Cuba estrena su disidencia 2.0
SomosMás, uno de los grupos disidentes más recientes, es pionero en el
uso de Internet
LUCA COSTANTINI Madrid 12 NOV 2015 - 21:39 CET
Los cambios socioeconómicos experimentados en Cuba durante los últimos
años han precedido a la izada de la bandera estadounidense, símbolo del
deshielo diplomático, en La Habana el pasado 14 de agosto. La aparición
de una incipiente clase empresarial, la posibilidad de viajar al
exterior y la llegada –aunque muy marginal– de Internet han generado
entre muchos cubanos la sensación de que algo está pasando en la isla.
Cada vez es más común ver móviles inteligentes y ordenadores en el país,
instrumentos tecnológicos que la disidencia pretende utilizar para
fomentar el asentamiento de una sociedad civil democrática.
"Cuba está viviendo cambios. Por empezar están surgiendo nuevos
emprendedores, personas que en lo económico están dando un paso muy
importante; y luego está Internet, que aún es marginal, pero que ha
llegado para no irse nunca", cuenta Manuel Díaz Mons, un joven disidente
cubano de 26 años del movimiento SomosMás que hace poco decidió "dar el
paso al frente" y denunciar todo lo que no funciona en su país, desde la
pobreza hasta la represión. Este movimiento es uno de los más recientes
en la galaxia de la disidencia cubana. Surgido hace dos años por
intuición de un ingeniero informático cubano de 30 años, Eliécer Ávila,
aboga por una transición democrática y pacífica en la isla. "Al gobierno
hay que decirle la verdad en la cara, no tirársela a piedras", dice este
estudiante informático que ahora es vicepresidente del colectivo.
Con más de 400 afiliados, SomosMás tiene una estrategia comunicativa
parecida a la de otros grupos disidentes, como el blog informativo de
Yoani Sánchez 14yMedio (en el que Ávila y Díaz Mons también escriben),
el portal de noticias Cubanet, que tiene casi 25.000 seguidores en
Twitter. A diferencia de estos últimos grupos, sin embargo, SomosMás
tiene una considerable presencia en el exterior, con colaboradores en 29
países como Estados Unidos, Francia, España o Alemania. Sus afiliados en
Cuba doblan los de otros grupos más conocidos, como el de las Damas de
Blanco o la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU): "Tenemos un respaldo en
Internet, en las redes sociales y si algo nos sucediera, gracias a los
chicos del exterior, todo el mundo se enteraría al instante. Es un arma
nueva, que antes no se podía utilizar, y que intentamos explotar todo lo
que podemos", afirma Díaz describiendo la tarea de propaganda y
protección ejercida por los afiliados que no residen en Cuba.
El movimiento es pionero en la difusión de su mensaje por las redes
sociales y el llamado "paquete semanal", un disco duro que pasa de mano
en mano entre los cubanos con películas, música y artículos de prensa, y
que cuando llega a estos activistas se llena de las denuncias del blog
disidente. Internet sigue siendo muy marginal en Cuba, con puntos wifi
incómodos y altos costes de conexión. La censura permanece muy atenta.
Todos estos factores hacen que la propaganda de SomosMás sea
objetivamente limitada, pero los promotores puntualizan que todo sirve
para el día en que también la isla pueda disfrutar de una conexión libre
y rápida. De momento, un joven cubano puede conectarse una o dos veces
por semana. Mira el correo y chatea con amigos y familiares. Es solo un
rato, pero suficiente para que entre en contacto con los disidentes 2.0:
"Semanalmente enviamos una actualización de nuestro blog a los correos
electrónicos de un grupo de miembros y simpatizantes que cada vez
aumenta más", describe Díaz.
Javier Cabrera, un informático cubano de 39 años que reside en Miami, se
encarga del área tecnológica. Reconoce la volatilidad de una acción
estructurada sobre todo en la red, pero rechaza las acusaciones de
disidencia blanda: "Históricamente casi todos los grandes cambios
políticos en Cuba han venido asociándose con movimientos juveniles.
SomosMás es el colectivo juvenil más grande que hay en Cuba. El que ha
aglutinado más gente en los últimos tiempos y que, contrariamente a los
demás, no busca el enfrentamiento directo con el Gobierno, sino exigirle
espacios", añade. Para afiliarse es necesario donar una cuota de 5, 10 o
15 pesos o dólares, puntualiza Liana Hernández, otra militante de 42
años que vive en Valladolid.
Expresar un pensamiento crítico fuera de Cuba no es tan sencillo como
parece. Los que permanecen en la isla, por su parte, se enfrentan a
amenazas mucho más concretas. Manuel Díaz Mons relata los insultos
("antipatriótico", "mercenario", "gusano") y el temor a ser encarcelado.
Hace muestra de valentía cuando dice que, pese a todo, lo que más miedo
le da es callar. Y no se descompone cuando se le comenta que en Europa
hay estudiantes, académicos, incluso partidos políticos que enaltecen
Cuba y a los Castro: "El Gobierno cubano históricamente se ha encargado
de vender por el mundo una idea preciosa de la revolución, y no me
extraña que un joven sueco o español, que nunca ha estado en Cuba, esté
enamorado de una ideología que en apariencia quiere el bien de todos.
Pero no es así. Nuestra batalla es exactamente esta: desmentir el
Gobierno y hacer conocer al mundo la verdad de los cubanos".
El próximo 14 de noviembre SomosMás celebrará su primer congreso.
Definirá las líneas a seguir para que el grupo se perfile "como una
opción seria y competitiva de cara a las posibles elecciones del 2018",
según dice un comunicado oficial. Invitará a profesionales de Facebook y
Google para explicar a los asistentes cómo llevar a cabo de forma más
efectiva sus mensajes en la red. En el ámbito político hará pública su
propuesta de nueva ley electoral para 2018, que abra el camino a una
transición democrática en Cuba. Quieren una Constitución y un Estado de
derecho. El modelo a seguir es claro: Estados Unidos, Europa, España.
Source: Cuba estrena su disidencia 2.0 | Internacional | EL PAÍS -
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/11/12/actualidad/1447351537_739404.html
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