El desprecio de Raúl Castro al diálogo
Su ausencia en Veracruz reafirma la estrategia castrista de minimizar la
importancia de estas reuniones, donde los mandatarios comparten puntos
de vista y acuerdan iniciativas
jueves, diciembre 11, 2014 | Orlando Freire Santana
LA HABANA, Cuba. -Nada tiene de significativo, a primera vista, que el
gobernante cubano Raúl Castro no haya asistido a la Cumbre
Iberoamericana celebrada en la ciudad mexicana de Veracruz. El mismo día
en que comenzaba esa cita, se inauguraba en La Habana la V reunión
cumbre Cuba-Caricom, y era lógico que el General-Presidente, en su
calidad de anfitrión, optara por quedarse con sus colegas caribeños.
Sin embargo, para cualquier analista de la actualidad cubana queda claro
que la ausencia del menor de los Castro trasciende la esfera de lo
coyuntural. Se trata de la continuación de una política tendiente a
disminuir la importancia de estos cónclaves iberoamericanos; una
estrategia en la que Cuba ha logrado arrastrar a sus aliados de la
Alianza Bolivariana para los Pueblos de las Américas (ALBA).
La última vez que un mandatario cubano participó en estas Cumbres fue en
la de Panamá en el año 2000, ocasión en la que Fidel Castro, a
propósito, quedó muy mal parado. Porque cuando Castro acusó a El
Salvador de proteger al anticastrista Luis Posada Carriles, el entonces
presidente de esa nación centroamericana, Francisco Flores, le recordó
al gobernante cubano la responsabilidad de su país en la guerra civil
que desangró al pueblo salvadoreño.
En lo adelante las delegaciones cubanas a las Cumbres Iberoamericanas
serían encabezadas por un Vicepresidente o el Ministro de Relaciones
Exteriores. Incluso, en varias de las últimas citas, fue algún que otro
funcionario de menor rango en la Cancillería quien desempeñó semejante
responsabilidad.
Por otra parte, la no presencia de Raúl Castro en Veracruz puede haber
confirmado el fracaso del ministro de Relaciones Exteriores de España,
José Manuel García-Margallo, en su reciente visita a Cuba. Se dice que
el funcionario español, además de hablarles a los estudiantes cubanos
acerca de la transición española a la democracia, y de sugerir que los
expresos enviados a España puedan regresar a la isla, vino a Cuba con el
objetivo de convencer a Raúl Castro para que asistiera a la Cumbre de
Veracruz; una reunión particularmente importante para España al ser la
primera bajo el reinado del nuevo monarca Felipe VI. Y, como sabemos, el
General-Presidente ni se molestó en recibir al visitante.
Ahora en Veracruz volvió a manifestarse la ausencia de varios jefes de
Estado, sobre todo de los países miembros del ALBA. No estuvieron
presentes Nicolás Maduro, Evo Morales ni Daniel Ortega. Tampoco
asistieron la argentina Cristina Fernández ni la brasileña Dilma
Roussett. El gobernante cubano, por su parte, y quizás en un intento por
no desairar totalmente al anfitrión Enrique Peña Nieto, decidió a última
hora enviar a Veracruz a su vicepresidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
En resumidas cuentas, había sido este el interlocutor de García-Margallo.
En 1991, cuando comenzaron las Cumbres Iberoamericanas en Guadalajara,
Cuba se hallaba aislada debido a la debacle de la Unión Soviética y sus
satélites europeos, así como la no irrupción aún del chavismo en América
Latina. Entonces Fidel Castro encontró en ese foro al único sitio
dispuesto a acogerlo, no obstante las diferencias ideológicas que
mantenía con el resto de los participantes. Veintitrés años después, en
cambio, las nuevas alianzas de Cuba hacen que sus gobernantes desdeñen a
esa misma comunidad iberoamericana. De un modo parecido Judas le pagó a
Jesucristo.
Source: El desprecio de Raúl Castro al diálogo | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/el-desprecio-de-raul-castro-al-dialogo/
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