Friday, October 2, 2015

Vino el Papa a Cuba?

¿Vino el Papa a Cuba?
BORIS GONZÁLEZ ARENAS | La Habana | 2 Oct 2015 - 10:35 am.

Cada día que pasa sin pronunciarse por la suerte de los miembros de la
UNPACU que se acercaron al Papa, deshonra a la Iglesia Católica.

Amontonados los últimos palos del altar desde el que el papa Francisco
ofició la misa de la Plaza de la Revolución, en la Habana; corroborado
un silencio que parece cómplice respecto de la situación de los derechos
políticos en nuestro país; y expectantes aún por la suerte de Zaqueo
Báez, Ismael Bonet y María Josefa Acón, que se acercaron al Papa para
pedirle atención y hoy sostienen una peligrosa huelga de hambre y sed
contra su arresto por las autoridades castristas; cabe preguntarse:
¿vino el Papa a Cuba?

Caben ahora pocas dudas de que las declaraciones recientes del buen
cardenal Ortega responden a una lectura minuciosa de las indicaciones
que le llegan de su patria vaticana. Aquellas que cuestionaron la
existencia de presos políticos en un país donde esa condición se encubre
en la penalización exagerada de cualquier transacción en el mercado
negro o la conversión de un grito en escándalo público; o las que
convirtieron al movimiento de las Damas de Blanco en "mujeres que se
visten de blanco"; hasta las que cuestionan, de una manera semejante a
como lo hace el castrismo, los motivos de la oposición política, con
suficiente astucia como para poder decir "no fue eso lo que dije" y
haber dicho.

También podría ser a la inversa. Las omisiones del papa Francisco,
asegurando que no conocía las detenciones masivas que el régimen de Raúl
Castro realizaba en el pórtico mientras él oficiaba en el altar,
obviando pedir la libertad de quienes se le acercaron pidiéndola y hoy
resisten absteniéndose de comer en los calabozos fraguados por los mismo
ingenieros de su púlpito, podrían estar inspiradas humildemente por el
buen pastor de la Iglesia Católica cubana, el cardenal Jaime Ortega.

La Iglesia Católica en Cuba, menos comprometida que aquella que en la
década del 60 demandó el mantenimiento de la libertad religiosa y a
principio de los 90 redactó la Carta de los obispos, evita sin mucha
elegancia el conflicto central de su país. El que se desarrolla entre
una población que bordea la inexistencia y un puñado de jerarcas que no
pueden retener en esta tierra ni siquiera a sus hijos.

No se puede ser cubano y extranjero si las dos condiciones están
reñidas. La extranjera Iglesia desea mantener posiciones de relevancia
institucional en una sociedad donde tal condición la administra una
dictadura. El batacazo global del Papa, propiciando el acercamiento
entre Cuba y EEUU, y recibiendo y siendo recibido por el dictador cubano
Raúl Castro, son quizás victorias demasiado significativas como para
desleírlas en demandas de ciudadanos locales.

Surgen entonces justificaciones como "visita pastoral" o "misión
evangélica" y con eso se creen superadas las carencias, como si el amor
de Dios no tuviera en los derechos humanos su doctrina más acabada.

Cada día que pasa sin que la Iglesia, cubana o extranjera, se pronuncie
por la suerte que están corriendo los miembros de la UNPACU que se
acercaron a Francisco, deshonra a aquellos seres humanos que tienen la
extraordinaria tarea de propiciar la realización de la obra de Dios.
Para los cubanos, conocida la infalibilidad del Papa para la doctrina
católica, parece llegado el momento de decretar la infiabilidad respecto
del compromiso que dice tener con la suerte de todos los naturales de
esta tierra.

Source: ¿Vino el Papa a Cuba? | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/1443738546_17261.html

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