Carta de Nefasto a un bistec de res
Jueves, 03 de Mayo de 2012 10:15
Escrito por Víctor Manuel Domínguez
Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD)
Mi muy querido, borroso en el recuerdo, y ausente bistec de res:
El egoísmo de los cubanos que peinamos canas, o que tal vez ya sin pelos
nos sacamos brillo en la cabeza con un mantel, me impedía conocer cuánto
te ama el mundo.
Buscando en el baúl de los recuerdos, con Karina, supe de la pasión que
has despertado, no sólo entre quienes te conocimos y perdimos, sino
entre la nueva generación de cubanos que apenas sin escuchar tu nombre
ni conocer tu figura, están dispuestos cada día a entregar sus huevos a
cambio de tenerte y darte un mordiscón.
Pero no es sólo en Cuba donde te adoramos, pues conozco decenas de
cantantes y músicos de otras naciones que han dedicado su vida, y parte
de su obra, a buscar el calor que nace de tu carne y los pone a soñar.
Fíjate si es así, que entre las "cartas amarillas" que descubrí de Nino
Bravo, hay una que me conmovió por el sentimiento mostrado hacia ti,
cuando dice: "de por qué te estoy queriendo/ no me pidas la razón/ pues
yo mismo no comprendo a mi pobre corazón", algo que denota que tu
ausencia no sólo rompe las paredes del estómago.
Otro que te escribió fue Roberto Carlos, quien se pasó días en ayunas
mirando al Pan de Azúcar y suspirando por tu olor, mientras escribía:
"Qué será de ti/ necesito saber hoy de tu vida", como muestra de que no
tenerte a mano, listo para la boca, es un suplicio.
Mi muy desaliñado, enflaquecido y pellejoso bistec, escurridizo así como
eres, desalmado y todo hasta dejar huérfana y abandonada la paz de los
estómagos y del fogón, sigues siendo un rompecorazones. Tus amores te
siguen hasta la eternidad, sueñan, y piden que regreses a como dé lugar.
Nunca olvidaré cómo maullaron los gatos cuando los abandonaste y sólo
les quedó el consuelo de recordarte con una canción que dice: "Este es
mi llanto/ por el recuerdo/ que en otros días/ tuve de ti", algo
verdaderamente desgarrador.alt
¿Y qué me dices de la trastada que le hiciste a Sonia Silvestre, que la
dejaste frente a la esquina de Monte y Cienfuegos bajo un chaparrón, y
sólo atinó a cantar: "La tarde está llorando y es por ti/ ella sabe que
tu olor me ha abandonado"?
Inconsciente bistec, aunque te quiero, no es para nada gracioso que
hayas seducido a una menor como Yanet, quién después que la dejaste se
la pasa diciendo entre sollozos: "toda la tristeza de mi amor se irá
contigo/ ¿por qué te vas/ por qué te vas?"
Tampoco causa risa como dejaste a Silvana di Lorenzo, preñada y con
antojos en una la sala de Maternidad Obrera, en Marianao, quien cantaba
entre lágrimas e hipidos: "Me muero por estar contigo/ me muero por
volverte a ver", y por culpa de tu ausencia, tuvo que conformarse con un
pastelito de girasol, de los que vende Mayeya "Salación", la cuentapropista.
También me dolió mucho el desamparo en que dejaste a Cristina, la de los
Stop, quien se pasó más de diez años como secretaria en el horario
Nocturno de Radio Progreso, con la pituita aquella de: "entre mis
sueños/te veoveoveeeeo/ a mi lado otra vez", y tú, ausente del almuerzo
y la cena, como si ella fuera cubana.
No hay que exagerar, y ya tus desplantes tienen a la humanidad cansada,
aunque todavía despiertes sentimientos como el de Rafael, quién no cansa
de repetir: "Yo soy aquel/ que cada noche te persigue/ yo soy aquel que
sin tenerte ya no vive/ El que te espera, el que te sueña/ el que
quisiera ser dueño de tu amor/ de tu olor", en un tono que parte el alma
y desfigura el rostro.
Mi añorado bistec, es hora de que sientes cazuela y no andes por el
mundo como un canciller cubano, cambiando nuestras vacas por botellas.
Piensa en los que te conocimos y te necesitamos. En los jóvenes que sólo
te han visto en fotos y películas, y en los millones de cubanos que
desean restregarse contra tu carne y sacarte el jugo en una cena familiar.
Escucha el gemir de nuestros trovadores, las canciones que los
baladistas, aún sin conocerte, te dedican para que regreses al país, y
te pasees sin protección policial por nuestras mesas.
Cuando escucho el amor que profesan por ti las personas que te
conocieron y degustaron, sé que mi petición de que vuelvas, más que un
acto de nostalgia o una insuficiencia alimentaria, es un ejercicio de
reconciliación.
Escucha cuánto sentimiento noble has despertado. Siente si no la canción
que te escribió César Portillo de la Luz en El Cochinito, en el año 93,
cuando lo único que se ofertaba eran huevos de codorniz: "Siempre tú
estás conmigo en mi tristeza, estás en mi alegría/ y en mi sufrir/
porque en ti/ se encierra toda mi vida/ si no estás conmigo, bistec/ no
soy feliz".
Mi muy ansiado, perseguido y angustiante bistec de res, te pedimos que
vuelvas, que te comprometas en serio, y no como engañaste a Mina, que
después de más de medio siglo esperándote en la carnicería de Campanario
y Lealtad, desistió de aguardarlo, y cuando alguien anuncia tu regreso,
se limita a cantar: "Palabras/ palabras/ palabras/ Palabras, son sólo
palabras que hay entre los dos".
Pero no te desanimes, estimado bistec, ni quieras demorar tu regreso,
pues en Cuba quedan personas que viven esperando por ti, como Tejedor y
Luis, quienes cuando oyeron hablar de los cambios migratorios anunciados
por Alarcón, compusieron un tema que dice así: "Noche tras noche
esperando y esperando/ Ya estoy cansado, muy cansado de esperar/ Que le
devuelvas tú la luz a mis tinieblas/ Y que mis ojos ya descansen de llorar".
Así que no te des más lija y vuelve ya, que aquí serás feliz. Los
cubanos sabemos esperar y querer bien.
Eso te lo aseguro yo, Nefasto "El soñador".
Para Cuba actualidad: vicmadomingues55@gmail.com
http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/humor/4011-carta-de-nefasto-a-un-bistec-de-res.html
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