Thursday, May 9, 2013

Un drama con final feliz

Un drama con final feliz
Jueves, Mayo 9, 2013 | Por René Gómez Manzano

LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -El pasado martes, al filo de la
media noche, recibimos una noticia excelente: fue liberado en Oriente el
preso de conciencia Luis Enrique Lozada Igarza. Como resultado de ello,
pusieron fin a la huelga de hambre que realizaron durante semanas el
propio cautivo, sus familiares y veintenas de activistas de la gloriosa
Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), encabezados por el preso político (en
licencia extrapenal) José Daniel Ferrer García.

Se trata —a no dudarlo— de una gran victoria de esos aguerridos
compatriotas, que no vacilaron en poner en riesgo su salud y aun sus
vidas para conjurar la injusticia que se perpetraba contra su pariente y
amigo. Particularmente patéticas resultaron las declaraciones del hijo
adolescente del ahora liberado, quien en un conmovedor video expresaba
al mundo que, ante la realidad confrontada por su progenitor, él y sus
restantes seres queridos veían la muerte como único fin posible a su
abstinencia de alimentos.

Unas horas antes del feliz anuncio de la liberación de Lozada Igarza, en
una reunión del grupo plural de análisis ALDECU (Alianza Democrática
Cubana), escuchábamos la información brindada por Félix Navarro, quien
narraba las incidencias del viaje que Ángel Moya Acosta y él mismo
—ambos cautivos de conciencia pertenecientes al Grupo de los 75 —
hicieron a la antigua provincia de Oriente a fin de solidarizarse con
los huelguistas.

Ellos conocieron de primera mano el espíritu de admirable firmeza que
identificaba a todos los ayunantes, incluyendo aquellos que, por tener
ya su salud más deteriorada, habían sido ingresados en el Hospital
Provincial Saturnino Lora, de la ciudad de Santiago de Cuba.

El primero de mayo, los miembros de ALDECU hubimos de emitir una
declaración de solidaridad con los huelguistas. Manifestamos nuestra
indignación con el diario Granma, que ese día se declaraba preocupado
por el peligro de muerte que —según sus editores— corren los presuntos
terroristas encerrados por autoridades extranjeras en la Base Naval de
Guantánamo, al tiempo que guardaba total silencio sobre la amenaza
análoga que pendía sobre veintenas de pacíficos cubanos sometidos a la
jurisdicción del gobierno castrista.

En el párrafo final del mismo documento, hubimos de expresar nuestras
expectativas: "Esperamos que primen la compasión y la comprensión, y
demandamos del gobierno de La Habana que atienda y dé una solución justa
y rápida a las peticiones formuladas por los participantes en la huelga
de hambre".

Como firmante de la Declaración, sólo me cabe declararme complacido por
la solución constructiva dada a este asunto por el régimen castrista.
Para empezar, ya sabemos que no había razones para arrestar a Lozada
Igarza, y menos aún para hacerlo en la forma violenta en que tuvo lugar
su detención. Por supuesto que tampoco había argumentos válidos para que
un Fiscal decretase la prisión provisional.

Pero ya que esas arbitrariedades fueron perpetradas, al menos
experimentamos ahora el alivio de que el activista prodemocrático
inocente haya salido en libertad y de que sus hermanos de luchas
pudieran cesar el difícil acto de protesta que se vieron obligados a
realizar para lograr la subsanación del atropello.

Ojalá que esta excarcelación, al igual que la del periodista Calixto
Ramón Martínez Arias días atrás, sirva para que se implemente una nueva
política del régimen cubano, que implique que los ciudadanos dejen de
ser perseguidos y arrestados por el solo hecho de discrepar.

http://www.cubanet.org/articulos/un-drama-con-final-feliz/

No comments:

Post a Comment