Si vas a invertir en Cuba, pregúntale a Tokmakjian
El caso del empresario canadiense recuerda que el gobierno cubano
siempre tiene la última palabra
jueves, octubre 15, 2015 | RCCC
LA HABANA, Cuba – Los antecedentes de Cuba en materia de inversión
extranjera, ofrecen elementos de diversa índole. Por ejemplo, el de los
empresarios canadienses Vahe Cy Tokmakjian, Claudio Franco Veterre y
Marco Vinicio Puche Rodríguez, que fueron condenados a 15, 12 y 8 años
de privación de libertad, respectivamente, en el año 2014, por estar
implicados en los delitos de cohecho, falsificación de documentos
bancarios y de comercio de carácter continuado, actividad económica
ilícita, tráfico de divisas, estafa y evasión fiscal, calculándose un
daño económico de 91,7 millones de dólares.
También fueron sancionados 14 funcionarios nacionales de los sectores
azucarero, minero y turístico, incluyendo un ex viceministro. Entre los
delitos se incluyen retribuciones monetarias a varios trabajadores que
realizaban funciones no autorizadas o no estaban contratados a través de
las entidades nacionales conocidas como empresas empleadoras; así como
extraer del país ilícitamente cuantiosas sumas de dinero. La sentencia
establece que Tokmakjian debería resarcir a las entidades cubanas por el
delito de evasión fiscal con sus bienes, derechos y acciones y de manera
subsidiaria con el patrimonio de las compañías Tokmakjian Group Inc.,
Tokmakjian Limited, CYMC Corp., Tokmakjian International Inc. y Perry
Intertrade Inc., que fueron declaradas civilmente responsables.
Pero entre las confrontaciones de los inversionistas con el Estado
cubano no están solamente las atribuidas a delitos. Habría que recordar
que durante la visita del ex canciller español Moratinos a Cuba, en el
2009, el régimen se comprometió a resolver el problema de 280 empresas
españolas asentadas aquí (según publicara el diario El Mundo, el 16 de
abril de 2009), que desde principios de ese año tenían bloqueados en
bancos cubanos, 300 millones de dólares que no se les autorizaba
transferir, por falta de divisas. No obstante, el compromiso traía
adjunto negociar un calendario con cada afectado para satisfacer todos
los pagos.
Al igual que en la actualidad, existían por esa época limitaciones
financieras en Cuba, las que ocasionaron que el régimen tuviera que
retener las transferencias al exterior de todas las transacciones. Con
posterioridad, a finales de 2010, en un discurso a la Asamblea Nacional
del Poder Popular, Raúl Castro declaró que las limitaciones serían
suprimidas al año siguiente.
De forma significativa, por esa época disminuyeron los negocios con
capitales extranjeros activos en el país, en la Comisión de Economía de
la Asamblea Nacional se informó que solo quedaban 258; mientras las
españolas eran al menos 280, según lo reclamado por Moratinos. Eso
indica la preocupación que despertó la suspensión de transferencias al
exterior durante un período tan prolongado. Cinco años después, solo
existían 208 negocios con capital extranjero, pese a haberse superado la
situación de los impagos.
Ante el estancamiento de la economía cubana y la disminución de
inversores, no le quedó al régimen otra opción que sustituir la
limitadísima Ley No.77 de 1995 para la Inversión Extranjera, por la más
atractiva –en apariencia– Ley No.118 de 2014. Se divulgó de manera
oficial, que para lograr el desarrollo -que no se consiguió en 55 años,
pese al endeudamiento provocado, en parte por un fabuloso gasto
inversionista- era necesaria una inversión extranjera anual, de unos 2
500 millones de dólares.
Es de destacar que solo con Rusia la deuda alcanzó 35 mil millones de
dólares, de la cual el presidente Putin condonó el 90% en su visita a
Cuba en 2014. Pero también habría que agregar lo que se le debe al Club
de Paris, a naciones del antiguo campo socialista, Venezuela y otros países.
La nueva ley contiene elementos como la garantía del Estado al
inversionista de la libre transferencia al exterior de los dividendos o
beneficios que obtenga por la explotación de la inversión. Aunque esto
esté establecido, es previsible por la precariedad de la economía, una
situación de suspensión de transferencias, al igual que en el período
2008-2011.
Se autoriza la creación de empresas de capital totalmente extranjero,
pero solo para la ejecución de inversiones complejas y especialmente
para infraestructura industrial. En el resto de las asociaciones deberá
haber participación estatal, que tendrá que ser mayoritaria en la
explotación de recursos naturales, servicios públicos, biotecnología,
comercio mayorista y turismo, es decir, en casi todo.
La Cartera de Oportunidades de Inversión limitará las posibilidades, y
su primera versión ya fue aprobada por el Consejo de Ministros en 2014 y
contaba con 246 proyectos, calculados en 8 710 millones de dólares, de
los sectores agroalimentario, construcción, industria farmacéutica,
biotecnología y energía renovable.
Además persisten trabas, como una que ocasiona serias molestias, debido
a que los inversores foráneos no pueden contratar directamente a sus
trabajadores, lo que implica que no podrán tener empleados de confianza.
Este fue uno de los motivos de sanción a Tokmakjian, ya que los que
laboran para el Estado tienen bajos salarios, a causa de la apropiación
oficial de la mayor parte de lo que les pagan, y esto hace que estén
condenados a la desmotivación y a la ineficiencia.
Las personas naturales del país no pueden ser socios del inversionista
extranjero y éstos solo pueden asociarse con propiedades estatales o
cooperativas fácilmente controlables por el Estado; lo que limita las
oportunidades del capital; pero un aspecto que debe considerarse
importante es que los inversores foráneos pueden ser expropiados por
motivos de utilidad pública o interés social, algo que determinaría el
Consejo de Ministros.
No obstante a todas las limitaciones anteriores, es imposible olvidar
que con mucha facilidad se puede modificar una ley en el país. Basta con
que el Consejo de Estado emita un decreto-ley, o el Consejo de Ministros
apruebe algo al respecto; aunque esté revocando o contrariando la
votación unánime de la obediente Asamblea Nacional del Poder Popular, en
una de sus dos breves sesiones anuales.
(Arnaldo Ramos Lauzurique)
Source: Si vas a invertir en Cuba, pregúntale a Tokmakjian | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/si-vas-a-invertir-en-cuba-preguntale-a-tokmakjian/
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