Wednesday, June 4, 2014

En Cuba la percusión tiene nombre de mujer

Publicado el martes, 06.03.14

En Cuba la percusión tiene nombre de mujer
BY POR ANDREA RODRIGUEZ
ASSOCIATED PRESS

LA HABANA -- Tienen las uñas largas y cuidadas a pesar de que sus manos
golpean duros cueros para sacar ese ritmo pegajoso que caracteriza a la
música cubana. Se les ve sonrientes y seguras, pero para llegar adonde
están, hacer su espectáculo de percusión y mostrar su arte, las seis
mujeres integrantes de la orquesta Obiní Batá tuvieron que pasar por
encima de prejuicios y añejos tabúes.

Hasta hace pocos años el mundo de la percusión en la isla caribeña era
esencialmente masculino y sagrado, se veían pocas mujeres tras un bongó
o una batería y ninguna dándoles voz a los tambores batá, totalmente
prohibidos para ellas en la tradición de las religiones afrocubanas que
dominan el paisaje espiritual y artístico de Cuba.

Sin embargo, las mujeres están ganando espacio en el campo de la
percusión, al punto de que los expertos hablan de un boom que empezó a
gestarse en la década de 1990.

"Me lancé a lo desconocido", comentó con tono pícaro Eva Despaigne, la
directora de Obiní Batá, la primera orquesta de mujeres que se
atrevieron a tocar este tipo de tambores a comienzos de la década de
1990 y hacer de ello un arte. "He sufrido muchos dolores de cabeza por eso".

El nivel de las percusionistas es tal que muchas consiguieron crear sus
propias agrupaciones, como la de la jazzista Yissy García; tomando la
tradición de sus padres y tíos como Yuliet Abreu —de Los Papines— para
lucirse sobre un escenario, o insertarse en las bandas de rock más
prestigiosas como Nailé Sosa.

Abriendo caminos

Lanzadas de manera independiente en 1994 —luego de que un grupo de
mujeres decidieran separarse del Conjunto Folklórico Nacional— Obiní
Batá estuvo en solitario por años en el paisaje de la percusión cubana,
pero a fuerza de persistencia Despaigne le abrió el camino a otras como
ella.

"Nos prohibieron ensayar en los tambores del grupo [Conjunto Folklórico
Nacional]. Nos cerraban las puertas para los ensayos. A quienes nos
enseñaban les decían que eso les costaría participar en una gira o
actividad importante", lamentó Despaigne, de 60 años, que comenzó su
vida artística como bailarina.

Despaigne se pasó mucho tiempo explicando a sus colegas varones que lo
que hacen las Obiní Batá no es religión, pues en este rubro los tambores
batá deben ser consagrados y sus ejecutantes pasar por un largo y
selectivo rito, sino arte y para ella, finalmente, los desacralizados
tiempos que vive la isla ahora están rompiendo la barrera de
discriminación contras las mujeres percusionistas.

Eso y el resultado de una educación formal de conservatorios que llevan
profesionalizando cada año decenas de chicas que eligieron volcarse a
esta especialidad musical.

"De los años 1990 para acá, las muchachitas comenzaron a estudiar
[masivamente] percusión y son muchas ya las graduadas", comentó
orgullosa Mercedes Lay, una musicóloga que colabora con el Centro de
Investigación y Desarrollo de la Música Cubana.

'Mujeres con cajones'

Sin embargo, la presencia de agrupaciones femeninas en Cuba se traza
desde principios del siglo XX. Desde la década de 1930 se hicieron
populares los conjuntos integrados solo por mujeres, como La Orquesta
Ensueño, creada en 1930 con un formato de jazz band, y la Anacaona, que
tocaba en los aires libres del Prado, los cafés ubicados frente al
Capitolio. De ahí que no es casual que muy recientemente la sonera
Albita Rodríguez se presentara en Miami en el espectáculo Mujeres con
cajones, a base de voz y percusión, junto a la canaria Olga Cerpa y la
peruana Eva Ayllón, que trajo a grandes interpretes del cajón.

Con motivo del concierto el 10 de mayo, Albita, defensora de las raíces
de la música cubana, dijo en entrevista con el Nuevo Herald, que le
gustaría cantar en Cuba para el pueblo y que, a pesar de haber recibido
invitaciones para hacerlo, se ha negado.

"La razón básica es que yo no pido permiso para entrar a mi país. El
derecho de ser cubana, mi cubanía, yo no la discuto con nadie", dijo
Albita, contando que recibió "una propuesta muy seria" y más tarde una
serie de "mensajitos" que trataban de llevarla hasta escenarios de la
isla. "No quiero prestarme para ir a Cuba bajo las condiciones que ellos
impongan".

(Los tres parrafos enteriores los agrego Sarah).

Tradición percusionista

Por otra parte, hay que reconocer que tradicionalmente ha sido menos
común ver a las mujeres tras instrumentos de percusión.

"En la década del 1920 eran apenas dos o tres mujeres las que se
atrevían con pailas o bongó y casi ninguna salía a escena", comentó Lay.
Posteriormente, incluso después de 1959, la mayoría de las mujeres que
se sumaron al sistema de educación musical abierto para todos los
interesados sin importar nivel adquisitivo, raza o posición social
optaba por instrumentos como piano o flauta.

Aunque no hay cifras oficiales de cuántas obtuvieron su especialización
en percusión o se dedican a ella como autodidactas, se las ve por todos
lados: conjuntos de jazz, orquestas, agrupaciones de rumba, bandas de
rock, fusión, dando clases, de gira por el extranjero.

"Se ha hecho una apertura muy grande para que las mujeres toquen
percusión", comentó Yaimi Karell, quien a sus 33 años es percusionista
del grupo Síntesis y profesora de la disciplina.

Para Karell, actualmente hay mucho respeto para las centenares de
mujeres percusionistas por parte de sus colegas varones.

Técnica y sabor

Las mujeres reconocen que el oficio requiere de fuerza física, pero
aseguran que con habilidad es posible mantener hasta las largas uñas
retocadas de las Obiní Batá sin afectar la calidad del toque.

"En la percusión no se trata, como piensa a veces la gente, de fuerza y
velocidad. Es cuestión de técnica y de gusto, de sabor", explicó Raúl
Fernández, profesor en la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad
de California, Irvine, en Estados Unidos e investigador sobre la música
isleña. "Aun entre los hombres percusionistas a menudo uno que toca con
mucho vigor y velocidad no toca tan bien como uno con mejor técnica y
gusto".

Despaigne dice que valió la pena dar la batalla y siente orgullo de
haber trazado un camino contra el prejuicio para las jóvenes como
Karell, aunque aseguró que todavía le falta a las mujeres un poco más de
visibilidad acorde a su calidad y profesionalismo.

"Cada músico tiene su particularidad, sea hombre o mujer. Cada músico da
algo de sí mismo y las mujeres tienen mucho que dar, no solo suavidad,
sino otra perspectiva", explicó Karell.

La redactora de el Nuevo Herald Sarah Moreno contribuyó a este reportaje.

Source: En Cuba la percusión tiene nombre de mujer - Música AP -
ElNuevoHerald.com -
http://www.elnuevoherald.com/2014/06/03/1763632/en-cuba-la-percusion-tiene-nombre.html

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