EN NUESTRA OPINIÓN: Causa y efecto en La Habana
JUNTA EDITORIAL
El sábado, el Papa Francisco llegará a Cuba. El viernes pasado, el
gobierno cubano anunció el indulto de 3,522 presos. ¿Causa y efecto?
No hay que conjeturar si este gesto es una señal de que al cabo de 56
años el régimen castrista por fin está suavizando la opresión de 11
millones de cubanos, que es el resultado que espera el gobierno
norteamericano con el acercamiento. Así no es cómo las dictaduras funcionan.
El régimen cubano vacía sus cárceles según su conveniencia política, y
lo hace ver como un gobierno benévolo para el mundo exterior, justo
antes de que la mirada internacional se pose sobre la isla.
Los indultados son hombres y mujeres, jóvenes y viejos que habían
cometido delitos por primera vez, delitos no violentos. Pero ninguno de
los miles de presos políticos está entre ellos. Esperamos que el Papa
diga algo al respecto.
No es la primera vez que el régimen monta el espectáculo de liberar
presos, una herramienta favorita de negociación de los hermanos Castro.
En 1978, Fidel Castro liberó a casi 3,800 presos políticos en un acuerdo
con el presidente Jimmy Carter.
Y dos veces, antes de visitas papales, el gobierno cubano ha soltado
presos, para volver a llenar las cárceles en cuanto el avión del Papa
alzó el vuelo.
En 1998, Fidel Castro liberó a 300 presos antes de la visita del Papa
Juan Pablo II. Y en el 2011, Raúl Castro soltó a casi 3,100 antes de la
visita del Papa Benedicto XVI.
Un mes después del anuncio del restablecimiento de las relaciones, el
régimen cubano liberó a 53 disidentes. Muchos ya casi habían cumplido
sus sentencias o habían sido puestos en libertad meses antes. En otras
palabras, fue un gesto vacío.
Pero los que conocen bien al gobierno cubano piensan que el último
anuncio de liberación de presos se hizo para distraer a la prensa
internacional. El jueves, el socio de Castro en materia represiva,
Venezuela, sentenció al líder opositor Leopoldo López a 13 años de
cárcel, solo por haberse opuesto pacíficamente al régimen de Nicolás Maduro.
La liberación de los presos en Cuba le robó titulares a la sentencia de
López.
El régimen cubano quiere abrir sus puertas al turismo, las inversiones y
los negocios norteamericanos para salvar su economía, como han hecho
China y Vietnam. Pero no quiere que sus ciudadanos se expresen contra el
gobierno.
Estados Unidos debe dejar claro que el régimen cubano no puede tener lo
primero sin eliminar las restricciones a sus ciudadanos, sin liberar a
sus presos políticos, encarcelados bajo cargos fabricados.
La diplomacia norteamericana se basa en la creencia de que normalizar
los lazos con países como Cuba puede cambiar las cosas. Pero eso aún
está por ver.
Cuba debe hacer más que liberar a presos y ofrecer una reforma de los
derechos humanos real y permanente.
Source: EN NUESTRA OPINIÓN: Causa y efecto en La Habana | El Nuevo
Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/en-nuestra-opinion/article34983315.html
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