Cambios para que nada cambie
[20-07-2012]
Julio César Galvez
Periodista independiente exiliado en España
(www.miscelaneasdecuba.net).- Muchos son los ilusos que ante el más
mínimo detalle que ocurre en Cuba ya gritan a los cuatro vientos acerca
de los " grandes cambios que están ocurriendo en la isla " No importa si
el régimen permite la venta de chambelonas de sabores variados, el
poder comer arroz con palitos, en imitación a las antiguas generaciones
de chinos, o si de establecer un parqueo de bicicletas en la cúpula del
Capitolio Nacional se trata.
Hay cambios, pero no para mejorar la vida, el respeto y la integridad
física y moral de quienes están sometidos a las arbitrarias
disposiciones del régimen totalitario cubano. La prensa de Miami y de
Cuba, toda bajo el control del Partido Comunista, se hicieron eco – a
bombo y platillo – del arribo al puerto de La Habana del buque Ana
Cecilia, de 90 metros de eslora, el pasado miércoles 11, con mercancías
enviadas bajo el supuesto de " ayuda humanitaria " para el pueblo cubano.
Problemas de trámites aduaneros, según manifestó a la prensa, Leonardo
Sánchez, portavoz de la compañía International Port Corporation, hizo
que el citado barco arribara a Cuba el viernes 13, dos días después de
lo anunciado. Este miércoles 18 la empresa International Port pospuso el
viaje de esta semana para el próximo día 25 señalando " queríamos darnos
un respiro para aprender de estos detalles ", refiriéndose a los
contratiempos en la aduana habanera.
Claro, que estos envíos nada tienen de " ayuda humanitaria " No son
regalados a los pobladores más necesitados de la isla, que son la
mayoría. Los cubanos que viven en el exilio compran y envían a sus
familiares en Cuba desde un chupete, un Kotex hasta un paquete de
frijoles negros para ayudar a paliar la severa falta de todo en un país
sumido en la miseria. Todo cuesta y el negocio de International Port
Corporation con la empresa cubana Cubapact – enlace y repartidora dentro
de Cuba de la paquetería que lleva el Ana Cecilia -- es redondo. Todo, o
casi todo, para no ser totalitario queda en casa.
Mucho más después que el régimen de La Habana anunciara nuevas medidas
impositivas aduanales, las que comenzarán a aplicarse en breve, y que
constituyen un serio traspiés a los pequeños empresarios – timbiriches,
que no pueden ser otra cosa – que funcionan como cafeterías y pequeños
restaurantes, al no poder recibir el dinero fresco y los productos para
su trabajo, que mediante las llamadas " mulas " les mandaban los
familiares y amigos desde Estados Unidos.
Lo cierto es que la cúpula gobernante cubana necesita dinero, dinero y
más dinero para su sostenimiento en el poder y por nada de este mundo
van a permitir que el control de cuanto se mueve en la isla se les
escape de las manos. No importa cuantas necesidades, problemas, hambre y
miseria padezca la población cubana. Los prometidos cambios
estructurales, económicos y sociales el régimen los está realizando para
que nada cambie. De eso se ocupa todo el aparato represivo y la policía
política de los hermanos Castro, quienes cuentan con el apoyo y la ayuda
de muchos que han cambiado de palo pa'rumba y la complicidad de varios
gobiernos en este mundo, llamados democráticos. Es lamentable pero es la
realidad, " tanto tienes, tanto vales "
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=36554
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