Tuesday, June 17, 2014

El entrampado socialismo cubano

Críticas, Economía, Cambios

El entrampado socialismo cubano
El sistema político-institucional no permite el disenso, ni la oposición
leal, ni las críticas moderadas a las reformas en curso
Rolando H. Castañeda, Washington DC | 16/06/2014 5:33 pm

Después de las tres rondas de reformas, a principios de la década de
1980, en 1994-1996 y a partir de 2007, el sistema socialista soviético
cubano permanece entrampado en el atraso y un bajo crecimiento debido al
extremismo en sus tres características básicas: hegemonía política,
predominio de la propiedad estatal y ausencia de mecanismos de mercado.
Estas características han sido acentuadas por el desorden inducido por
las campañas guevaristas-castristas, particularmente en la década de
1960, 1986-1990 (con el proceso de rectificación de errores y tendencias
negativas) y 1997-2006 (con la batalla de ideas y el socialismo es
irrevocable). Insistieron en el fracasado hombre nuevo, el rechazo a los
estímulos materiales, la eliminación de la contabilidad y las
estadísticas, la prohibición de las pequeñas y medianas empresas (pymes)
privadas y no dieron autonomía a las empresas estatales, determinando
así que la variante cubana del socialismo soviético sea ineficiente en
extremo.
El sistema político es obstinado hasta el punto que no permite
interpretaciones y posiciones alternativas sobre el socialismo aún
dentro del Partido Comunista, lo que determina un sistema rígido y
oscurantista, carente del indispensable pensamiento crítico e innovador
para efectuar los cambios y modernizaciones efectivas requeridas.
En 1996 el gobierno, con la intervención directa y personal de Raúl
Castro, purgó a los intelectuales del Centro de Estudios sobre América
(CEA) que proponían reformas dentro del socialismo y 18 años después aún
no los ha rehabilitado. En marzo de 2014, el gobierno impidió el
encuentro conjunto de los impulsores de la oposición "leal", o
nacionalismo revolucionario, de Espacio Laical con Carmelo Mesa-Lago
(CML) respetado académico y crítico moderado, hasta benigno, de las
reformas en curso, ya que el gobierno no le otorgó la visa de entrada.
En junio los directores de Espacio Laical renunciaron. En su libro de
2012, CML señaló que las reformas en curso están bien orientadas y que
unas de las reformas administrativas exitosas es que el gobierno permite
críticas dentro del socialismo, una especie de glasnost.[1] Cuba tampoco
no ha ratificado los Convenios de Derechos Fundamentales que suscribió
el 28 de febrero de 2008.
Así, el sistema político-institucional no permite el disenso, ni la
oposición leal, ni las críticas moderadas a las reformas en curso. Las
pretendidas aperturas y aceptación de críticas y la firma de los
Convenios de Derechos Fundamentales han sido campañas de relaciones
públicas y retórica en vez de flexibilizar la intransigencia política.
Sergio Bitar, el líder socialista chileno que visitó a Cuba en marzo de
2014, consideró patético el sistema político vigente.
Mientras el Gobierno reduce los gastos sociales, mantiene un costoso
aparato estatal con abultados cuerpos (represivos) de seguridad y de
propaganda, y asegura los privilegios y prebendas, o "las mieles del
poder", a la élite dirigente que considera los cambios imprescindibles
un reto a sus privilegios y prebendas, aunque fueron realizados
exitosamente por China y Vietnam.
Con la ofensiva revolucionaria de marzo de 1968 el gobierno cubano
erradicó las pymes privadas y confiscó las 55.636 unidades existentes.
Esta situación persiste 46 años después, a pesar de que el Gobierno sabe
que no puede administrar apropiadamente las pymes estatales y que la
mayoría incurren en pérdidas, por lo que ha recurrido al improvisado,
pero burocrático, establecimiento de 246 cooperativas artificiales de
producción y servicios.
El experimento de cooperativas artificiales constituidas y promovidas
por el Estado en la agricultura, con la transformación de las granjas
estatales en unidades básicas de producción cooperativa (UBPC), o
cooperativas agrícolas, a partir de 1993, ha sido un desastre. Es parte
esencial del problema existente por la falta de incentivos a los
trabajadores, de disciplina laboral y empresarial, y la abundancia de
regulaciones y controles burocráticos. Culminó con que el 50 % de las
tierras agrícolas estuvieran ociosas y cubiertas de marabú en 2007.
El Gobierno continúa preocupado con el nivel de eficiencia de las
empresas estatales, pero aún no concreta la autonomía empresarial que
está en activa consideración desde comienzos de la década de1980 y que
es indispensable para mejorar la eficiencia y efectividad de las
empresas estatales. En una serie de tres artículos, Eugenio Yáñez
detalló y explicó la retorcida experiencia de las empresas estatales que
fueron afectadas adversamente por las nefastas improvisaciones
