UMAP
Pedro Corzo
2 de marzo de 2012
Florida – www.PayoLibre.com – En el propio año 1959 la dictadura de los
hermanos Castro creó y desarrolló instrumentos de represión que podían
ser aplicados en diferentes condiciones y a todos los sectores de la
sociedad.
Los primeros y permanentes objetivos fueron la iglesia y la oposición
política, incluida la prensa y las actividades económicas
independientes. Otros enemigos irreconciliables fueron los sindicatos y
colegios profesionales, partes de una extensa lista que no es el
objetivo de esta columna.
En 1960 y 61, Ernesto Guevara y Raúl Castro iniciaron una persecución
oficial contra las prostitutas, proxenetas y homosexuales, pero también
contra todo individuo que no ocultara su rechazo al nuevo orden. No
había orden de arresto. Las normas judiciales no se respetaban en estos
pogromos, que permitían rememorar las persecuciones contra los judíos.
Los apresados en las redadas fueron concentrados en la península de
Guanahacabibes. Según la versión oficial estas personas tenían que ser
rehabilitadas. Esta situación fue reseñada en un documento de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 17 de mayo de 1963, que
refiere "Y todo eso sin una sentencia escrita, hecho por un capitán de
policía, sin procedimiento ni base legal y mucho menos constitucional,
simplemente porque en un discurso el Sr. Castro dijo que los elementos
"antisociales" tenían que ir a hacer su vida en aquellos campos de
concentración. En Guanahacabibes hay cerca de 4,000 personas".
Mientras esto ocurría las cárceles se iban abarrotando de prisioneros
políticos. El paredón funcionaba y el acoso contra los que decidían
abandonar el país, dio oportunidad a los primeros y siempre presentes
mítines de repudio.
En noviembre de 1963 se implantó en la isla el Servicio Militar
Obligatorio, que dio paso a nuevas formas represivas. El SMO, fue otro
instrumento de opresión e ideologización que en su momento debe ser
considerado.
Entre sus objetivos estaba la militarización de la sociedad, el
adoctrinamiento político, a la vez que se impregnaba a las nuevas
generaciones de un sentido de obediencia que sólo se adquiere en los
cuarteles, en los que los comisarios políticos tienen más autoridad que
el oficial de mayor graduación.
La capacidad creativa para reprimir y controlar no se agotaba y como una
joya importante en la corona de opresión del régimen, surgieron las
Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP).
Miles de jóvenes fueron literalmente secuestrados. Sacados de sus casas,
centros de estudios y seminarios religiosos. Engañados unos y apresados
por la policía otros, sin argumento que justificara arrestos y menos aun
la deportación forzosa a la que fueron sometidos.
En su mayoría estaban en edad militar, pero no les llamaban al SMO
porque la dictadura los consideraba "desechables". El régimen no los
quería con armas. No eran confiables. Eran jóvenes desafectos que
incurrían en el pecado original de no creer en el castrismo.
Fueron sacados de sus casas con engaños, otros apresados por la policía
sin argumento que justificara el arresto. Nunca fueron acusados
formalmente y menos juzgados por un tribunal por espurio que este fuera.
Les transportaron a la fuerza a campos de concentración alambrados.
Vigilados por militares. Recluidos en condiciones inhumanas, fueron
obligados a trabajo forzoso en la agricultura. Les controlaban las
visitas. Eran castigados con frecuencia. Golpeados por esbirros
uniformados que disfrutaban el dolor que causaban. Algunos cometieron
suicidio, otros asesinados por los carceleros y también hubo fusilados
como el joven Alberto de la Rosa.
La UMAP duró varios años. Se calcula que al menos pasaron por sus
galeras 25,000 jóvenes. Raúl Castro, su arquitecto, dijo: "en el primer
grupo de compañeros que han ido a formar parte de las UMAP se incluyeron
algunos jóvenes que no habían tenido la mejor conducta ante la vida,
jóvenes que por la mala formación e influencia del medio habían tomado
una senda equivocada ante la sociedad y han sido incorporados con el fin
de ayudarlos para que puedan encontrar un camino acertado que les
permita incorporarse a la sociedad plenamente".
El sucesor pretendía justificar el crimen, buscando desacreditar a las
víctimas de sus tropelías. La injusticia era acompañada con la mala fe
de sus perpetradores.
La UMAP fue un instrumento sofisticado de represión política que en base
a los prejuicios existentes pretendía desacreditar a las víctimas. Decir
que la UMAP se implementó para buscar la reeducación social de los
reprimidos, cuando el único objetivo era destruirlos por ser contrarios
al régimen, es tan absurdo e irracional como defender la dictadura de
los hermanos Castro y creer que cuando desapareció la UMAP, terminó la
represión a los jóvenes; es un error, en poco tiempo aparecieron las no
menos crueles, Brigadas de la Juventud del Centenario.
http://payolibre.com/articulos/articulos2.php?id=5497
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