La aduana de Cuba aprieta las tuercas
julio 18, 2012
Fernando Ravsberg
HAVANA TIMES — La ley de Aduanas que entrará en vigor en septiembre es
una de las que tiene mayor repercusión social porque, de una forma u
otra, afectará a la mayoría de los cubanos, haciendo su vida cotidiana
un poco más difícil y bastante más cara.
"Luisa" me asegura que si suben los pagos aduanales su negocio se vendrá
abajo dado que toda su mercadería procede de Ecuador. No quiere dar su
verdadero nombre porque la licencia solo la autoriza a vender ropa
confeccionada por ella misma.
En la actualidad el comercio oficial cubano está prácticamente
estancado, mucha gente opta por mercados paralelos que importan mejores
productos y a precios más bajos, desde lavadoras hasta desodorante,
incluyendo la venta por catálogo desde Miami.
La nueva Ley de Aduanas eleva bastante los impuestos que se deben pagar
por entrar mercancías y a la vez limita la cantidad, esperan así reducir
drásticamente los envíos a través de las "mulas" y también de la
paquetería camuflada como ayuda familiar.
Las restriccione
Los cubanos con residencia en el país pagaban sus impuestos aduanales en
pesos. La nueva ley mantiene el pago en pesos para los residentes pero
solo en el primer viaje del año, en los siguientes deberán saldar los
aranceles en CUC, moneda convertible 24 veces más cara.
Igual que en esta cafetería, muchos trabajadores privados han montado
sus negocios comprando los equipos fuera del país, incluso los adornos.
Foto: Raquel Pérez
Cuando se trata de ropa o zapatos, a partir del segundo viaje solo
estarán exentos 30 kg por pasajero, el resto se deberá abonar a U$D 10
el kg. La tasa se aplica independientemente de lo que el viajero haya
pagado ya a la compañía aérea por el equipaje.
Así mismo se limitan los envíos de paquetería, vía por la que llegaban
-desde Panamá y Miami- televisores, refrigeradores, lavadoras e incluso
herramientas, sandwicheras, jugueras, planchas o freidoras para vender a
los nuevos trabajadores autónomos.
Este año también se volvieron a cobrar impuestos aduanales a los
alimentos, que estuvieron exentos de gravámenes desde el 2008, año en el
que Cuba fue azotada por 3 ciclones que recorrieron toda la isla
causando graves daños.
La ropa "hecha en cubana"
En la isla hay pocas opciones para vestirse, se compra ropa china cara
en las tiendas del Estado o se compra ropa china un poco más barata en
los portales de las casas, donde han florecido decenas de miles de
"timbiriches" desde que se autorizó el trabajo privado.
La licencia es para vender confecciones propias pero la mayor parte de
la ropa y los zapatos que se ofertan en las calles vienen en maletas o
en pacas desde Ecuador y Cancún acompañando a "mulas" muy bien
"conectadas" con los aduaneros del aeropuerto.
La ropa y equipos de mejor calidad llegan en las maletas de los pilotos
y azafatas cubanos. De esta forma obtienen un sobresueldo, mucho más
necesario ahora que la lucha contra la corrupción desbarató los grandes
negocios ilícitos dentro del sector.
"Abel" es un ingeniero que vive en Miami y viaja 2 veces al mes a
pasarse el fin de semana en Cuba. Él es una "mula", le pagan el pasaje a
cambio de que traiga 90 kg de mercancías. "No gano ni un centavo pero
viajo gratis cada vez que quiero", nos cuenta.
Ventas on line
A pesar de la desaparición del cable submarino y demás limitaciones, en
Cuba crece la venta por internet, la página web "revolico" ofrece a los
cubanos electrodomésticos, casas, automóviles, muebles, computadoras,
animales, joyas y un largo etc.
El sitio tiene tal capacidad de venta que muchos compran hasta el
desodorante. "Luis", por ejemplo, adquirió allí su cafetera expreso, la
eligió en el catálogo digital de una tienda de Miami y un mes después se
la trajeron a la puerta de su casa.
Mientras, en las tiendas del Estado los productos se ponen viejos por
falta de compradores. La causa principal son sus precios inflados con un
impuesto del 240%, a lo que algunos gerentes le agregan una "multa" que
va directa a sus bolsillos.
Es lógico que el gobierno quiera proteger el comercio nacional pero lo
cierto es que en sus tiendas escasean productos, cuando los hay tienen
precios disparatados respecto a los salarios y, lo más grave, es que el
fin del contrabando dejará sin ingresos a decenas de miles de familias.
http://www.havanatimes.org/sp/?p=67569
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