Rap en Cuba, de “Primera Base” a “Los Aldeanos”

Rap en Cuba, de "Primera Base" a "Los Aldeanos"
Miércoles, Junio 19, 2013 | Por Camilo Ernesto Olivera Peidro

LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org -En 1993, el rap era un fenómeno
underground en las zonas de Alamar, Guanabacoa, Regla y Puentes Grandes,
entre otras. Se sintonizaban las emisoras norteamericanas, que radiaban
agrupaciones y temas de este género. También sobrevivía la herencia de
los bailadores de Breackdance, cuya impronta estaba marcada en barriadas
populares de centros urbanos desde inicios de la década de los ochenta.

En la primavera de 1986, la televisión nacional transmitió el video clip
del tema "Sun City"(Idon't sing in Sun City), donde un grupo importante
de artistas, opuestos al entonces régimen del apartheid, se declaraban
en contra de actuar en ese enclave turístico ubicado en el noreste de
Sudáfrica. Entre los participantes se encontraba el influyente grupo
norteamericano de rap RUN- D.M.C.

Aproximadamente una década después, en 1994, surgió en Guanabacoa el
grupo Primera Base, uno de los primeros de este estilo musical en el
país. Se formaron también durante ese periodo, entre otros muchos, los
grupos Doble Filo, Anónimo Consejo, Grandes Ligas, Desafío, Triple A,
Obsesión y Amenaza, este último fue el núcleo de lo que luego sería
Orishas.

En la frontera entre los años noventa y el nuevo milenio, se
incorporaron Papa Humbertico, Gente de Zona, Eddy K y otros. También por
ese tiempo se formó y tomó fuerza, en las barriadas obreras de Alamar y
Vía Túnel, el denominado Grupo 1, encabezado por promotores culturales
como Rodolfo Renzoli y Valesi Rivero. El Grupo 1 fue el creador e
impulsor de los antológicos Festivales de Rap de Alamar, hasta que, a
inicios de los 2000, el evento fue intervenido por la oficialista
Asociación Hermanos Saiz.

Para ese momento, el fenómeno del rap era ya nacional en la Isla, y
había tomado fuerza como movimiento. Las letras de los raperos
comenzaban a parecerse más a
la crítica realidad circundante. Los problemas de la discriminación
racial, la marginalidad y las diferencias económicas, pasaron a ser
temáticas frecuentes.

En agosto de 2002, en la edición del Festival de Rap de Alamar, el MC
Papa Humbertico protagonizó un osado acto de crítica política en clave
hip-hop. Las cámaras y los micrófonos de varias agencias de prensa
extranjeras captaron y difundieron lo acontecido. La policía anotaba lo
que sucedía y se movía nerviosa. Al otro día, el entonces ministro de
cultura, Abel Prieto, convocó a una reunión de urgencia, como
consecuencia del impacto internacional de lo ocurrido.

A partir de ese momento, las agrupaciones de rap tuvieron que someter el
contenido de las letras de sus temas a la censura de los organizadores
del evento. Los burócratas del PCC y los servicios de inteligencia
cubanos enfilaron sus mecanismos de monitoreo y neutralización hacia
esta zona rebelde e independiente de la emergente cultura juvenil urbana.

En el año 2003, la denominada Primavera Negra no solo afectó a quienes
se oponían al régimen de forma abierta y más o menos organizada. Esta
ofensiva represiva también abarcó los proyectos que gozaban de cierta
independencia conceptual en el seno de determinadas instituciones
culturales. Tal fue el caso de varios eventos culturales dentro de la
Asociación Hermanos Saiz.

Bajo estas circunstancias, surgió, en los primeros meses de 2003, el
polémico dúo Los Aldeanos. En septiembre del mismo año, este dueto,
formado por Aldo Roberto Rodríguez ("El Aldeano") y Bian Oscar Rodríguez
Gala, grabó su primer disco, titulado "Censurados". Luego, le siguieron
varios más. Los Aldeanos han logrado rebasar con éxito el tremendo
impacto que significo el "tsunami" del Reagetton, especialmente fuerte a
partir de 2005. El público seguidor y potencial del hip-hop emigró hacia
esta vertiente musical bailable, que llegó arrasando, desde el oriente
cubano hasta la capital.

Ya el Festival de Rap de Alamar de ese año fue un fracaso de público.
Agrupaciones raperas como Gente de Zona y Eddy K se sumaron a esta
corriente, en busca de público y dinero. Otras optaron por continuar
defendiendo el género hip-hop en circunstancias bien difíciles. La
existencia de una Agencia de contratación artística no ha podido atenuar
esta situación. La escena rapera cubana es hoy día más consciente y
contestataria. Algo que los comisarios culturales del castrismo
prefieren manipular, ignorar, o negar.

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