PEDRO CORZO: El naufragio del Granma
12/03/2014 2:00 PM 12/03/2014 8:28 PM
A Fidel Castro, sus partidarios, dentro y fuera de la isla, buscan
presentarlo como un hombre infalible. Un estratega consumado y un
táctico invencible.
En torno a la figura del dictador cubano, después del triunfo de la
insurrección, se tejieron muchas leyendas que procuraban proyectar el
héroe que nunca fue.
El oficialismo alimentó indirectamente la versión de que Castro había
sido uno de los protagonistas claves en los sucesos que la historia
recoge como "El Bogotazo''. También difundió la farsa de que para evitar
ser encarcelado, cruzó a nado la Bahía de Nipe cuando fue arrestado
junto a los expedicionarios de Cayo Confites. La verdad según relata
Carlos Franqui, fue que el capitán del barco le facilitó un bote para
que hiciera la travesía.
Todas las actividades desarrolladas por el caudillo cubano han sido
sobredimensionadas, exceptuando su vida gansteril en la Universidad de
La Habana, y su innegable habilidad para manipular acontecimientos y
personas.
Un ejemplo de esta manipulación fue cuando unos días antes de salir de
México en una entrevista a Benjamín de la Vega, declaró que los hombres
que militaban en el Movimiento 26 de Julio se comprometían a no aceptar
ningún cargo electoral después del triunfo insurreccional, pero que
estarían vigilantes de lo que ocurriera en Cuba.
Lamentablemente no leer entre líneas o la mala memoria, le jugó sucio a
los cubanos, porque aun antes de llegar al poder, alertó que él y sus
partidarios asumirían en el futuro de Cuba los roles de fiscal, juez y
ejecutor.
Otro caso a tener en cuenta fue el ataque al cuartel Moncada. La
operación fue pésimamente proyectada. Hubo falta de preparación en los
aspectos militares y tampoco contaban con los recursos suficientes para
alcanzar la victoria.
Por supuesto, queda considerar la posibilidad de que el caudillo solo
pretendía un espectáculo que lo proyectara a nivel nacional, sin
importar las vidas de los que le acompañaron en el empeño. Las otras
vidas, las de los que no piensan como él, nunca le han afectado.
Pero si el ataque al cuartel Moncada fue una derrota anunciada, el
naufragio del yate Granma, otro mito fundacional del castrismo, demostró
la incapacidad del liderazgo castrista, como apunta el coronel Ramón
Barquín en uno de sus libros.
La afirmación de Barquín se sustenta en que los días de navegación
fueron mal concebidos, porque el barco debía arribar a costas cubanas el
30 de noviembre, en coincidencia con un alzamiento en Santiago de Cuba
que había organizado Frank País, y no el 2 de diciembre, lo que afectó
la gesta santiaguera.
Sobre estos sucesos escribió Franqui a País. En la nota decía entre
otras cosas, "Armar los mismos hombres para atacar Santiago que los que
vinieron en el Granma costó infinitamente menos esfuerzos. Los
resultados militares fueron mejores y las pérdidas humanas y de
armamentos mínimas''.
El yate zarpó el 25 de noviembre. Siete días de navegación. La travesía
fue azarosa, difícil, la nave hizo aguas y los tripulantes se dieron
cuenta que los desagües de la embarcación estaban obstruidos, una
situación que demuestra la incapacidad y falta de prevención de los que
dirigían esa operación.
La obstrucción fue tan severa que se vieron obligados a lanzar por la
borda una parte de los equipos bélicos que transportaban. La embarcación
quedó encallada a 150 metros de la costa, sobre un banco de fango y a
dos kilómetros del puesto militar de Niquero.
Los expedicionarios perdieron municiones, equipos de radio y muchas
armas, entre ellas dos cañones antitanques con sus granadas. Se tuvieron
que lanzar al mar con lo estrictamente indispensable para el combate; en
consecuencia, cuando llegaron a tierra estaban exhaustos, desmoralizados
y decepcionados por las penosas circunstancias en que se había producido
el arribo.
Como resultado de la desastrosa operación que comandó Fidel Castro,
varios de los expedicionarios perdieron la vida en los primeros días y
un número importante fue apresado y encarcelado.
Castro montó un mito alrededor del fracaso. Partió a las montañas con
una veintena de hombres, pero declaró que le acompañaban doce, un
montaje siniestro en el que buscaba semejarse a Jesucristo y a sus doce
apóstoles.
Hay que reconocerle otra habilidad al dictador cubano. Siempre ha tenido
la destreza de encantar a quienes están dispuestos a ser seducidos.
Un ejemplo notable es la prensa, que las más de las veces ha favorecido
al decano de los dictadores del mundo. El dictador ha contado, como
ningún otro gobernante, con el respaldo de periodistas y medios
informativos que de un modo u otro y en diferentes oportunidades, han
auxiliado sus acciones o gestionado a su favor, como ha hecho en
reiteradas ocasiones entre otros medios, el New York Times, pero ese es
otro contar.
Pedro Corzo
Source: PEDRO CORZO: El naufragio del Granma | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article4263807.html
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