Thursday, April 23, 2015

Los bitongos y los guapos

Los bitongos y los guapos
[23-04-2015 09:19:08]
Victor Manuel Domínguez García

(www.miscelaneasdecuba.net).- El encuentro en la Ciudad de Panamá con
algunos intelectuales cubanos, más que sorpresa, me causó aversión.
Convertidos en cromañones a sueldo de la "revolución", entre gritos
histéricos, consignas recicladas, amenazas y golpes, los voceros del
régimen dejaron una patética imagen para la posteridad.
Entronizados como Sociedad Civil por la voluntad de las autoridades
cubanas durante la celebración de la VII Cumbre de las Américas, en
Panamá, sus intolerantes balidos de carneros pronto mutaron en aullidos
de lobos para boicotear el Foro Social por la participación ciudadana
que pretendía lograr un diálogo inclusivo entre las diversas tendencias
públicas de la región.

Como bitongos de salón con pajaritas rojas sobre un traje verde olivo, y
guapos de solar habanero en la marginalidad, la comitiva oficial cubana,
integrada por altos funcionarios del poder, miembros del partido único,
estudiantes, escritores y artistas, entre otros, parecía más militar que
civil.

Encabezada por Abel Prieto, escritor, ensayista, ex presidente de la
Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac); ex Ministro de Cultura,
y hoy Asesor Cultural del presidente Raúl Castro, la delegación cubana
se negó a dialogar con su contraparte de una sociedad civil que vive al
margen del control estatal.

Con el burdo y obsoleto pretexto de que la comitiva de disidentes,
opositores, blogueros, periodistas independientes, bibliotecarios y un
amplio espectro económico y socio cultural que florece pese a la
represión policial, no son más que mercenarios al servicio de una
potencia extranjera, desataron el caos.

Tanto frente al hotel El Panamá (sede del evento oficial donde se
reunieron los Jefes de Gobiernos y Estados), como en los alrededores del
Continental, Sonesta, Novo Hotel y otras instalaciones para el encuentro
de la sociedad civil en la Cumbre de los Pueblos y otros foros sociales
alternativos, como la libertad de prensa, los intelectuales llevaron la
voz cantante en la represión.

Miguel Barnet, calificado por la prensa cubana como un cimarronzuelo (es
autor de Biografía de un cimarrón), por su actitud intolerante, dejó
bien claro que pertenece a la Cuba revolucionaria, –no a la patria- de
Fidel y de Raúl, como si la isla, en lugar de un país para todos, fuera
un feudo de los Castro.

Asimismo, Eusebio Leal, Historiador de La Habana, afirmó sentirse
salpicado de lodo por la presencia en Panamá de un grupo representativo
de cubanos no afines con la revolución. Parecidos disparates
discriminatorios expresaron los Premios Nacionales de Literatura Eduardo
Heras, Fernando Martínez Heredia, y Rigoberto Feraudy, director de un
proyecto por la integración racial.

Es decir, que la comitiva de la Sociedad Civil oficial, más que a
dialogar, fue a ofender; en lugar de unir, a separar; en una especie de
cortina de humo ideológica, tras las que se ocultan, en un ejercicio de
marketing político que abarca todos los matices de la revolución, un
acto de oportunismo nacional.

Junto al sentimiento de rechazo que provocaron por su actitud en las
diversas sociedades civiles continental, perdieron la oportunidad de
demostrar que no tienen miedo al diálogo civilizado, la confrontación de
ideas en planos de igualdad, y otros modos de convivencia pacífica que
tanto necesita la nación.

De que fueron por lana y salieron trasquilados lo demuestra la prensa
internacional, las opiniones de participantes de otras naciones, y el
diálogo nuestro con otras delegaciones que nunca imaginaron que por el
simple derecho de opinar de forma diferente a la oficial, alguien fuera
atacado.

Con una "intelectualidad" de tan elevada catadura moral, Cuba no
necesita enemigos. Recibidos como héroes en el país, luego de "La
batalla de Panamá, los voceros del régimen continuarán su labor de
censurar o prohibir, desde los Sonetos Lujuriosos escritos por El
Aretino en el Siglo XVI, hasta el actual Susurro de Tatlín, de Tania
Brugueras. Ver para creer, como Santo Tomás.

Source: Los bitongos y los guapos - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/55389cec3a682e09e4f9b57c#.VTjSbiGqqko

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