Los sin poder
HILDEBRANDO CHAVIANO MONTES | La Habana | 28 Abr 2015 - 7:08 am.
Hay un desfase entre el movimiento político en las altas esferas del
Gobierno, y el estancamiento ideológico de la sociedad.
Segunda vuelta en las elecciones del Poder Popular en la Circunscripción
#7 del municipio Plaza de la Revolución. Tranquilidad absoluta, poca
afluencia de votantes, ningún curioso, al fin se toman un descanso los
oficiales de la Seguridad del Estado. Tampoco hay prensa nacional o
extranjera cubriendo el evento, los nervios están relajados. Las
elecciones municipales vuelven a su rutina.
El fenómeno ocurrido el domingo 19 de abril dejó experiencias, algunos
resquemores, aclaró y definió posiciones y, sobre todo, envió un mensaje
a los cubanos de aquí y a los que se encuentran regados por el mundo, a
los gobernantes y a los opositores, al ciudadano que vive solo de lo que
dan el día primero de cada mes por la libreta de racionamiento, y a los
que tienen la dicha de recibir una remesa familiar porque tienen la
desgracia de que un ser querido emigró.
Los cubanos podemos resolver nuestros asuntos sin esperar por los
americanos, no es el embargo o su levantamiento lo que impide o va a
favorecer que en Cuba las cosas mejoren. La ausencia de diálogo, el odio
a las ideas diferentes y la discriminación feroz contra el que se atreve
a expresarlas levanta entre los cubanos un muro más alto, ancho y largo
que cualquier otro muro famoso, como el de Berlín.
¿Qué ideas pasaron por las mentes de los que el día 19 de abril
escuchaban expectantes el conteo de las boletas electorales? ¿De salir
electo el candidato no comunista se caería "la revolución"? ¿Vendría una
invasión a apoyarlo estableciendo una cabeza de playa en el Focsa?
La reacción fue exagerada por parte de quienes participaron en el acto
de repudio o de "reafirmación revolucionaria", como también les llaman.
Bien pudieron escoger el aplaudir lo que allí había ocurrido en lugar de
ponerse a gritar como energúmenos repitiendo consignas carentes de
sentido que lo mismo podían ser dirigidas en contra de la Constitución y
la Ley Electoral que me dan derecho a elegir y ser elegido, que en
contra de Raúl Castro, porque está llamando a las empresas
transnacionales capitalistas a invertir en nuestro país, lo cual
significa que el regreso del capitalismo a Cuba es ya un hecho consumado.
Hay un desfase entre el movimiento político en las altas esferas del
Gobierno, y el estancamiento ideológico de la sociedad, que no se ha
percatado de que ya no hay amenaza de que nos invadan los
norteamericanos armados hasta los dientes con sus destructores y
portaviones, sino que ahora van a venir en ferris y cruceros vestidos
con bermudas, camisas con palmitas, un daiquiri en una mano y una maraca
en la otra.
Bien podría el gobernante cubano, como gesto de buena voluntad hacia los
que pensamos diferente, prohibir los actos de repudio que tanto dañan la
imagen de un pueblo supuestamente culto y hasta democrático según dicen,
y de paso, declarar proscritas las "brigadas de respuesta rápida",
fuerzas que operan al margen de la ley y demasiado parecidas a las
utilizadas por el nazismo y el fascismo en la represión a sus opositores.
Creo que va llegando el momento de que los cubanos también nos demos las
manos como acaban de hacer en Panamá Raúl Castro, Presidente de Cuba, y
Barak Obama, Presidente de los Estados Unidos de América; que la sonrisa
sustituya al improperio y la mano abierta al puño cerrado. La
consecución del bienestar de nuestro pueblo se encuentra por encima de
las ideologías, porque a fin de cuentas ni el socialismo ni el
capitalismo son buenos per se, y aunque no le guste a algunos, la
condición de cubanos no nos la otorga ni nos la quita nadie. Este
problema es de todos.
Source: Los sin poder | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/1430128653_14221.html
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