Saturday, April 21, 2012

De la cumbre a la sima

Publicado el sábado, 04.21.12

De la cumbre a la sima
Américo Martín

Lo bueno de las Cumbres es que pueden proporcionar espacios para
acuerdos bilaterales. Lo regular es su incesante bascular entre lo
insignificante y lo funambulesco. Y lo malo, ser arma arrojadiza contra
la unidad del continente. El balance de la VI Cumbre reunida en
Cartagena merece una consideración aparte. No cabe despacharlo con
frases para una Historia que no las recordará.

El conflictivismo de algunos infatuados socios del ALBA empañó la
reunión. No hubo declaración de cierre, la exclusión de EEUU no cuajó
del todo pero ralentizó el esfuerzo del presidente Santos de conseguir
un estatus hemisférico privilegiado. Ha querido ser el punto de
confluencia de tendencias extremas y moderadas; y de EEUU y sus
adversarios. No sin razón sentíase orgulloso de su habilidad personal
que le permitió calmar las turbulencias con Venezuela y Ecuador, y
ratificar la tradicional fluidez colombo-cubana. Todo eso sin dejar caer
la colaboración de y con EEUU, su proteico aliado.

Cuando uno emprende políticas complejas en las que se cuelen exaltados,
debería prepararse para verlas destruidas entre gritos, insultos y
pomposas declaraciones de principio. Santos entró en estas
complicaciones soportando en el frente interno la presión de Uribe, el
más importante líder de la "oposición", si ya podemos calificarlo de esa
manera.

Es un rompecabezas con demasiadas piezas y escaso tiempo para ser
armado. Santos, líder experimentado, no perdió su ambigua sonrisa ni la
calma, y cuando le desordenaron la Cumbre se movió rápido para obtener
algún fruto residual no desdeñable. El único tangible fue el anhelado
TLC con EEUU. Parado sobre el pantano, Obama terminó de destrabarlo para
que Colombia alcanzara uno de sus objetivos fundamentales. Y es por eso
que EEUU fue cercado pero no aislado. La visible aproximación
colombo-estadounidense, compensó el retroceso sufrido por Santos en su
colorida relación con el ALBA. Diríase que los muchachos de Chávez se le
escaparon de las manos.

Las causas invocadas para que fracasara la declaración final y se
intensificara la presión a favor de un sistema jurídico regional sin
EEUU y Canadá, fueron dos: Cuba y las Malvinas. Las dos potencias
norteñas guardan conexiones profundas con el Reino Unido y comprenden
que la muerte de la OEA las dejaría fuera del sistema. El reconocimiento
de la soberanía de Argentina sobre las Malvinas es una causa
latinoamericana muy justa, sentida y respaldada, pero no había sido
esgrimida como punto de honor en las Cumbres. ¿Por qué ahora sí?

Es obvio que Cuba debe participar en las futuras Cumbres, ¿pero qué
hacer si la OEA no acepta –al igual, por ejemplo que Mercosur o la Unión
Europea– a países que no llenen los requisitos democráticos?
Naturalmente, vivimos una hora de enrarecido pragmatismo que puede
soslayar las formalidades.

Hay, no obstante, un "pero". Los mismos países que cuestionaron la
ausencia de Cuba en la Cumbre se batieron con la daga en los dientes
para echar a Honduras de la OEA hasta que no se ajustara a las normas
que tratándose de Cuba desestiman. Agitando la Carta Democrática,
Insulza se plegó a la suspensión del país centroamericano. Para regresar
a la OEA, Honduras debía someterse incondicionalmente al sistema
democrático. 33 de 34 miembros votaron la suspensión. Semejante doctrina
es pacíficamente aceptada por tirios y troyanos. ¿Por qué diablos
entonces lo que le reclamaban a Honduras no lo reclamaron a Cuba?

La OEA fue orillada en Cartagena, el ALBA quedó reducida a un papel
desangelado, Colombia sacó algo y EEUU perdió fuerza pero salvó sus
nexos con el país anfitrión. Se entrevé ahora un viraje de lo
multilateral a lo bilateral y del prurito retórico al silencio de los
acuerdos. La plataforma del Pacífico, armada en silencio y sin discursos
trémulos, tiene ya más músculo que la del Atlántico y su Mercosur.

En un entorno de crecimiento regional, la OEA y las pomposas pugnas en
las Cumbres poco significan ya. Son ruido de hojas, humo, oquedad, nada.

http://www.elnuevoherald.com/2012/04/21/1183616/americo-martin-de-la-cumbre-a.html

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