Publicado el viernes, 08.15.14
20 años después, sigue habiendo balseros cubanos
BY POR CHRISTINE ARMARIO
ASSOCIATED PRESS
MIAMI -- Una mañana de abril, Dairon Morera se montó en una balsa hecha
con tanques de aluminio junto a otras 22 personas, puso en marcha un
motor de automóviles Volvo y se internó en el mar, sumándose a una
cantidad de cubanos que tratan desesperadamente de irse de la isla y
llegar a Estados Unidos.
"El principal sueño de todo cubano es irse", declaró Morera, quien se
sentía molesto con las restricciones que ponía el gobierno cubano a su
pizzería. No tenía dinero para un pasaje aéreo, de modo que decidió
arriesgar su vida en el mar.
El viaje fue tan agitado que mucha gente vomitó. Pero llegaron todos a
salvo en apenas 20 horas. Pisaron tierra en los Cayos de la Florida,
abrazándose y gritando "¡Libertad!".
Muchos no tienen tanta suerte. La cantidad de cubanos que intentan el
peligroso cruce ha subido este año. Casi 3.000 fueron interceptados por
las autoridades estadounidenses o llegaron a suelo estadounidense en lo
que va del año, el doble que el año pasado. El viaje toma entre dos y
tres días si todo sale bien. Pero abundan las tormentas, las corrientes,
los tiburones y las medusas. Sin instrumentos de navegación o motores
poderosos, la gente puede quedar varada en el mar, agotar el agua o
morir bajo el sol.
"Si no los encontramos y no llegan a tierra, sus posibilidades de
sobrevivir disminuyen con cada día que pasa", comentó el capitán Mark
Fedor, de la Guardia Costera de Miami.
Han pasado 20 años desde que Fidel Castro decidió aliviar las presiones
sobre su gobierno comunista en medio de una crisis económica diciéndole
a la gente que podía irse cuando quisiese. Ese comentario en agosto de
1994 dio paso a un éxodo de 35.000 isleños. Miles fueron recogidos por
la Guardia Costera de Estados Unidos y se pasaron meses en una base de
la Armada estadounidense en Cuba, rodeados de alambres de púas.
Hasta que el presidente Bill Clinton llegó a un acuerdo con Castro: los
detenidos de Guantánamo podrían venir a Estados Unidos y al menos otros
20.000 cubanos podrían recibir visas para viajar también a este país.
Pero las autoridades cubanas reanudarían el patrullaje de sus costas
para evitar que la gente arriesgase su vida en balsas precarias y
Estados Unidos impondría una política de "pies mojados, pies secos", por
la que todo cubano interceptado en altamar sería devuelta a Cuba,
mientras que todo cubano que pusiese un pie en Estados Unidos podría
quedarse.
Fue un acuerdo político que buscó resolver una crisis humanitaria. Pero
no impidió que numerosos cubanos siguiesen arriesgando sus vidas y
tratando de cruzar el estrecho de 145 kilómetros (90 millas).
Otros 26.000 cubanos lo intentaron desde 1995. No se conoce la cantidad
de personas que fallecieron en la intentona. Los entendidos creen que de
cada cuatro balseros, al menos uno fallece, y hay quienes piensan
incluso que solo uno sobrevive a la travesía.
Esto querría decir que al menos 16.000 personas murieron en las aguas
entre la Florida y Cuba desde la revolución de 1959, según Holly
Ackerman, bibliotecaria de la Universidad de Duke que ha estudiado a
fondo el tema de los balseros de Mariel.
Es posible elaborar una lista precisa, que contenga incluso los nombres
de los muertos, ya que Estados Unidos sabe quién llegó y Cuba sabe quién
se fue. Pero en las conversaciones sobre temas migratorios que los dos
países mantienen dos veces al año nunca se planteó la posibilidad de
hacer una cuenta precisa.
"Es una vergüenza que los dos países no lo hayan hecho", sostuvo Ackerman.
Los cubanos que han llegado en tiempos recientes generalmente lo han
hecho en balsas improvisadas y no tienen familiares cercanos en Estados
Unidos, según Oscar Rivera, director de la oficina de Miami del Servicio
Mundial de Iglesias, que ayuda a los inmigrantes cubanos recién llegados.
"Huelen a pescado y gasolina", comentó Juan López, director adjunto del
programa de reubicación de cubanos y haitianos de la Conferencia
Nacional de Obispos Católicos en Miami. "De solo verlos puedes decir lo
duro que fue llegar aquí".
Hay cubanos que pisaron tierra bien al norte, en las Carolinas, pero la
mayoría llegan a los cayos, donde es común encontrar balsas abandonadas
con chalecos, pantalones, zapatos, botellas de agua y mochilas, indicó
Janette Costoya, de la Comisión de Conservación de Peces y Vida
Silvestre de la Florida.
La mayoría de las veces, no saben lo qué pasó con la gente que usó esa
balsa.
Ultimamente se han visto muchas balsas hechas con espuma de spray,
envuelta en lonas y asegurada con varas metálicas. Más o menos la mitad
tienen motores, muchos sacados de automóviles o máquinas de cortar el
césped.
"Es imposible que se hundan", afirmó Costoya.
Se suponía que una lotería de visas ofrecería una alternativa a los
cubanos que no satisfacen los requisitos para ser considerados
refugiados o inmigrantes. Pero Estados Unidos no recibe solicitudes
desde 1998 y entrega la mayor parte de las visas a personas con
parientes en suelo estadounidense para reunificar familias.
"Quienes no tienen parientes cercanos se ven obligados a emigrar sin
papeles o a buscar otras rutas", afirmó Jorge Duany, director del
Instituto de Investigación Cubana de la Universidad Internacional de la
Florida.
Muchos balseros logran eludir las patrullas de la Guardia Costera,
aunque algunos son pillados con los "pies mojados" -las autoridades no
dicen cuántos- y son llevados a suelo estadounidense para recibir
tratamiento médico o pedir asilo político.
El status especial que tienen los inmigrantes cubanos como parte de los
esfuerzos de Estados Unidos para debilitar el gobierno comunista de la
isla es un gran incentivo para intentar el viaje. Estados Unidos deporta
a la mayoría de las personas de otros países que le huyen a la violencia
o la pobreza, pero le abre las puertas a los cubanos.
En el 2012, 32.551 cubanos consiguieron la residencia legal en Estados
Unidos y solo 90 isleños que pisaron suelo estadounidense fueron
devueltos a Cuba. Ese mismo año, 146.406 mexicanos obtuvieron la
residencia, mientras que 448.697 fueron detenidos y 131.818 fueron
deportados.
Los defensores de los derechos de los inmigrantes dicen que eso es
injusto. El senador republicano de la Florida Marco Rubio, que postula
mano firme con los extranjeros que vienen a Estados Unidos sin
autorización legal, dijo el año pasado que algunos cubanos abusan de su
status de refugiados y visitan periódicamente a sus familiares en la isla.
Pero Rubio no plantea que se cambien los beneficios que reciben los
cubanos, que rara vez son mencionados en el debate en torno a temas
migratorios en el Congreso.
--
Christine Armario está en Twitter como http://www.twitter.com/cearmario
Source: 20 años después, sigue habiendo balseros cubanos - Estados
Unidos AP - ElNuevoHerald.com -
http://www.elnuevoherald.com/2014/08/15/1821268/20-anos-despues-sigue-habiendo.html
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