¿Transición al Capitalismo raulista, o a la Democracia?
[19-07-2012]
Jorge Hernández Fonseca
(www.miscelaneasdecuba.net).- El viaje de Raúl Castro a China, Viet-Nam
y Rusia, procurando un "modelo" de capitalismo en el cual espejarse para
sus planes en la isla, sumado a los debates de la elección presidencial
norteamericana de Noviembre próximo y las declaraciones del actual
hombre fuerte de la Casa Blanca --y candidato demócrata-- en sentido de
que "Cuba no representa un peligro para EUA" (dijo también que tampoco
Venezuela lo era) pone sobre el escenario político cubano una disyuntiva
para la isla: ¿transición al capitalismo raulista? o ¿transición a la
democracia?
Ya pocos dudan que los planes de Raúl Castro se encaminan por la vía
china de imponer el capitalismo "salvaje" en la economía, dejando la
dictadura intacta en la política cubana. El capitalismo raulista tiene
componentes vietnamitas, como la creación de cooperativas en todos los
sectores y componentes rusos, como la repartición del país y sus
empresas más productivas en una "piñata" castrista, que incluye amigotes
"de la sierra" y sobre todo, a la familia Castro.
Con relación a la elección norteamericana, no está muy claro que la
misma ayudaría a definir a favor de la democracia la disyuntiva aquí
señalada. Hay una sospecha --fundamentada en la política de apertura
hacía la dictadura cubana que Obama ha llevado a cabo en su primer
mandato sin contrapartida castrista-- que de ganar un segundo mandato
abriría las puertas a los planes raulistas. Tampoco hay certeza de que
el candidato republicano --una vez obtenido el sillón de la Casa
Blanca-- haga como ya hizo Bush (al que los cubanos le dieron la
presidencia en la Florida) y después guerreó con medio mundo, menos con
Fidel Castro.
Hay poderosas razones bi-partidistas que inclinarían la balanza a favor
de los planes raulistas, con más o menos adaptaciones, a saber: un
tránsito al capitalismo encabezado por la familia Castro garantizaría a
EUA la "tranquilidad" absoluta en Cuba, respecto al tan temido éxodo
balsero desde sus costas, en caso que haya un vacío de poder y se
desmantelen las fuerzas armadas que el castrismo tiene muy bien
organizadas. Garantizaría también que el gobierno de Cuba no sea
contaminado por el narcotráfico mexicano-centroamericano, que un vacío
de poder en la isla también propiciaría. Garantizaría además una
primicia en las inversiones capitalistas que la familia Castro quiere
incentivar, basado en el turismo norteamericano.
Los cambios que se ejecutan en cualquier área de la sociedad tienen
necesariamente que ser respaldado por leyes. Los cambios en la economía,
tal y como los está ejecutando ahora Raúl, tienen que tener respaldo
legal, y de hecho la asamblea castrista ya ha aprobado nuevas leyes y
prepara nuevos marcos legales para la ejecución de los cambios al
capitalismo. Sin embargo, los cambios a la democracia son de tipo
político, independientemente que también deben ser estructurado por un
marco legal que respalde a las Instituciones democráticas a ser creadas,
la transición a una sociedad democrática sobrepasa el esfuerzo puramente
legal. Es político.
Lo anterior significa que la transición a la democracia no es un asunto
solamente legal, sino que debe haber sobre todo una voluntad política de
respeto a las Instituciones democráticas que se crearán al efecto, así
como el respeto al balance de poderes entre legislativo, ejecutivo y
judiciario, para que se tenga una distribución de atribuciones
balanceada en la sociedad. Debe además haber transferencia de la
soberanía hacia el pueblo --que ahora está concentrada en un partido-- y
que decida los grandes asuntos nacionales por voto individual, directo y
secreto.
La sociedad cubana está ante una nueva disyuntiva. Después de la
anterior relacionada con la sucesión o la transición --resuelta a favor
de la sucesión dinástica-- ahora se presenta de manera más compleja, al
querer la dictadura de Raúl arrebatar la bandera del mercado capitalista
a la oposición política cubana, pero sin dar el más mínimo mérito ni
poder a esa oposición, ni a los hombres y mujeres que han luchando más
de medio siglo por sus libertades. Ante la opción capitalismo o
democracia, los cubanos queremos "ambos los dos", porque capitalismo
salvaje con dictadura es opresión doble y democracia sin mercado es retraso.
Los cubanos dignos no tenemos disyuntiva que no sea la libertad de Cuba,
su independencia de cualquier yugo extranjero, sea este ruso de nuevo
--como ya tuvimos-- venezolano, como tenemos ahora, o chino como Raúl
aspira a que tengamos. Sobre EUA --nuestro principal aliado en esta
lucha, porque es el único país que ha inscrito en sus leyes la
protección, ayuda y apoyo al pueblo cubano en desgracia-- tampoco
queremos otra cosa que no sea la libertad.
La dictadura castrista, después del viaje de Raúl a las fuentes futuras
de su poder económico, entrarán en un compás de espera por el resultado
de las elecciones en EUA. Este compás de espera debe ser aprovechado por
los cubanos con influencia en las decisiones política de EUA, para
obtener compromisos (tal y como ya lo ha hecho Raúl) para poder orientar
al electorado cubano-americano y su voto en favor de la mejor opción,
con vistas a la democracia en Cuba.
Si las elecciones las gana Obama y negocia con Raúl a espaldas del
sufrido pueblo cubano, nuestra condena eterna y sin reservas. Si las
elecciones las gana Romney y hace igual que Bush, desentendiéndose de la
libertad de Cuba, también nuestra condena sin reservas. En cualquier
caso perseverar en la lucha por la conquista de una patria libre,
democrática y soberana, lo que más temprano que tarde ciertamente
llegará si no nos desviamos del camino de la dignidad para todos los
cubanos de dentro y fuera de la isla. ¡Democracia para Cuba, ya!
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=36541
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