Saturday, October 3, 2015

Aquel primer Comité Central

Aquel primer Comité Central
REINALDO ESCOBAR, La Habana | Octubre 02, 2015

Hace ya 50 años se presentó el primer Comité Central del Partido
Comunista de Cuba (PCC). Quedó integrado por un centenar de personas
entre las cuales había 57 comandantes, nueve capitanes, un teniente y 33
civiles. De aquella pléyade solo permanecen con vida y en funciones ocho
personas, sin incluir a Fidel Castro. El promedio de edad de estos
"sobrevivientes" llega hoy aproximadamente a los 83 años.

La última vez que hubo una elección formal de miembros del Comité
Central fue en 1997 durante el quinto Congreso del PCC. En aquella
ocasión, de los integrantes de la lista inicial quedaban 14, pero han
pasado 18 años desde entonces y, tras la muerte de Vilma Espín, Juan
Almeida y, más recientemente, de Jorge Risquet, más el retiro por
destitución o enfermedad de Rogelio Acevedo, Osmany Cienfuegos y Pedro
Miret, la llamada "Generación histórica de la Revolución" ha visto
considerablemente achicado su número.

Habría que considerar el caso del comandante Guillermo García, aún en
activo, que aunque no es miembro del Comité Central actual, sí estuvo en
aquel inventario de revolucionarios probados que se dio a conocer el 3
de octubre de 1965, el mismo día en que, para justificar el trabajo de
los confeccionadores de efemérides, se bautizó al partido con el
apelativo de Comunista, se leyó la carta de despedida de Ernesto Guevara
y se fundó el periódico Granma.

Aparte de Raúl Castro, se mantienen en activo Ramiro Valdés (83 años),
José Ramón Machado Ventura (85), Abelardo Colomé Ibarra (76) y, el más
joven de todos, Leopoldo Cinta Frías, que el 17 de julio de este año
cumplió solo 72 años. Se suman Armando Hart (85), que solo se mueve en
silla de ruedas, el general Ramón Pardo Guerra, al frente de la Defensa
Civil, y Julio Camacho Aguilera, que apenas aparece en las
conmemoraciones de menor importancia. La fecha de nacimiento de estos
dos últimos no aparece en ningún registro accesible.

Las implacables leyes de la biología conducen a calcular que la merma se
hará mucho más dramática cuando se realice el octavo Congreso del
Partido en 2021 (si es que se celebra). Para entonces, probablemente no
quedará nadie que se sienta culpable por los fusilamientos ni por las
confiscaciones, que es el precio que se paga hoy por exhibir el blasón
de haber pertenecido a la generación histórica que encontró su
certificado de pedigrí aquella noche de octubre en que el teatro
Chaplin, hoy Karl Marx, sirvió de escenario para presentar al flamante
Comité Central.

En este centenar de nombres hay dos suicidios (Osvaldo Dorticós y Haydée
Santamaría), un fusilado (Arnaldo Ochoa) y un condenado a 20 años de
prisión (José Abrantes). Pero la mayoría ha muerto, en combate o en la
cama de un hospital; o ha pasado a retiro, bien por achaques de la edad
o por destituciones. Al menos ninguno ha desertado (que se sepa), si es
que eso le sirve de mérito a quienes hicieron el casting.

Aquella fue una tropa obediente a los designios del máximo líder. Los
tronados aceptaron con docilidad su castigo, los ascendidos asumieron
con humildad su promoción. Callaron sus discrepancias y probaron a
aplaudir como miembros de la mejor claque; supieron cuándo levantar la
mano para aprobar y cómo salirle al paso a los compañeros que se
desviaban del camino y, en ese trance, se hicieron hábiles en la oscura
redacción de informes delatores.

Ya pasaron, ya están pasando. Habrá que aprender a perdonar sin olvidar.
El futuro, como dice el irreverente roquero Gorki Águila, pertenece por
entero al futuro.

Source: Aquel primer Comité Central -
http://www.14ymedio.com/opinion/primer-Comite-Central_0_1863413646.html

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