El castro-manisero o como deben ser los privados en Castrolandia

El castro-manisero o como deben ser los privados en Castrolandia
LUNES, 09 DE JUNIO DE 2014 06:39 ESCRITO POR PAULINO ALFONSO ESTÉVEZ

Cuba actualidad, Lawton, La Habana, (PD) Orelvis Bormey Torres es un
ingeniero industrial cubano de 30 años de edad que se ha propuesto crear
una marca particular de turrones de maní en su nativa Santa Clara.

Hasta ahora, al parecer, le va bien, tiene cerca 300 clientes de su
marca registrada, Turrones Bormey, que degustan cada día los productos
que oferta. Esto le proporcionan un capitalito diario lo bastante
decente como para vivir -de acuerdos a los niveles de vida del
castrismo- por encima de sus coterráneos, pero ciertamente mucho peor
que cualquier trabajador especializado norteamericano.

No obstante, el "éxito" del seudo-empresario es motivo de orgullo del
gobierno de pan con timba que hace 55 años presenta proyectos tras
proyecto, como los alquimistas del Medioevo, a los imbéciles. Ahora
hasta les dan la posibilidad de la difusión internacional mediante Internet.

En su negocio, llamado eufemísticamente el Palacio del Turrón, Orelvis
no solo oferta turrones, sino también una infinidad de dulces, por
supuesto, con el maní como componente principal.

Natural de Quemado de Guines, Orelvis nos cuenta en su saga que en el
año 2004, como modo de incrementar los ingresos domésticos, aun en la
Universidad, se puso a cocinar turrones en unión de su familia,
distribuyéndolos a pie entre sus amigos, que pronto comenzaron a hablar
muy bien de las bondades del producto.

Por espacio de 8 años hizo un solo tipo de turrón pero en 2012 ya
ofrecía más de 10 variedades de dulces. Al principio, como no existía
ninguna forma de hacerlo legal, no le quedó más remedio que hacerlos en
casa y venderlos entre sus vecinos. Pero gracias a las actualizaciones
al modelo económico, el ingeniero devenido en manisero mercachifle
primero, ahora por birlibirloques del castrismo se ha convertido en un
próspero empresario.

Como la idea tuvo más éxito del esperado, el gobierno se aproximó para
brindar su ayuda desinteresada y fraternal, claro, con un pequeño óbolo
de las ganancias que este negocito de pan con timba pueda acarrear a las
exhaustas arcas del gobierno ¡provincial!

Ahora se habla de un grupo Bormey que quiera lanzarse no solo al mercado
de sanclarañeros maniseros, sino al internacional, para lo que ha
solicitado inversionistas on-line. Al parecer, el próspero empresario ya
tiene conexión para promocionarse.

Por lo pronto, ya el Ministerio de la Agricultura ha enviado unos
"expertos" para asesorar al cubanito en los secretos del mercado
internacional manisero, así como en las obligaciones a que se verá
obligado contractualmente con el régimen tan arruinado por el
despilfarro de décadas que hasta se ve urgido de vender maní.

Mientras tanto, la fábrica leche sigue ahí sin terminar, la carne de
puerco a $30, los frijoles a $15 y la invicta libreta de racionamiento
como el primer día.

Por último, ya que Orelvis tiene internet, una buena propuesta: ¿por qué
no le escribe a Jimmy Carter para que le sirva de asesor en su empeño
manisero?

Sería muy turístico ver al yanqui y a al Sr Raúl Castro cantando por el
Prado de la Habana aquellas estrofas inmortales de Simmons: "Maní,
caserita, no te acuestes a dormir sin probar mi cucurucho de maní".

Para Cuba actualidad: paulino.alfonso@gmail.com

Source: El castro-manisero o como deben ser los privados en Castrolandia
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