Saturday, September 5, 2015

Francisco - ¿revolucionario o estratega mediático?

Francisco: ¿revolucionario o estratega mediático?
El Papa es un maestro a la hora de envolver sus perlas dentro de un
esmerado lenguaje de piedad y de misericordia cristiana
viernes, septiembre 4, 2015 | José Hugo Fernández

MIAMI, Estados Unidos – A los homosexuales cubanos que aspiran a
constituir legalmente una familia con sus parejas, hijos adoptivos
incluidos, y a las mujeres que han abortado o contemplan la eventualidad
de abortar si fuese necesario, quizá no les convenzan del todo las
declaraciones del Papa Francisco ante tales asuntos, a pesar del gran
revuelo mediático que están provocando por estos días.

Claro, que si tenemos en cuenta la actitud histórica de la Iglesia
Católica, no queda otro remedio que aceptar como revolucionario lo
expresado por el actual Papa al respecto. Pero a otra conclusión, bien
distinta, podríamos arribar quizá cuando nos adentramos en la esencia de
sus palabras.

En cuanto a la postura tradicionalmente machista y misógina de la
Iglesia, ni siquiera haría falta escarbar mucho. El Papa Francisco aboga
por una mayor implicación de las mujeres católicas, pero ha rechazado en
público que puedan ejercer el sacerdocio. Literalmente, dijo que "esa
puerta está cerrada".

Y sobre el aborto en concreto, es cierto que acaba de sentar un
precedente histórico al autorizar a los sacerdotes para que perdonen a
las mujeres que lo han practicado; pero tal concesión es bien limitada,
pues sólo tendrá vigencia durante el llamado Jubileo de la Misericordia,
o sea, entre el próximo 8 de diciembre y el 20 de noviembre de 2016. Por
lo demás, la orden deja intacta la posición intolerante, implacable y
retrógrada de la Iglesia, según la cual el aborto es un pecado grave
–sin excepciones–, que los sacerdotes sólo pueden absolver por
determinación de un obispo o del Sumo Pontífice. Ahora mismo, al emitir
esta orden, el Papa Francisco tuvo a bien aclarar que únicamente está
destinada a las mujeres que lo practicaron y que estén dispuestas a
reconocerlo como un pecado, del cual se declaran arrepentidas de corazón
y resueltas a pedir perdón.

En el caso de la homosexualidad, tal vez resulte más compleja –aunque no
por ello menos reveladora– la actitud de Francisco. Sus primeras
declaraciones públicas como Papa datan de julio de 2013, cuando, a muy
pocos meses de haber asumido la dirección del Vaticano, visitó Brasil,
el país con mayor número de católicos a nivel de todo el mundo. Ante la
insistencia de la prensa, manifestó entonces algo que es muy citado en
estos días por los medios, pero fragmentariamente y hasta un tanto fuera
de contexto: "Si una persona es gay y busca a Dios, y tiene buena
voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?".

Es su frase tan repetida ahora, pero sin que nadie se detenga a analizar
cómo conceptualiza el Papa la "buena voluntad" de los homosexuales. ¿Qué
tipo de diferencia contempla él entre un homosexual con "buena voluntad"
y otro que no la tenga? No obstante, todavía más serio es que, al citar
esta frase, nadie aclare que Francisco se estaba refiriendo al caso
concreto de los sacerdotes católicos y en el contexto de uno de los más
sonados escándalos que ha sufrido la Iglesia de Roma en los últimos
tiempos, relacionado con el muy poderoso lobby gay que existía –y
existe– dentro del Vaticano, y cuyos oscuros manejos causaron en gran
medida la renuncia del Papa anterior, Benedicto XVI. Por cierto, sobre
este caso, Francisco completó la frase tan citada hoy, al concluir. "Si
una persona ha pecado y después se convierte, el Señor la perdona y eso
se olvida". ¿Qué estaba reconociendo? ¿Que la homosexualidad es un
pecado, o que sólo pecaron los homosexuales del lobby del Vaticano al
conspirar contra su dirigente supremo, siendo este un pecado por lo cual
debían perdonarles?

Donde Francisco sí parece haber expresado muy claramente lo que piensa
sobre los homosexuales, en general, y particularmente sobre la
posibilidad de que éstos se unan en matrimonio, tal vez sea en una carta
que escribiera poco tiempo antes de que lo nombrasen Papa y que ahora
mismo puede ser consultada en el sitio Aleteia.org. En esa carta, que
dirigiera al Director del Departamento de Laicos de la Conferencia
Episcopal Argentina, en el año 2010, cuando todavía era el cardenal
Jorge Bergoglio, expresa él, literalmente, que el matrimonio gay
significa "un real y grave retroceso antropológico".

Desde luego que el Papa Francisco es un maestro a la hora de envolver
sus perlas dentro de un esmerado lenguaje de piedad y de misericordia
cristiana. Sus discursos suelen ser muy parecidos a los de los
políticos, que inmediatamente después de decir "digo", corrigen para
decir "Diego".

Sólo que, en su caso, es preciso afrontar el discurso con prevención,
pues al menor descuido te dejas ganar por la dulzura de las palabras y
por la aparente radicalidad de los juicios que éstas contraen. A modo de
ilustración, tal vez baste con el siguiente párrafo de la carta
mencionada anteriormente: "No es lo mismo el matrimonio (conformado por
varón y mujer) que la unión de dos personas del mismo sexo. Distinguir
no es discriminar, sino respetar; diferenciar para discernir es valorar
con propiedad, no discriminar. En un tiempo en que ponemos énfasis en la
riqueza del pluralismo y la diversidad cultural y social, resulta una
contradicción minimizar las diferencias humanas fundamentales. No es lo
mismo un padre que una madre. No podemos enseñar a las futuras
generaciones que es igual prepararse para desplegar un proyecto de
familia asumiendo el compromiso de una relación estable entre varón y
mujer que convivir con una persona del mismo sexo".

A tenor de este lenguaje dulcemente enrevesado, el Papa Francisco hoy
hace historia con pasos de siete leguas, gracias a los medios difusores
de casi todo el mundo. Sólo falta por ver si la Iglesia Católica –con él
al frente– avanzará a la misma velocidad de sus palabras, tratando de
dejar atrás la rancia, reaccionaria y anticientífica posición que le ha
caracterizado durante siglos, especialmente en lo referido al rechazo a
las mujeres y a la condena contra los homosexuales, aun cuando muy
posiblemente ninguna otra organización humana haya poseído jamás un
mayor número de homosexuales entre sus huestes, desde el sacerdote de
menor rango hasta los más egregios mandamases.

Nota de la redacción: El periodista independiente José Hugo Fernández
reside en Cuba y se encuentra de visita en Estados Unidos

Source: Francisco: ¿revolucionario o estratega mediático? | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/papa-francisco-revolucionario-o-estratega-mediatico/

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