Monday, May 19, 2014

El deporte profesional como instrumento para recaudar divisas

El deporte profesional como instrumento para recaudar divisas
[19-05-2014 13:22:49]

(www.miscelaneasdecuba.net).- Con gran preocupación, leo titulares de
prensa en los que se afirma que el régimen castrista está introduciendo
medidas de "mercado" en el deporte, en especial, el béisbol. Quienes
afirman tal cuestión no sólo están equivocados, sino que utilizan de
forma incorrecta el término mercado.
Desde 1962, ningún deportista cubano es dueño de su destino. Es el
Estado. El Estado ejerce cualquier derecho de contratación, de promoción
profesional o de olvido de las trayectorias deportivas. Aquellos que
querían ser libres no tenían más remedio que huir, escapar de ese
control absoluto. Ahora, medio siglo después, el régimen dice que quiere
facilitar ese profesionalismo de mercado sin romper del todo los
vínculos estatales. La pregunta es, y eso ¿cómo se llama?

La estampida de los profesionales del béisbol auspiciada por el régimen,
parece generalizada. Las ligas más importantes del mundo están
disfrutando de las hazañas de los peloteros cubanos, algo que, por otra
parte, siempre ha sucedido. Yulieski Gourriel, Frederich Cepeda, prueban
fortuna en ligas como la japonesa donde han alcanzado gran popularidad y
prestigio por su correcto desempeño profesional. Detrás de esta
operación con dos potentes equipos nipones, está la larga mano del
estado castrista, que ante la escasez de recursos económicos, se ha
convertido en una especie de agente de estrellas del deporte,
permitiéndoles participar en torneos profesionales con contratos en los
que figura como parte el Estado castrista.

El eterno extractor de la riqueza de los cubanos se convierte por obra y
gracia de los llamados "Lineamientos" en agente de estrellas del
deporte. El Estado dice cuánto pueden ganar en los torneos nacionales,
entre 1.500 pesos cubanos (unos 60 dólares) mensuales, si se trata de
medallistas olímpicos, hasta 450 (unos 18 dólares), salarios
determinados para seis categorías estructuradas por la calidad de los
deportistas. En los contratos formalizados en el exterior, y previa
autorización oficial, el comisionista Estado castrista quiere obtener un
porcentaje de lo que paguen por ellos los equipos profesionales que
integren.

Anteriormente, los jugadores cubanos desertaban para poder decidir con
absoluta libertad su carrera profesional. El régimen rara vez concedía
permisos para jugar en ligas extranjeras. El "buen comunista" debía
rechazar las ofertas que llegaban procedentes del extranjero y
sobrevivir en la isla con sueldos ínfimos. Ese era el precio a pagar.
Por ello, no quedaba más remedio que la huida al exilio. Sabían que con
dicha decisión, tendrían prohibido el regreso al país. Una decisión
difícil que el régimen utilizaba para castigar a quienes decidían poner
distancia de la absurda ideología del castrismo. Ahora, por medio de
estos contratos en los que el Estado castrista actúa como agente
comisionista de los deportistas, pueden entrar y salir libremente de la
Isla protegidos por el nuevo marco regulatorio de la emigración. Nada de
economía de mercado.

Con la nueva regulación, el régimen castrista convierte a los peloteros
cubanos en las ligas extranjeras en una especie de "cuenta propista"
privilegiado, que sigue atados al poder del Estado que decide si juega o
no. El poder político se mantiene igual. No existen los necesarios
cambios hacia una economía en la que los derechos de propiedad se
conviertan en el centro de las decisiones económicas. El Estado continua
siendo, en la filosofía práctica de los "Lineamientos", el que todo lo
controla, el eje del sistema; como a ellos gusta decir, "la base de la
economía nacional". El sector privado, el escaso espacio para la
actividad independiente, queda circunscrito a pagos de impuestos, tasas,
derechos y contratos en los que el Estado, como en el caso de los
deportistas, aparece como comisionista con derecho a percibir ingresos
del trabajador. Llamar a esto medidas de "mercado" o de "modernización"
es un insulto a la inteligencia de los cubanos, que resulta inadmisible.

Si los deportistas cubanos quieren ser profesionales, tienen que tener
libertad para decidir su opción, sin intromisiones del agente estatal
castrista en su vida laboral, que suele ser muy corta. El deporte
castrista ha visto que esta vía puede permitir obtener ingresos con
facilidad, sobre todo a corto plazo, aprovechando el sentimiento de
unidad familiar que muchos cubanos sitúan por encima de cualquier otro
valor. Es lo mismo que cuando envían médicos, maestros o asesores
militares a los distintos países a cambio de mercancías. Ese comercio de
Estado es la antítesis de la libertad de empresa, de los derechos de
propiedad y de la libertad económica que el régimen niega a los cubanos.

La palabra "desertar", tantas veces utilizada por el castrismo para
atacar el derecho de libre elección de sus profesionales y deportistas,
seguirá estando en el vocabulario mientras que este sistema perverso de
extracción de rentas y control no desaparezca. Los profesionales cubanos
del deporte no deben convertirse en moneda de cambio de un régimen que
sólo busca fuentes de financiación de manera desesperada, allí donde lo
prioritario es la libre elección de las personas. A las cosas hay que
llamarlas por su nombre y no confundir. En el deporte cubano no existe
mercado ni libertad.

Source: El deporte profesional como instrumento para recaudar divisas -
Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5379e9893a682e1844a064e0#.U3o4ZPmSwx4

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