La revolución y sus analfabetos funcionales
JORGE OLIVERA CASTILLO | La Habana | 23 Abr 2015 - 9:52 am.
Según un amigo cercano, no menos de la mitad de los graduados en las
universidades cubanas durante los últimos 50 años, lo ha hecho en balde.
Tal afirmación pudiera considerarse viciada y extremista, pero la
realidad desborda los estimados que siguen sin tener cabida en la prensa
oficial ni en el resto de los espacios controlados por el Estado-Partido.
Desde un inicio, lo que contó fue la masividad. La única barrera
infranqueable en el camino a la Educación Superior son las fisuras
ideológicas. La consigna de que la universidad es solo para los
revolucionarios se mantiene tan vigente como el primer día en que fue
proclamada desde las tribunas y aclamada por las multitudes.
El coeficiente intelectual y la idoneidad se convirtieron en elementos
secundarios durante el proceso de admisión.
Si a estos disparates se le añaden el atraso en las metodologías de
enseñanza y las limitaciones en el uso de las nuevas tecnologías, se
llega fácilmente a conclusiones sin nada en común con las estadísticas
que sobredimensionan éxitos y adelantan perspectivas a cumplirse, única
y exclusivamente, en los informes de los funcionarios.
En este escenario es normal que el diploma que acredita la graduación
universitaria sea a menudo una pista falsa.
A veces mediante una simple conversación se constata la ignorancia sobre
temas claves de la historia nacional y otros asuntos cuyo aprendizaje se
remite al nivel secundario.
Hay casos en que las habilidades se limitan a la especialidad estudiada,
sin que estas denoten una preparación de excelencia.
La futura consolidación del capitalismo en Cuba es una noticia poco
alentadora para muchos de los muestran con orgullo mal disimulado su
título universitario.
En ese contexto será imposible ocultar el rosario de lagunas cognitivas.
La competitividad dictará las pautas y no la participación en un acto de
reafirmación revolucionaria u otros de los artificios que explican el
culto al parasitismo social y la codificación del fraude como norma
ciudadana en la lucha por la supervivencia.
Es una pena que se hayan invertido tantos recursos materiales y humanos
para la obtención de resultados tan pobres.
El derrumbe de los paradigmas del socialismo en su versión caribeña es
un fenómeno que pasa por su última etapa.
Entre las ruinas que exceden el marco figurativo para exhibir su
protagonismo a lo largo y ancho del país, se cuentan las que pertenecen
al Ministerio de Educación.
En este apartado de la tragedia, sobresale el ejército de analfabetos
funcionales formados en las aulas de la revolución.
Una de las herencias de un proyecto que fracasó y cuyos fundadores se
resisten a aceptar el veredicto de la historia.
Source: La revolución y sus analfabetos funcionales | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1429734652_14154.html
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