Visita papal
Tres voces de la disidencia católica de Cuba critican al régimen de Raúl
Castro
Juan O. Tamayo
jtamayo@elnuevoherald.com
Uno es un sacerdote que escribió cartas criticando a Fidel y a Raúl
Castro. Otro es un laico católico que reunió 25,000 firmas demandando
cambios en el gobierno. El tercero editó una publicación eclesiástica
que fue amordazada bajo presiones del gobierno y la Iglesia.
El padre José Conrado Rodríguez, Oswaldo Payá y Dagoberto Valdés son los
disidentes católicos mejor conocidos, cubanos que atacan regular y
agresivamente al sistema comunista de la isla y a veces hasta a sus
propios líderes eclesiásticos.
Los tres planean asistir a las misas que celebrará el Papa Benedicto XVI
en la ciudad oriental de Santiago de Cuba y en La Habana durante su
visita del 26 al 28 de marzo. Pero es poco probable que cuenten con
asientos reservados en la primera fila.
Rodríguez, de 59 años, ha sido durante mucho tiempo una espina en el
costado de un gobierno que fue oficialmente ateo de 1962 a 1992 y hasta
hoy prohíbe las escuelas católicas y exige que se le pida autorización
previa para las procesiones callejeras.
Llamado a veces el "cardenal del pueblo", llegó a los titulares por
primera vez en 1994 con una carta a Fidel Castro culpándolo por la
crisis financiera y social de la isla y urgiéndolo a abrir un diálogo
con disidentes y exiliados.
La Iglesia envió a Rodríguez a estudiar en España en 1996 –sus
partidarios dicen que los líderes católicos querían tanto protegerlo
como quitarlo del medio– y regresó justo antes de que el Papa Juan Pablo
II visitara Cuba en 1998.
En el 2007, agentes de la Seguridad del Estado irrumpieron en su
parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús, en Santiago, para golpear y
arrestar al menos a 15 jóvenes disidentes. Rodríguez, un hombre fornido
y con una franca manera de hablar, calificó la redada como una "pachanga
terrorista".
En el 2009, enviaría una carta a Raúl Castro quejándose de que "las
dificultades de cada día se tornan tan aplastantes que nos mantienen
sumidos en la tristeza y la desesperanza […] y el sentimiento
generalizado de indefensión".
"Estamos en un momento tan crítico que debemos plantearnos una profunda
revisión de nuestros criterios y de nuestras prácticas, de nuestras
aspiraciones y de nuestros objetivos", escribió entonces.
Rodríguez informó tiempo después que agentes de la Seguridad del Estado
habían dicho a sus superiores que él era "el único obstáculo" en las
buenas relaciones entre la Iglesia y el Estado, según un cable
diplomático de Estados Unidos dado a conocer por WikiLeaks.
También le comentó a estadounidenses en La Habana que pusieran atención
a lo que Raúl Castro hace y no a lo que dice, y que no le sorprendería
si hubiera una "explosión social" en la isla, señalaron otros cables de
WikiLeaks.
Rodríguez ha criticado al arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega
Alamino. Otro cable de WikiLeaks menciona que había dicho que, aunque la
Iglesia tiene un papel que jugar en el futuro de la isla, "no está
saliendo a la palestra".
Aunque otros sacerdotes en Cuba se quejan discretamente del gobierno,
Rodríguez alega públicamente que la Iglesia en la isla no ha llevado a
cabo su "misión profética", el requisito de denunciar abiertamente lo
mal hecho.
Rodríguez fue transferido el verano pasado de Santiago, la segunda
ciudad en importancia de Cuba, al pueblecito de El Cristo, en las
cercanías. Pero aún permanece en Santiago, al parecer porque no ha
llegado el sacerdote que debía reemplazarlo.
Oswaldo Payá
El disidente católico de Cuba mejor conocido es Payá, de 59 años, quien
fundó el Movimiento Cristiano Liberación y lanzó el Proyecto Varela de
recogida de firmas para efectuar un plebiscito, ninguno de los cuales
cuenta con reconocimiento gubernamental.
Un dignatario del Vaticano lo elogió en el 2003 como "un católico
comprometido que quiere trabajar desde dentro del sistema" y dijo que
había urgido a los funcionarios cubanos a "tratar con Payá como un
'opositor de línea suave'", según un cable de WikiLeaks.
