Comparar espías con Allan Gross es patético
Tristemente, el destino del subcontratista apunta a una tragedia. Podría
estar cerca de la muerte. Sigue muy desmejorado
viernes, junio 13, 2014 | Jorge Olivera Castillo
LA HABANA, Cuba -El espía cubano Ramón Labañino acaba de cumplir 51 años
de edad, en la cárcel federal de Kentucky, donde extingue una sanción de
30 años.
En septiembre próximo cumplirá la mitad de su sentencia y no hay señales
de que se produzca el canje que lo devolvería a su hogar en La Habana.
El gobierno cubano ha puesto sus arcas en función del regreso de los
tres topos de la Red Avispa que extinguen largas condenas en suelo
estadounidense, pero ninguna de las acciones ha tenido el éxito esperado.
Campañas internacionales de solidaridad lanzadas desde La Habana,
protestas públicas, conferencias no logran romper el desinterés de la
prensa mundial por un caso que en definitiva contó con las debidas
garantías procesales y donde se expusieron, con lujo de detalles, las
actividades incriminatorias de la red.
Ni el arresto y encarcelamiento de los 75 opositores y líderes de la
sociedad civil en marzo del 2003 (15 por cada uno de los 5), ni la
posterior captura y condena del subcontratista de la USAID, Allan Gross,
han servido como monedas de cambio.
A pesar de todo, La Habana presiona por concretar sus planes. Insiste en
un intercambio que parece estar más en sintonía con la humillación del
adversario que en la búsqueda de un acuerdo aceptable. Gross no es un espía.
Manteniendo su retórica de confrontación, es muy difícil que La Habana
logre un acuerdo favorable con los norteamericanos. Mucho menos cuando
no se tiene la razón.
Aunque el gobierno cubano repita hasta la saciedad que la labor que
realizaban los 5 espías era para impedir la realización de actos
terroristas en Cuba por algunos grupos violentos cubanoamericanos, eso
no justifica enviar agentes a cualquier país soberano.
Cambiarse la identidad, confabularse para cometer un crimen (el derribo
de dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate y la muerte de
tripulantes en aguas internacionales por aviones militares cubanos) y el
hallazgo de planos de instalaciones militares del sur de la Florida, son
algunas de las pruebas que subrayan la culpabilidad de los encartados.
Comparar eso con lo que hizo Allan Gross es patético. ¿De qué otra
manera calificar una sanción de 15 años por entregarle equipos de
comunicación a la pequeña comunidad judía residente Cuba?
El asunto parece no tener fin. Por un lado, Obama se resiste a
formalizar un pacto demasiado oneroso. Quiere la libertad de Gross por
razones humanitarias. Su salud, a juzgar por las fotografías que han
circulado por internet, se ha resentido con el encarcelamiento.
En cambio, Raúl Castro reitera su apuesta por el canje o el perdón
presidencial. Para conceder este último es necesario el arrepentimiento
del reo.
No hay indicios de que esto se vaya a producir. Además, a través de los
años el número de presos que se han beneficiado con la dispensa del
castrismo es ínfimo. Ramón Labañino, en una entrevista que publicó el
diario Granma en su edición del 9 de junio, un día después de cumplir
sus 51 años de vida, aseguró que hizo lo lo correcto. Es casi seguro que
cumplirá otros aniversarios tras las rejas.
Tristemente, el destino de Gross apunta a una tragedia. Podría estar
cerca de la muerte. Sigue muy desmejorado.
oliverajorge75@yahoo.com
Source: Comparar espías con Allan Gross es patético | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/comparar-lo-que-hizo-allan-gross-es-patetico/
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