Monday, March 18, 2013

Raúl Castro y las deudas

Publicado el lunes, 03.18.13

Raúl Castro y las deudas
Alejandro Armengol

Si el gobierno de Raúl Castro no ha logrado ser un buen administrador,
al menos está intentando presentarse como un pagador de promesas
vencidas, en este caso promesas económicas, que muchas veces son las más
difíciles de cumplir. Sólo que en ese intento también ha despertado
temores y dudas.

El acuerdo de Rusia para resolver una disputa sobre la deuda de Cuba, de
más de 25,000 millones de dólares que debía a la antigua Unión
Soviética, ha causado preocupación entre otros países acreedores
agrupados en el Club de París, dijeron la semana pasada diplomáticos
occidentales, según la agencia de noticias Reuters.

El acuerdo, firmado a fines de febrero durante la visita a la isla del
primer ministro ruso, Dmitry Medvedev, señala que ambas partes llegaron
a una fórmula para poner fin a la controversia y suscribir los
documentos finales antes del 2014, pese a que cualquier convenio aún
necesita la aprobación de la Duma, la asamblea legislativa rusa.

"El acuerdo ruso fue una completa sorpresa para otros miembros del Club
de París involucrados en el tema de Cuba, y rompió filas con ellos",
dijo un diplomático, de acuerdo a la información de Reuters. "Nosotros
escuchamos primero sobre esto en las noticias", señaló.

La sorpresa no debió haber sido tal. Se trata de un acuerdo en que ambos
países han trabajado desde la llegada de Raúl Castro al poder, y que
ejemplifica muy bien la forma de proceder del actual gobernante cubano.

Durante la X Feria Internacional del Transporte, celebrada en septiembre
del 2006, se hizo clara la capacidad que Cuba había ido adquiriendo para
sacar el máximo de ventaja a la competencia internacional por los mercados.

Para entonces China ya se había convertido en el principal suministrador
de vehículos para la isla. Por su parte, la firma Rusia Automotriz S.A.
había logrado vender 183 automóviles Lada y 39 todoterreno Niva, así
como piezas de repuesto por valor de $1.5 millones, de acuerdo a una
información de la Agence France Presse. Son cifras pequeñas, pero
ejemplifican que en la actual economía mundial ningún mercado es
despreciable. Además, Rusia, a través de Cuba, buscaba avanzar en el
mercado latinoamericano e ir más allá de sus ventas a Chile y Colombia,
así como la isla.

En julio de 2008, el entonces vicepresidente de Rusia, Igor Ivanovich
Sechin, quien todavía es un cercano aliado de Vladimir Putin, inició una
visita oficial a Cuba, con una agenda destinada a "elevar" la
colaboración comercial bilateral. Tras ese encuentro vino otro, al
máximo nivel, en noviembre de ese año, cuando el presidente Medvedev
recorrió Cuba y otras naciones del área. También ese año envió una
flotilla de la armada al Caribe. Los buques rusos realizaron maniobras
con la fuerza naval de Venezuela y visitaron otros países en la región.

En enero del 2009, el gobernante Raúl Castro realizó una visita de ocho
días a Rusia, donde se reunió con Medvedev. Durante la visita, Rusia y
Cuba pusieron fin a la época de alejamiento, abierta tras la caída de la
URSS, para volver a ser socios estratégicos, aunque con un nuevo
pragmatismo. Al término de las conversaciones oficiales, se firmó un
memorándum sobre los principios de cooperación estratégica.

Durante el encuentro quedó clara la búsqueda, por parte de Cuba, de
inversiones rusas en la isla, así como el hecho de que los nuevos
acuerdos serían fundamentados no en razones ideológicas ni tan solo
políticas, sino en los intereses mutuos. El acuerdo sobre la deuda
alcanzado este año se sitúa dentro de este marco.

No es la única negociación llevada a cabo por el gobierno cubano en los
últimos tiempos.

El pasado año, Cuba resolvió una disputa con acreedores comerciales
japoneses que se remonta a la década de 1980. En virtud del acuerdo, el
80 por ciento de la deuda de 130,000 millones de yenes (alrededor de
1,400 millones de dólares) fue perdonado, mientras el resto se pagará
durante 20 años.

¿Brindan estas negociaciones un modelo a seguir para la solución de
otras viejas deudas? A esta interrogante se une una duda mayor: ¿un
posible cambio en la relación comercial con Caracas afectaría toda la
economía cubana, al punto de causar nuevos incumplimientos?

Es indudable que el gobierno cubano ha avanzado en poner al día sus
cuentas, pero lo ha hecho de una forma selectiva, de acuerdo a las
prioridades del momento y sin contar con una base sólida en que
fundamentar ese avance. Ha intentado buscar una alternativa para aliviar
su dependencia con Venezuela, pero al mismo tiempo se ha servido de esta
ayuda para integrarla al problema, no a su solución. Queda por ver si se
trata de un logro o simplemente otro de los castillos de naipes
construidos gracias a la generosidad del desaparecido Hugo Chávez.

http://www.elnuevoherald.com/2013/03/18/1432026/alejandro-armengol-raul-castro.html

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