Friday, June 20, 2014

Cuba, regreso al futuro

Publicado el viernes, 06.20.14

Cuba, regreso al futuro
PEDRO CORZO

Todo parece indicar que la dictadura cubana está en la ruta de repudiar
algunas de las reglas económicas y sociales que impuso a sangre y fuego
en la década del 60, siempre y cuando estas rectificaciones no afecten
el control político que ejerce sobre el país.

El pretexto para imponerlas fue que en la isla se había inaugurado un
régimen marxista que se regía por paradigmas totalmente contrarios a los
que habían tutelado la sociedad.

Se inició una campaña para convertir a toda la población al Nuevo Orden.
Se demonizó el pasado siendo el objetivo fundamental educar al individuo
en la creencia de que la República había fracasado y que la Revolución
concedería las oportunidades y derechos que el pueblo no había gozado.

El disfrute de los derechos ciudadanos fue eliminado, a la vez que se
instrumentaba una campaña a favor de nuevos paradigmas totalmente
contrarios a los que habían regido la sociedad.

Se incentivó la grosería, el mal vestir. Las religiones fueron
vituperadas. La educación formal era un rezago burgués. Se vulgarizaron
las costumbres, incluyendo el lenguaje, y se promovió la división
familiar, haciéndoles creer a los menores que la emancipación de sus
padres les haría libres y que el estado todopoderoso era la solución.

El respeto a las ideas de los otros fue eliminado. La tolerancia se
extinguió. El adversario se transformó en enemigo. El que partía para el
extranjero era un traidor. Se dejó de decir señor, solo compañero. Se
irrespetaba todo, menos a Fidel Castro y los que integraban su olimpo.
La delación se trocó en oficio y la prostitución, una práctica repudiada
hasta entonces por la sociedad, se convirtió en un hacer respetable.

Los derechos más elementales fueron conculcados. El país se sumió en la
ineficiencia, el derroche de lo ajeno, las consignas sustituyeron las
ideas y los mejores hábitos y costumbres fueron asfixiados por quienes
trepaban sobre las desgracias de otras personas.

Muchos individuos se convirtieron en victimarios. Se prestaron para
abuchear, acosar, delatar, golpear y hasta matar a quienes consideraban
herejes de la nueva religión. El homosexualismo era un crimen. Surgieron
centenares de prisiones y campos de concentración. El paredón ocupó
espacios importantes en el diario vivir, y tronchó la vida de muchos.

Sin embargo a pesar de los sacrificios de la población y los abusos y
crímenes en los que incurrieron el gobierno y sus partidarios, la
promesa de un país mejor no se cumplió.

En el presente el individuo ama a su país mucho menos que nunca antes en
el pasado. El esfuerzo por descristianizar la isla para imponer el
marxismo ha dejado al ciudadano sin sostén ético o moral. Un número
importante de personas solo aspiran a abandonar a Cuba y reiniciar sus
vidas, paradójicamente en Estados Unidos, la nación que según el
castrismo había que odiar y destruir.

No es difícil suponer lo frustrante que debe ser para los que se sumaron
con fervor a la destructiva maquinaria del castrismo, con los
sacrificios personales y familiares que implicó, amén de aquellos que
sientan remordimiento por los crímenes o abusos en que incurrieron,
cuando ven como sus quimeras están siendo desmontadas, no por los que
ellos persiguieron, enemigos del proyecto, sino por sus propios
inspiradores.

El castrismo está muriendo por consunción. Los fracasos acumulados,
corrupción, abusos y el despilfarro, han agotado todas sus expectativas
y posibilidades de sobrevivencia.

Por eso es válida la pregunta sobre qué pensarán aquellos que
envejecieron y crecieron trabajando a favor de las intervenciones y
confiscaciones, o a tono con el gobierno rechazaban la inversión
extranjera, y ven como en el presente los mismos líderes favorecen lo
que antes querían destruir.

Aprecian como muchos de esos dirigentes se han enriquecido. Sus hijos
disfrutan de bienes para los que no han trabajado. Han estudiado en
universidades extranjeras o tienen negocios fuera de Cuba.

Los que creían en un estado interventor y aprecian que sus dirigentes
históricos despiden a millones de trabajadores y abren paso a la
gestión privada aunque sea tímidamente. Los que se hicieron enemigos de
las religiones y ahora ven como el gobierno las acepta o reconoce, los
que rompieron relaciones con los familiares que se asentaban en otros
países y en la actualidad el gobierno promueve lo contrario.

¿Cómo estarán los veteranos que mataron o fueron heridos en Angola y
otros países para difundir un modelo político que sus conductores en el
presente están abandonando? Y aunque no sea políticamente correcto es
obligado preguntarse, ¿los que formaron parte de los pelotones de
fusilamientos, los que dieron tiros de gracia, cómo estarán al vivir un
cambio que tal vez les conduzca a una mejor vida, pero que no les
librará de las angustias de sus culpas?

Periodista de Radio Martí.

Source: Pedro Corzo: Cuba, regreso al futuro - Columnas de Opinión
sobre Cuba - ElNuevoHerald.com -
http://www.elnuevoherald.com/2014/06/20/1778207/pedro-corzo-cuba-regreso-al-futuro.html

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