guevarista-castrista.[2]
La experiencia histórica en los antiguos países socialistas de Europa y
la URSS muestra que los controles de las empresas estatales se
deterioraron con el tiempo. Posiblemente con base en una experiencia
similar desde mediados de la década de 1990 China decidió privatizar las
empresas estatales en los sectores no estratégicos y recientemente el
nuevo líder XI Jinping ha decidido alentar la participación del sector
privado en las empresas estatales remanentes para mejorar su eficiencia
y de la economía en su conjunto. En contraste en Cuba aún no se ha
producido ese tipo de experiencia. Las pymes estatales no se han
privatizado, ni se ha permitido la constitución de nuevas pymes privadas
que compitan con ellas y las hagan más eficientes, tampoco ha permitido
la participación de empresas privadas internacionales en las grandes y
medianas empresas estatales.
Actualmente las actividades privadas y semiprivadas se limitan a los
pequeños agricultores, las restringidas actividades de los trabajadores
por cuenta propia, las cooperativas y las empresas extranjeras que en
conjunto ocupan alrededor del 20 % de la fuerza laboral. Por
consiguiente, predominan las ineficientes empresas estatales y el
burocrático aparato estatal que explican por qué la economía fue tan
dependiente de la ayuda soviética hasta 1990 y lo es de la ayuda
venezolana actualmente.
Cuba carece de un mercado de trabajo, de tierras, de libertad de
comercio exterior y de transacciones financieras externas porque son
monopolios estatales. Como parte del bloque socialista, Cuba utilizó los
precios fijados por el CAME y estuvo supeditada a controles y
regulaciones administrativas. La administración pública tiene un
estamento de capas burocráticas (consejos de administración municipal,
consejos de administración provincial, ministerios correspondientes y
consejo de ministros) que dificultan decisiones ágiles y flexibles hasta
para aprobar una simple cooperativa.
A partir del Periodo Especial, Cuba estableció una dualidad cambiaria
con un diferencial de 24 a 1 que ha distorsionado la economía (los
precios y los salarios) y que ahora se pretende corregir con la
unificación cambiaria gradual. Ese diferencial también se ha utilizado
para que los inversores extranjeros paguen por la mano de obra nacional
que contratan.
Ahora el gobierno cubano enfrenta el arduo reto no solo de ajustar su
sistema de tasa de cambio externa, así como de precios y salarios, con
el fin de hacerlos más realistas, de modo que reflejen las escaseces y
abundancias reales de la economía y en este sentido eliminar las
ineficiencias vigentes, sino también para que los agentes económicos
puedan utilizarlos y reaccionen dinámicamente a ellos.
Mientras persista el ineficaz y negligente socialismo soviético, es de
esperar que la economía cubana continúe entrampada en un bajo nivel de
ingreso y de crecimiento, no genere productos competitivos
internacionalmente, y sea muy dependiente y vulnerable a los cambios de
la ayuda externa venezolana, que a su vez está en una difícil situación
por imitar el modelo cubano. Consiguientemente, Cuba deberá emprender
sin más dilaciones cambios sistémicos significativos para progresar y
reducir su dependencia de la ayuda externa.
Cuba requiere un cambio sistémico, o una restauración capitalista, sin
complejos, con un rostro y alma humana. Incluyente, fundamentada
moralmente en las libertades y los derechos ciudadanos fundamentales,
que garantice la iniciativa y la propiedad privada, individual y
asociativa, a todos los ciudadanos por igual, independiente de donde
residan, así como utilice la coordinación y flexibilidad de los mercados
como instrumento flexible y ágil para apoyar y sustentar el postergado
progreso y el pleno reintegro a la economía internacional.
El socialismo vigente, además de mantener al país empobrecido y
estancado, explota —o extrae la plusvalía— sin normas morales ni
principios éticos, de los profesionales y técnicos que envía al exterior
bajo la deplorable modalidad de contratación diferenciada, así como de
los empleados por las empresas extranjeras en la Isla. Igualmente,
mantiene elevados impuestos a los cuentapropistas mientras contempla
exenciones tributarias hasta por ocho años para los inversionistas
extranjeros, lo que constituye una discriminación injusta e innecesaria.

[1] Carmelo Mesa Lago, Cuba en la era de Raúl Castro, Reformas
económico-sociales y sus efectos, Madrid: Editorial Colibrí, 2012, p.
278-280.
[2] La "Empresa Socialista" Cubana, los Mitos y la Desmemoria Histórica,
http://www.cubanalisis.com/ARTÍCULOS/EUGENIO%20-%20LA%20EMPRESA%20SOCIALISTA%20CUBANA,%20LOS%20MITOS%203.htm

Source: El entrampado socialismo cubano - Artículos - Cuba - Cuba
Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/el-entrampado-socialismo-cubano-318513

No comments:

Post a Comment