Payá se opone al embargo de Estados Unidos, no acepta fondos de apoyo de
Washington, se mantiene por lo general apartado de otros disidentes,
prefiere el compromiso a la confrontación y promueve un diálogo entre el
gobierno y los disidentes.
Pero las 25,000 firmas que recogió para solicitar un referendo sobre el
sistema comunista fueron un duro golpe para el gobierno. La mayoría de
los 75 disidentes encarcelados durante la ola represiva del 2003
conocida como la Primavera Negra de Cuba estaban participando en su
Proyecto Varela.
Payá ganó el Premio Sajarov del Parlamento Europeo en el 2002, ha sido
nominado más de una vez al Premio Nobel de la Paz, y fue saludado
brevemente por el Papa Juan Pablo II al final de una audiencia pública
en Roma en el 2003.
El gobierno cubano le permitió viajar al extranjero a recibir un premio,
y continúa empleado como ingeniero en una empresa estatal que fabrica y
repara equipos quirúrgicos. Está casado y tiene tres hijos.
Payá dijo que le alegra que Benedicto XVI viaje a Cuba "para tratar de
aportar positivamente a nuestro pueblo". Pero la visita no debería
ayudar al gobierno "a aplicar un anestésico" a "las graves tensiones y
el sufrimiento" en Cuba.
"Se espera que su visita sea de amor y liberación. Pero ese evento no
puede sustituir el proceso de una democracia verdadera", añadió Payá en
entrevista telefónica con El Nuevo Herald.
Dagoberto Valdés
Aunque está claro que Payá tiene apoyo en el Vaticano, Dagoberto Valdés
parece ser más polémico debido a su disensión política directa y sus
choques con algunos jerarcas de la Iglesia.
Un cable diplomático de Estados Unidos informó en el 2003 que monseñor
Giorgio Lingua, entonces jefe de la sección del Caribe en la Secretaría
de Estado del Vaticano, se había quejado de "disidentes cubanos que 'se
aprovechan de la Iglesia para promover sus ideas políticas', como
Dagoberto Valdés".
Valdés, un agrónomo de una empresa tabacalera estatal en Pinar del Río,
en el extremo occidental del país, fue despedido en 1996 cuando tomó la
dirección de Vitral, revista católica provincial que criticaba a menudo
al gobierno. Las autoridades exigieron frecuentemente que la publicación
suavizara su tono.
Un despacho de los diplomáticos estadounidenses en La Habana indicó que
Valdés había alegado que Ortega "maniobró" para obligarlo a irse de
Vitral en el 2007, una vez que pasara a retiro su protector, el obispo
de Pinar del Río, José Siro Rodríguez, y lo reemplazara Jorge Serpa,
considerado más débil.
Valdés "afirma que [Ortega] está en liga con el régimen cubano. En su
opinión, el obispo Serpa, por esas razones, es una figura del régimen
tanto como lo es el cardenal Ortega, y no se debe confiar en él", añadió
el cable.
Otro cable afirmaba que un funcionario del Vaticano había dicho que el
gobierno cubano "debería estar contento, porque la Iglesia hizo su
trabajo sucio por él" en el caso de Valdés. Bajo Serpa, Vitral casi
eliminó sus críticas al gobierno.
Valdés, quien dijo que prefería ser descrito como "un católico que
piensa de manera alternativa", en vez de un "disidente", publica ahora
la revista digital Convivencia y sigue siendo un firme crítico del gobierno.
No quiso comentar sobre los cables diplomáticos y sus choques con la
jerarquía de la Iglesia, pero saludó la visita de Benedicto XVI como una
oportunidad para todos los cubanos de celebrar el 400 aniversario del
hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad, la santa patrona de
Cuba, que se conserva en la Basílica de El Cobre, cerca de Santiago.
El lema de la celebración, "La caridad nos une", se refiere a "todos los
representantes de la nación cubana, hijos todos de la Caridad:
creyentes, no creyentes, gobierno, oposición y sociedad civil, los que
vivimos en la isla y los que viven en la diáspora", afirmó. "Eso
significa que todos debemos tener participación en los cambios que Cuba
necesita, sin excluir de la Iglesia obras, personas y grupos, para
conseguir la normalización de las relaciones entre la Iglesia y el Estado".
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