Sociedad
Violencia en La Habana: a golpe de navaja
(MARTAZABALETA.BLOGSPOT.COM)
Iván García | La Habana | 11 Mar 2013 - 10:20 am.
Los robos y los altercados públicos crecen en la capital. La pérdida de
valores y la crisis económica empeoran las cosas.
Augusto, de 51 años, es de esos hombres que tiene conectado el cerebro
con la lengua. Lo que piensa, lo suelta sin haber procesado
suficientemente las ideas. En la noche del 6 de febrero, ese arrebato de
franqueza estuvo a punto de costarle la vida.
Era el día de su cumpleaños y se tomaba una botella de ron barato con un
amigo de menos edad. Hablaban de fútbol y mujeres. A Augusto le gusta
recordarle a sus socios del barrio que la experiencia y la madurez de
sus cincos décadas de vida es un elemento de peso para ofrecer consejos
útiles. Aunque nadie se los pida.
El debate se calentó cuando Augusto comenzó a dar criterios subidos de
tono acerca de la mujer de su amigo, un tipo de mecha corta que zanjó el
conflicto con cuatro furiosas puñaladas.
El rápido traslado a un hospital habanero y una operación de urgencia le
salvó la vida a Augusto. Ahora, el joven que le propinó las cuchilladas
con una afilada chaveta de zapatero es fugitivo de la justicia.
Pudiera ser un suceso puntual o aislado. No lo es. Con demasiada
frecuencia, en La Habana se dan casos de violencia desmedida. Cualquier
asunto, aunque sea baladí, como pisar sin querer a una persona dentro de
un atestado ómnibus urbano, puede provocar una tormenta.
Al clima caluroso, la pérdida de valores, la falta de educación y la
poca ecuanimidad de muchos ciudadanos, se suma la crispación que provoca
una vida precaria y una crisis económica estacionaria que dura ya 23
años (comenzó en 1990, con el llamado "período especial en tiempos de paz").
A falta de pistolas o AK-47, los iracundos jóvenes habaneros, y algunas
pandillas de barrio, portan navajas de barbero, punzones o machetines
recortados. A veces antiguos revólveres de la época del oeste americano.
En zonas marginales de San Miguel del Padrón, Marianao o Arroyo Naranjo,
a la colección de armas se agregan inyectores caseros, una especie de
pistola que se confecciona utilizando ligas y de la que las balas salen
disparadas hacia cualquier sitio.
En la misma barriada donde Augusto sufrió sus graves lesiones, en el
municipio Diez de Octubre, un grupo de adolescentes provocaron una
gresca violenta en una discoteca. Varios sufrieron heridas de
consideración en el rostro o navajazos en la espalda.
Y es que la violencia verbal o física comienza desde la casa. En muchas
familias, las controversias terminan con los implicados tirándose los
trastos a la cabeza. Y las colas del pan, las paradas de ómnibus o las
esperas de trámites burocráticos son lugares propicios para que se
desaten algarabías salpicadas de palabrotas y groserías, peleas a
puñetazos o con armas blancas.
La vulgaridad y la agresividad están a flor de piel en La Habana. Van en
aumento los habanero que pierden los estribos a la primera de cambio. A
veces la intimidación es provocada por pandillas que se dedican a robos
con violencia en sitios pocos concurridos y oscuros.
Una camiseta de Messi, Cristiano Ronaldo o LeBron James, una gorra de
los Yankees de Nueva York o un Samsung Galaxy, son carnadas que atraen a
delincuentes juveniles que, navaja en mano, asaltan a cualquiera. Y lo
peor, a veces se pierde la vida.
http://www.diariodecuba.com/cuba/1362993650_910.html
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