Las paredes hablan de otra Cuba
Seguramente un texto fundamental sigue faltando, pero no dejan de
resultar notables muchos de los grafitis que han aparecido en los
últimos tiempos en la ciudad
miércoles, junio 18, 2014 | Ernesto Santana Zaldívar
LA HABANA, Cuba -Aunque no abundan de manera notable y en muchos casos
no son más que vandalismo casual o impulso adolescente, los grafitis ya
se han convertido en una parte visible del paisaje urbano de La Habana.
Incluso, no es raro que desde un muro nos salte a los ojos una imagen
sorprendente, aunque a veces pueda resultar inexplicable: ésta sigue
siendo una ciudad viva y hay signos humanos entre tantas consignas muertas.
Hace más de año y medio que el artista Otari Oliva —hablando de una
exposición de grafitis en la galería independiente Cristo Salvador, que
él y Jazmín Valdés dirigen— aseguró que el grafiti en La Habana estaba
viviendo un segundo momento. "El primero había sido Arte Calle; luego
hubo un intervalo donde casi no hubo en la ciudad y a partir de 2005 ó
2006 resurgió", dijo Oliva, "cuando comenzaron a hacerlo sobre todo
estudiantes de arte, que fue lo mismo que pasó con Arte Calle".
Pero eso no significa, según él, que vaya a evolucionar y a
desarrollarse como lo hizo en aquel momento. De hecho, el grafiti que se
hace en la calle no tiene siquiera por qué ser necesariamente arte, pues
puede ser muchas cosas en el contexto de la cultura urbana. Por otra
parte, el artista y curador señalaba lo desvirtuado de la información
que la mayor parte de los grafiteros cubanos tienen acerca de cómo es el
grafiti en el mundo.
Muchos coinciden en afirmar que el elemento más auténtico que tiene esta
expresión cultural es la escritura, y es quizás por esa razón que Otari
Oliva consideraba entonces que el texto fundamental del grafiti cubano
todavía faltaba. "Y creo que es un texto de índole política", puntualizó.
Seguramente ese texto fundamental sigue faltando en este momento, pero,
de todos modos, no dejan de resultar notables muchos de los grafitis que
han aparecido en los últimos tiempos en la ciudad, incluso sobre muros y
paredes de lugares céntricos, aunque con frecuencia también en las cajas
de los registros telefónicos, que se prestan con facilidad para servir
de soporte a estas inscripciones trazadas lo mismo con aerosol, con
plantilla o con otros métodos.
Algunos de esos grafitis son comprensibles, sencillos y muy elocuentes,
con un diseño muy acorde con la idea que quiere expresar, como es el
caso de Revés, que se vio mucho durante un tiempo y que ya ha
desaparecido casi por completo. Es indudable el significado de ese
Revés, cuya propia economía de recursos refuerza. Hay otro, muy
reciente, que es casi una pintada política, aunque a primera vista
algunos podrían ignorar lo que en verdad pretende comunicar: Por otra
Cuba. Claro está, ya el simple hecho de poner "otra" delante de "Cuba"
llama poderosamente la atención: aunque en nuestro país se abusa del
eslogan "Otro mundo es posible", cualquiera sabe que no hay "otra Cuba"
en los planes gubernamentales. Y ese "por", que significa "a favor de",
escrito al principio es técnicamente subversivo, aunque solo unos pocos
sepan que se trata de una campaña ciudadana que exige al gobierno cubano
que ratifique con su firma los pactos de la ONU con los que ha declarado
estar de acuerdo.
Hay otros grafitis que, por diversos detalles que les hacen guardar
semejanza, seguramente se deben a la misma mano o, al menos, revelan un
estilo parecido. Son representaciones que con frecuencia recuerdan a un
rey o a una figura de apariencia jerárquica y que casi siempre tienen
escrita debajo la palabra Abre. Como Revés, Abre no requiere mucha
explicación y, también, está directamente dirigida al poder, pero lo que
había en aquel de diseño funcional en este lo hay de simbolismo
figurativo que roza a los personajes de la baraja española y logra un
efecto bastante original y, en definitiva, un mensaje de suma urgencia.
En aquella ocasión, hace más de año y medio, Otari Oliva hablaba también
de cómo es la competitividad en el mundo del grafiti callejero. Si en el
arte habitual, de las galerías, los salones y los medios, en general la
competitividad forma parte de la propuesta curatorial misma y se maneja
de un modo solapado, con cierto protocolo, en el grafiti de la calle los
términos son distintos: "Hay una competencia declarada, frente a frente,
y eso se asume sin que implique una enemistad", explicaba el artista,
detallando de qué modo esta confrontación fraternal se centra en
aspectos como quién llega a hacer más visibles sus inscripciones, quién
consigue mayor número de ellas, quién se especializa más en determinado
tipo de grafiti, quién llega al lugar más alto.
En este instante, evidentemente, no existe mucha competitividad entre
grafiteros. No hay tantos de ellos como para que puedan disputarse
espacios, riesgos o especialidades. Si Otari Oliva tiene razón y la
inscripción fundamental del grafiti cubano es de índole política y aún
no ha aparecido, eso no quiere decir que en este "segundo momento", con
su apariencia un tanto dormida, no pueda ocurrir una revelación
repentina. Recordemos a El Sexto, por ejemplo.
Source: Las paredes hablan de otra Cuba | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/las-paredes-hablan-de-otra-cuba/
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