Tuesday, August 19, 2014

Sangre y desastre

SALUD

Sangre y desastre
JORGE OLIVERA CASTILLO | La Habana | 19 Ago 2014 - 8:16 am.

Muestras de sangre provenientes de un policlínico son trasladadas en
transporte público, sin hermetización.

¿Por qué desde el policlínico del municipio Nueva Paz, en la provincia
Mayabeque, se trasladaron recientemente muestras de sangre en un
transporte público y no en un vehículo hermetizado como corresponde?

El opositor Joaquín Palomino Berra, fuente de la información, teme que
con tal proceder se haya puesto en riesgo la vida de cientos de personas.

Aparte de favorecer posibles contaminaciones que van de la hepatitis
hasta el VIH, la sangre podría haberse descompuesto debido a los 60
kilómetros de distancia entre la entidad y los laboratorios
provinciales, un trayecto a recorrer bajo temperaturas por encima de los
33 grados centígrados.

Según Palomino, "la directora del centro aseguró que se trataba de
muestras inocuas, pero eso no justifica una operación que viola las
normas establecidas".

Con los niveles de descontrol e indolencia presentes en todo el país,
cabe la posibilidad de que la sangre escondiera algún germen patógeno.

Las dudas no son gratuitas. En la actualidad, son pocos los hospitales y
policlínicos que cumplen con los requisitos para mantenerse abiertos al
público.

Mugre, falta de insumos, deterioro arquitectónico, baños convertidos en
réplicas del infierno y personal de cuestionable preparación son el
denominador común.

Si en más del 80% de las instituciones de salud capitalinas la situación
va de mal a peor, ¿cómo será en la periferia?

El hecho de que el policlínico de Nueva Paz sea un eslabón más en la
cadena de desatinos, no es para asombrarse. Los episodios que tienen
lugar a diario en cuerpos de guardias, laboratorios, salones
quirúrgicos y salas de ingreso, bordean la ficción.

Duele decir que muchos pacientes mueren debido a las infracciones de
médicos y enfermeros y no por el padecimiento por el cual fueron
internados o recibieron algún tipo de atención.

Por ejemplo, en Cuba es perfectamente posible que un ingreso por gripe
evolucione hacia una neumonía letal, no por predisposiciones físicas del
paciente, sino por el entorno nauseabundo y la dejadez del personal.

Las preocupaciones de Palomino están justificadas. El traslado pudo
generar una tragedia. Pero la pureza o nocividad de las muestras no es
el tema central del problema. Al menos no ha habido noticias de
vertimientos de sangre que provocaran una calamidad sanitaria, aunque
los cubanos sabemos que este tipo de evento pasaría inadvertido en los
medios oficiales.

El quid de la cuestión es la irresponsabilidad de quienes autorizaron el
envío. ¿No había combustible para el vehículo idóneo? ¿Existe ese tipo
de transporte en la localidad? ¿O es normal que las muestras viajen en
ómnibus a expensas de derrames, fermentaciones y a riesgo de convertirse
en un banquete para las moscas y otros vectores?

Independientemente de la respuesta, el evento sirve para tomarle el
pulso al derrumbe de un paradigma. La salud pública en Cuba es un desastre.

Source: Sangre y desastre | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1408395552_10021.html

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