivos gobiernos, también constituyen fracasos,
que se prolongan demasiado en el tiempo para desgracia de sus ciudadanos.

China y Vietnam son realmente híbridos de socialismo en política y
capitalismo en economía, y el denominado Socialismo del siglo XXI y
otros similares con nombres sonoros pertenecen al campo de lo
real-maravilloso latinoamericano: puro folclor de originarios
desfasados, que no vale la pena analizar.

Para nadie es un secreto que el capitalismo es imperfecto, que posee
injusticias, que no resuelve todos los problemas y que tiene aún muchas
cosas que mejorar (aunque no sea igual en todos los países donde
existe), pero hasta ahora es el único sistema que ha propiciado,
partiendo de lo alcanzado en épocas anteriores, el gran desarrollo
actual de la humanidad y, con sus logros, el beneficio de las mayorías,
algo que no puede decirse del socialismo.

Source: Dos generaciones y la misma vieja defensa del socialismo |
Diario de Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1447625256_18153.html

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