¿Cuántos cerrajeros tiene el Papa?
Con la excarcelación de 3.522 presos, Francisco consigue los primeros
logros de su visita a Cuba antes incluso de subir al avión
JORGE MARIRRODRIGA 14 SEP 2015 - 00:00 CEST
En una muestra de prepotencia, una vez Stalin preguntó jocosamente
cuántas divisiones tenía el Papa. Como siempre pasa con las cosas del
Vaticano, la respuesta se demoró varios años, y aunque el dictador
soviético ya no estaba para verlo, tuvo respuesta a su pregunta cuando
el comunismo se desmoronó en el Este de Europa como un castillo de
naipes. Aunque fue una respuesta a la manera vaticana: ¿qué más da
cuántas? Al Papa no le hacían falta divisiones para ser uno de los
protagonistas del fin del telón de acero.
El régimen cubano, uno de los escasísimos vestigios de aquella época de
la guerra fría, ha anunciado la liberación de 3.522 reclusos con motivo
de la llegada a la isla de Francisco el próximo sábado. Amnistiará a
enfermos crónicos, menores de 20 años sin antecedentes penales, presos
que iban a obtener la libertad condicional en 2016, mujeres y
extranjeros. Un gesto hacia el Pontífice que desde que accedió a la
cátedra de Pedro pasa los Jueves Santos visitando a los presos y que
comienza a cosechar los frutos de su larga visita al continente
americano —Cuba, Estados Unidos y Asamblea General de Naciones Unidas—
antes incluso de subirse al avión. En realidad, cuando aborde el avión
el próximo sábado por la mañana ya habrá cosechado un fruto intangible,
pero valiosísimo en el panorama político internacional. Ya no lo hará,
como en su primer viaje a Brasil en 2013, como un personaje curioso
recién llegado al cargo, sino como un actor político de primer orden,
capaz de intervenir entre bambalinas en los procesos más importantes.
Bergoglio va a visitar Washington y La Habana, dos enconados enemigos en
proceso de reconciliación que han representado mundos opuestos y en cuyo
acercamiento ha intervenido directamente sin que nadie lo supiera hasta
que Obama y Castro lo anunciaron y le dieron las gracias públicamente.
Es más, dormirá en la misma ciudad en la que se celebran unas históricas
negociaciones de paz que pueden terminar con la guerra más antigua de
Latinoamérica —la de Colombia— y en las que la guerrilla ha solicitado a
un representante del Vaticano en la mesa.
Pero aunque Jorge Bergoglio esté siendo el primer Papa en muchas cosas
—el primero al menos en la memoria de los periodistas, a veces tan corta
como la de los peces— en esto de las excarcelaciones ya se le han
adelantado sus dos predecesores. En concreto, con la visita de Juan
Pablo II en 1998, Fidel Castro liberó a unos 300 reclusos. Y con la de
Benedicto XVI en 2012 su hermano Raúl excarceló a otros 3.000 presos. Es
decir, que entre los tres pontífices romanos, solo por llegar a Cuba, se
ha logrado la liberación de unas 6.300 personas. Por muchísimo menos de
esa cifra firmaría ahora mismo cualquier mandatario para poderse
presentar ante su electorado como un experto cerrajero de las relaciones
internacionales capaz de abrir puertas imposibles. Claro que el Papa no
tiene electorado. Ni tampoco divisiones. Pero a la vista de las cifras,
habría que empezar a preguntarse cuántos cerrajeros.
Source: Francisco: ¿Cuántos cerrajeros tiene el Papa? | Opinión | EL
PAÍS -
http://elpais.com/elpais/2015/09/13/opinion/1442166488_585630.html?ref=rss&format=simple&link=link
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