Jueves, 19 de Abril de 2012 11:39
Escrito por Juan Gonzalez Febles
Cuba actualidad, Lawton, La Habana, (PD) Carlos Saladrigas se ha
convertido en el mesías-mecenas del regreso anunciado al capitalismo de
estado de corte corporativo fascista al que se mueve la élite de poder
en Cuba.
Como suele ocurrir, llega desde el norte con bendiciones, aromas,
inciensos y sahumerios eclesiales, a participar del festín empresarial y
convite a que la gerontocracia verdeolivo convoca.
Saladrigas aclaró ser miembro del 'exilio histórico' y no del 'exilio
histérico', al que cataloga de "incoherente, irresponsable e
intransigente". Me pregunto si nuestro mesías-mecenas no andará en
proceso de acumulación de méritos para ingresar en el próximo partido
único, que sustituya al actual y que ya no será exactamente comunista.
Si en el actual, ya se aceptan religiosos y homosexuales, ¿por qué no,
en el venidero, exiliados adinerados de buena conducta como es el caso
del Sr. Saladrigas?
Producto de la distorsión en los enfoques, algunos por acá no ven un
exilio histórico y otro "histérico". Para ponerlo más fácil, algunos
creen ver un exilio adinerado y otro no. O para ser más específicos, un
exilio con dinero y sin vergüenza, otro con dinero y con vergüenza y una
mayoría abrumadora sin dinero y sin saber qué hacer o donde poner la
vergüenza. En fin, los dos linajes de siempre: tener y no tener, con la
variante de la vergüenza, incorporada o no.
Otra joyita que nos regaló el Sr. Saladrigas fue aquello relacionado con
el papel de la iglesia en aras de suavizar el "capitalismo feroz" que
eventualmente nos vendría encima. Sobre este particular, Saladrigas dijo
que la Iglesia, con sus valores, podría intervenir para evitar un
capitalismo deshumanizado. Una verdadera joyita que remitió a muchos a
la forma en que la iglesia suavizó o evitó la esclavitud "deshumanizada"
entre los siglos XV y XIX. O la forma piadosa en que ayudó al indio
Hatuey a pasar la prueba del fuego.
Me imagino al Sr. Cardenal Jaime Ortega, en el trance de invitar al
cacique Hatuey al cielo, como invitó a los prisioneros de conciencia
excarcelados a España. Entonces, la única duda que me quedaría es si
Hatuey consiguió ser tan feliz en el cielo como lo han sido, sin duda
razonable alguna, los prisioneros políticos excarcelados que nuestro
cardenal envió a España. Disponer de certezas sobre esto es lo que yo
llamaría una verdadera prueba de fe.
Por lo pronto, me consta que el señor cardenal Jaime Ortega, ha pasado
la prueba del socialismo feroz verdeolivo de Cuba. Rebasó con éxito a
las UMAP y es un empresario eclesial exitoso, avezado en trasiegos
inmobiliarios y otras menudencias clandestinas en el ámbito de los
pasajes divinos y las escaleras al cielo por la vía inmobiliaria. En
fin, una prueba de cómo históricamente ya se consiguió rebasar la venta
de indulgencias y se avanza en ascenso victorioso, hasta con escaleras
al cielo, al capitalismo verdeolivo del siglo XXI.
Otra pieza relevante aportada por el señor Saladrigas en su exposición
fue el reconocimiento de los pasos dados por el gobierno cubano con las
pasadas excarcelaciones. Dejó dicha la idea sobre la "trasformación del
país". Esta sería vista como un gran rompecabezas donde y siempre según
Saladrigas, puede decirse que el Estado cubano ha puesto las primeras
piezas con "las excarcelaciones y la suspensión de prohibiciones
absurdas". Que a los cubanos emigrados les tocará poner también las suyas.
¿Habrá olvidado el señor Saladrigas que alguien debía consultar al
pueblo de Cuba sobre lo que en realidad prefiere?
Saladrigas pasa por alto la práctica represiva llevada adelante por la
policía Seguridad del Estado antes, durante y después de la visita
papal. Una secuencia que algunos bromistas y otros no tanto, catalogaron
como "jubileo, voto de silencio y penitencia". Mientras que por otra
parte y para elementos del pueblo llano, todo no pasó de ser más que una
"visita con fuerza y una misa con violencia".
En el convite con Saladrigas en terreno consagrado, participaron
destacados exponentes de la sociedad civil. Todos podrían clasificar
como futuros interlocutores de la componenda que se avecina. Muchos han
mantenido una tan buena conducta como la ostentada por Saladrigas y
otros miembros de eso que catalogó como exilio no histérico. Así,
intervinieron representantes de la revista Espacio Laical, la red de
proyectos Observatorio Crítico, la plataforma de periodismo digital
Voces, el proyecto Socialismo Participativo y Democrático (SPD) y el
Comité Cubano por la Integración Racial, entre otros. Sin duda alguna,
entre ellos habrá quienes podrán ser -o no- heraldos portadores del
acercamiento a las propuestas económicas sin libertad que trata de
ampliar el sector del exilio al que representa este mesías-mecenas,
Carlos Saladrigas.
Lo cierto es que el tránsito al capitalismo sin democracia es la caída
libre en un régimen de corte fascista. Resulta vergonzoso constatar que
personas que han hecho su fortuna en las condiciones de la democracia
liberal americana, se avengan a este peligroso experimento continuista.
Quizás en las reuniones con Saladrigas, al amparo de inciensos y
sahumerios, faltó quien diera alto y claro el santo y seña de la palabra
democracia. Pero esto era improbable, ya que se trataba de personas de
buena conducta.
Por lo pronto, quizás la primera entre las prohibiciones absurdas y no
tan absurdas que pesan sobre los cubanos, y que habría que retirar de
inmediato, sea aquella que nos limita en el derecho a ser honrados, a
pensar y hablar sin hipocresía. Porque los cubanos no somos libres en
Cuba y la libertad de la que se nos priva, rebasa las sacristías y los
balances bancarios de todos los emigrados, con buena conducta o sin ella.
Para Cuba actualidad: juan.gonzlezfebles1@gmail.com
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