Monday, May 19, 2014

Una constitución pisoteada

Una constitución pisoteada
Cuando Fidel puso sus pies en La Habana, el 8 de enero de 1959, los puso
sobre la Constitución, para que fuera abolida para siempre
lunes, mayo 19, 2014 | Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba -Cercana está la historia de la Constitución de 1940.
Hace apenas siete años murió en el exilio Emilio ¨Millo¨ Ochoa
-1907-2007-, el último de sus 81 asambleístas aquellos honorables
cubanos que, a nombre de once partidos políticos, lograron instaurar de
una de las Cartas Magnas más progresistas de Latinoamérica.

No fue casualidad que ese cubano, famoso por ¨…su patriotismo, suprema
integridad, transparencia, y amor al prójimo…¨, como lo calificara el
señor Lincoln Díaz-Balart, marchara de Cuba poco después de la toma del
poder por Fidel Castro. No quiso ver pisoteado el histórico texto de
nuestra Constitución. Así ocurrió a otro de los delegados electos,
Santiago Rey Perna, quien también murió en el exilio en 2003.


En una de las últimas entrevistas hecha a ¨Millo¨ Ochoa por El Nuevo
Herald, en 2005, el viejo y célebre político expresó sus criterios
acerca del trabajo realizado por los asambleístas: ¨Fueron tres meses de
discusiones fuertes, pero respetuosas. Trabajamos todas las horas del
día, dormíamos poco, pero hoy sigo orgulloso de esa Constitución que
tomó en cuenta a todas las tendencias políticas, incluyendo a los
comunistas, y que ha sido más democrática y beneficiosa para el pueblo
cubano que todas las leyes promulgadas después por Fidel Castro¨.

Recuerdo cómo en 1960, a un año del triunfo de Fidel Castro, a mi padre,
un hombre atento siempre a los asuntos de la política, le resultó
paradójico que ¨Millo¨ Ochoa, uno de los hombres más honestos que se
conocían entonces, precisamente quien inspiró el surgimiento de la
ortodoxia en Cuba, luego convertida esta tendencia en partido político
liderado por Eduardo Chibas, se hubiera marchado del país, a pesar de
que Fidel Castro, como éste decía, perteneciera al mismo Partido.

¨Millo¨ Ochoa, así como Santiago Rey Perna y una pléyade de honestos
hombres y mujeres de la política cubana, prefirieron abandonar el país,
a verse obligados a aceptar la ideología de un gobernante dueño de un
escenario, donde no se respetarían las diversas tendencias de la
política, ni opiniones contrarias a la suya.

Hace apenas cuatro años, el propio Armando Hart Dávalos, uno de los más
fanáticos voceros del castrismo, expuso acertadamente en su artículo ¨Un
hito esencial de la tradición jurídica cubana¨, publicado en el 70
aniversario de la Constitución de 1940, que ¨… no siempre es divulgada y
estudiada la Constitución de 1940 como se merece¨ . Luego agrega,
equívocamente, que dicho texto sirvió como punto de partida en la lucha
de Fidel Castro, tal como habían tratado otros en el pasado republicano,
cuando en realidad el vetusto dictador, ya en el poder, evadió el tema
de lo jurídico en primer plano y menospreció la Constitución, único
documento que, como ningún otro, expresa la cultura jurídica con mayor
nitidez.

Se dice que en el pasado, no resultó posible que se cumplieran todas sus
demandas aprobadas en medio de una sociedad capitalista. Pero, ¿cómo
habrían de cumplirse bajo una dictadura totalitaria, con un gobierno
militar y un partido militar, devenido todo en una dinastía al estilo de
las más viejas y retrógradas de nuestra era, con un estilo de sufragio
maquiavélico donde una población es obligada a votar, ya sea por miedo o
por dependencia económica?

Cuando Fidel Castro puso sus pies en La Habana, el 8 de enero de 1959,
los puso precisamente sobre la Constitución, para que ésta fuera abolida
para siempre.

Los criterios de ¨Millo¨ Ochoa acerca de Cuba coinciden exactamente con
el Movimiento Cubano de Derechos Humanos, surgido en 1987 y devenido en
organizaciones sociales y partidos políticos de tendencias democráticas
y liberales. Ese hombre humilde, trabajador honrado que fue ¨Millo¨
Ochoa, fue partidario de que el postcrastismo debía de transcurrir por
vías pacíficas, capaz de restituir la Constitución de 1940 con las
enmiendas necesarias y que lo más importante es lograr la unidad de
todos los cubanos.

En el Instituto San Carlos de Cayo Hueso, donde Fidel Castro se quedó
con las ganas de discursear, Emilio ¨Millo¨ Ochoa recibió la Medalla de
Excelencia Nacional Cubana, como reconocimiento a los méritos obtenidos
con la patria y un tramo de la calle 8, en Miami, lleva su nombre, para
que este buen cubano jamás sea olvidado.

Source: Una constitución pisoteada | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/una-constitucion-pisoteada/

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