Saturday, June 7, 2014

Le robaron la pistola, borracho

Le robaron la pistola, borracho
Fue un policía muy malo y además un mal policía. Ahora es una sombra infecta
viernes, junio 6, 2014 | José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba – El destino de Masó no se diferencia en nada al de
cientos de miles de viejos represores al servicio de la dictadura
fidelista, cuyas miserias espirituales fueron ahuecándolos por dentro,
volviéndose contra ellos mismos, hasta convertirlos en piltrafa:
alcohólicos, enajenados, vagabundos, zombis sin derrotero.

Desde que era jefe de un sector de la policía, con grados de oficial,
Masó empezó a beber en forma desmedida. Sólo el diablo sabrá cuántas
penas y remordimientos y frustraciones necesitaba ahogar. Sus horas de
sobriedad eran cada vez menos y ya no le alcanzaban para realizar las
tareas propias del cargo, lo que es decir acciones de jenízaro corrupto
y violador de los derechos humanos.

Hasta que un mal día (para Masó), los propios ladrones que él nunca
detuvo por ser un pésimo agente de la ley, le robaron la pistola cuando
se encontraba bajo los efectos de una gran borrachera, aunque de
completo uniforme y armado.
Entonces fue degradado y expulsado de la policía. Para los represores de
una dictadura como la nuestra, todo es permisible mientras que no se les
ocurra morder la mano que los alimenta. Pueden perder el alma, incluso
resulta conveniente que la pierdan, pero lo que jamás se les perdonaría
es que pierdan el arma.

Despojado de su "autoridad" y su uniforme, Masó ya nunca iba a renunciar
a los vicios que contrajo siendo policía, el alcohol entre ellos, pero
no sólo, también la manía siniestra de hacer daño a la gente, ahora
gratuitamente, por el mero placer de hacerlo, o quizá para cumplir algún
acuerdo de conveniencia con sus ex correligionarios, quienes le permiten
realizar pequeñas operaciones ilegales que apenas le alcanzan para
pagarse la bebida y subalimentar a la familia.

Es así como, entre trago y trago, hoy se pasa todo el tiempo merodeando
en los alrededores del edificio donde reside, al acecho de
"irregularidades" o de cualquier tipo de comportamiento "antisocial" que
conspire contra la "revolución".
Aquellos que ahora mismo transiten por la avenida Tulipán, entre Factor
y Estancia, en el habanero Nuevo Vedado, podrán verlo, porque siempre
está allí, con el oído parado para escuchar todo lo que se comenta y
observándolo todo con sus ojos acuosos e inyectados con sangre y ron. Y
claro que pueden sentir lástima, es natural. Pero humildemente les
sugiero que no permitan que la piedad les haga perder de vista el hecho
de que este hombre, o esta sombra infecta de lo que fue un hombre, tiene
en su haber más víctimas que pelos en la cabeza.

Source: Le robaron la pistola, borracho | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/le-robaron-la-pistola-borracho/

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