Tuesday, September 15, 2015

De campeones “buenos” y “malos”

De campeones "buenos" y "malos"
Dos deportistas discapacitados nos cuentan sus historias de limitaciones
y perseverancia
martes, septiembre 15, 2015 | Ricardo Sánchez Tamayo

BAYAMO, Cuba – El denominador común entre dos jóvenes deportistas
bayameses es la disciplina escogida y el ser discapacitados físicos. Sin
embargo, A Leydis Rodríguez y Luis Perea les separan caminos diferentes
en cuanto a resultados obtenidos y atención por parte de las autoridades
deportivas locales.

Leidys Rodríguez tiene ahora 31 años y su vida parecía marcada por el
infortunio. Con apenas un año de edad, una enfermedad y posterior
negligencia médica en el Hospital Clínico Quirúrgico Celia Sánchez
Manduley de la ciudad de Manzanillo condujeron a amputarle las piernas,
según declara su madre.

En la Cuba de inexistentes oportunidades, la niña y su familia vivieron
disímiles vicisitudes: precarias condiciones en el hogar y la nula
compensación social. Las regulaciones establecen que contar con
familiares directos invalida la ayuda económica de Estado para los
discapacitados como Leydis, porque los otros miembros del hogar han de
hacerse responsables.

Así fue como Clarisbel Rodríguez y su esposo tuvieron que luchar solos
con tres hijas, una de ellas discapacitada. Pero no permitieron que
Leydis fuese vista diferente. Por ello, afirma su orgullosa progenitora,
"la apoyé siempre" y "nunca desde la lástima", según dice también Lenia,
hermana de Leydis.

Quizá por esa filosofía, Leidys Rodríguez es hoy la Campeona
Parapanamericana en levantamiento de pesas y recordista continental en
los 77 kilogramos. Se trata de la primera mujer cubana en lograr
semejante hazaña.

Hace cuatro años, cuando buscaba en qué emplear su tiempo, la muchacha
comenzó a practicar baloncesto antes de encontrar su verdadera pasión
deportiva. El entrenador nacional de su actual disciplina, Ramón
Martínez (Guaso) –quien devendría además un gran amigo–, afirma: "Vi las
cualidades físicas de Leidys desde el principio y también su condición
humana".

A pesar del éxito que viven hoy, Lenia no olvida aquellos días en que
tenía que llevarla a la escuela, entre terraplenes y sobre sus hombros.
De lunes a viernes, tres kilómetros, sin silla de ruedas.

Pero aquél esfuerzo no fue suficiente. Leidys se vio obligada a
abandonar sus estudios secundarios porque las clases eran en un tercer
piso y los burócratas de Educación nunca buscaron soluciones para ella.
Todo ese tiempo la madre se mantuvo en gestiones con el gobierno,
pidiendo ayudas que jamás llegaron.

Ya con 14 años la niña, fue que la Asociación Cubana de Limitados
Físicos y Motores (ACLIFIM) le ofreció una silla de ruedas, una casa
pequeña y una chequera de 190 pesos (menos de ocho dólares), que muchas
veces se ha visto en peligro de ser retirada.

La medalla de oro alcanzada en Toronto, Canadá, es un importante triunfo
a la perseverancia de Leydis. Sin embargo su más preciado premio es su
hijo, ahora de diez años. Leidys confiesa sentirse muy ilusionada y
estimulada para seguir trabajando en pos de nuevos triunfos: "Quiero
demostrar al mundo que una discapacidad física no es justificación para
dejar de luchar".

Una historia bien diferente es la de Luis Perea, también un deportista
discapacitado bayamés, cercano a sus 31 años.

Según declaraciones de su madre, a los seis meses de nacido el niño
contrajo poliomelitis y las secuelas le atrofiaron la pierna izquierda y
su movilidad. Sin embargo, "desde edades tempranas Luis comenzó a
interesarse por el deporte", sigue contando su mamá. "En una ocasión que
se encontraba practicando pesas en el combinado deportivo de nuestra
comunidad, fue observado por el facilitador que atiende la especialidad
para discapacitados. No recuerdo su nombre. Éste señor apreció las
condiciones físicas de mi hijo, llegando a la conclusión de que tenía
talento para empeños mayores".

Los frutos no se hacieron esperar. Desde el año 2001, Luis comenzó a
cosechar lauros, implantando récords nacionales. Sus resultados le
llevaron al equipo Cuba, permitiéndole participar en varios eventos
internacionales. Fue medallista en Juegos Parapanamericanos y
participante de los Juegos Paralímpicos de Beijing 2008 y Londres 2012.
Por estos resultados lo seleccionarion miembro de la ACLIFIM, y la
Asamblea Municipal del Poder Popular en la capital granmense lo declaró
Hijo Ilustre de la ciudad.

Todo cambió en el año 2014, cuando decidió vender su casa y abandonar
ilegalmente el país con parte de su familia. Atrás quedaban su esposa y
dos hijos.

Entonces, las autoridades deportivas y gubernamentales quitaron de la
fachada del que había sido su hogar la placa de Hijo Ilustre de Bayamo y
pretendieron borrar su historia. Y como luego se sucedieran otros
eventos desagradables contra la familia que había quedado en Cuba, Luis
se vio obligado a regresar, temiendo por los suyos

Lo que había dejado cuando salió de Bayamo lo encontró totalmente
diferente: "Fue muy desagradable. Nunca olvidaré el momento en que
Pastor Vega, presidente de la ACLIFIM en Bayamo, me dijo que yo era una
vergüenza para mi tierra. Me expulsaron de la institución y le
prohibieron a mis ex compañeros de equipo que visitaran mi casa o me
dirigieran la palabra, y a mí me imposibilitaron la práctica del
deporte. Me trataron como el peor de los delincuentes".

"Guaso", el mismo entrenador de Leydis Rodríguez, cuando se le pregunta
sobre la actitud de las autoridades hacia Luis responde que "como
deportista es bueno, eso es lo único que estoy autorizado a decir".

No quedaron muchas alternativas para el pesista. Hoy encuentra paz y
sosiego en una iglesia de su barrio, que además le ayuda con alimentos y
ropa para su familia. A ellos no se les permite trabajar en nada que
tenga que ver con el estado, ni tampoco se les concede licencia para
dedicarse al trabajo privado. Viven, literalmente, de la caridad pública.

Al despedirse de este reportero, Luis comenta: "Jamás pensé que me
sentiría como extraño en mi propia tierra y que después de todo lo que
ofrecí se me tratara como a un traidor. He decidido que ni yo ni mi
familia hablaríamos más sobre este tema. Sólo nos trae problemas.
Vivimos mi esposa e hijos con temor, por todo lo que hemos pasado, pero
rodeados del cariño de vecinos y los amigos más allegados; pensando que
todavía hay un futuro y que, más temprano que tarde, éste tocará a mi
puerta".

Source: De campeones "buenos" y "malos" | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/deportistas-discapacitados-contra-la-desidia-y-el-desprecio-gubernamental/

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