Restaurantes-Paladares, son bonitos se ponen de moda, y nada más.
Ninguno de ellos podría, no hablemos ya de competir...
Juan Juan Almeida/ Especial para martinoticias.com 21 de febrero de 2012
Conozco algunos interesados en escribir la famosa Guía Michelín, esta
vez, de La Habana, para ello nombran nuevos restaurantes y hasta dan sus
mejores recomendaciones. San Cristóbal, y su comida Creole- cubana;
Vista al Mar y sus atardeceres; La Guarida, La Fontana, Le
Chansonnier…Percibo cierto sensacionalismo, en este resurgir de la
iniciativa privada, donde además se intenta obviar o minimizar la
omnipotente opción estatal. Y no es que me parezca injusto, al
contrario, este renacer es un paliativo, y el dinero con que se paga va
directo a quienes lo trabajan; pero se me hace morboso o, cuando menos,
fantasioso.
De los recientes, "Doña Eutimia" es de los más visitados, casi oculto a
un costado de la Plaza de la Catedral, el Callejón del Chorro es uno de
los lugares más curiosos de La Habana colonial. En ese pedazo de calle,
una cabeza antropomorfa — cuya boca es un surtidor — es cuanto queda del
antiguo boquerón que servía de desagüe hacia la antigua Zanja Real.
Justo allí, en el número 60, se encuentra el paladar donde puede
degustar un delicioso tamal, cerdo asado, filete miñón, pescado grillé,
pulpo al ajillo, o su plato especial, la insuperable ropa vieja. Sus
dueños son Leticia e Iván. Él es ingeniero y trabajó en el grupo de
restauración de La Habana Vieja. Quizás por ello, como recuerdo, marca
de calidad, trofeo, atractivo o agradecimiento, mantiene colgada en la
entrada una camisa del doctor Eusebio Leal.
Pero con camisa y todo, no se puede comparar con el restaurante estatal
"El Aljibe", que en plena ciudad, en el corazón de Miramar, en 7ma y 26,
logra un ambiente campestre y con la receta del difunto Sergio, dueño
del otrora Rancho Luna, el pollo que lleva su nombre es aparatoso,
excesivo, y exageradamente sabroso.
Como regla general, los paladares más famosos son casas de antiguos
dirigentes, familiares de dirigentes, tolerados ex militares, o algunos
"neodiplogentes" que, para sobrevivir, no pueden hacer otra cosa que
mostrar sus labios sonrientes, aferrarse al silencio, o brindar su
paranoico aplauso al discurso gubernamental.
Sabía usted que durante su visita Jimmy Carter y la Reina doña Sofía, en
ocasiones diferentes consumieron los manjares de dos famosos paladares
que no voy a mencionar, porque se dice que en ambos, tanto el célebre ex
Presidente, como la distinguida soberana, atraparon el "anti deleite" de
un malestar estomacal.
Restaurantes-Paladares, son bonitos se ponen de moda, y nada más.
Ninguno de ellos podría, no hablemos ya de competir, sino simplemente
acercarse a la exquisitez de, por ejemplo, el Café París del casco
histórico.
Quienes se inventan esas loas efectistas y desatinadas, o nada saben de
comer, o desconocen que el chino vaquero geriátrico (entiéndase
Presidente) supervisa su cría de Búfalos, avestruces y ganado charolé
para únicamente surtir los restaurantes que pertenecen a la cadena
"Palco" del Consejo de Estado, y/o la casa de algún agraciado. Tan
ilusos trasnochados tampoco saben que en La Habana aterriza a diario un
avión con carne americana fresca (USDA Choise) destinada, entre otras
mesas, a las del restaurante La Finca (Calle 140 y 19, Playa, rodeado de
exuberante vegetación), que regentea el más mimado, capacitado y
despiadado de los chefs cubanos, el señor Erasmo, ex soldado de la
columna de El Che.
La iniciativa privada sin recursos y sin "La mano invisible" de Adam
Smith, es un nudista motivado que atado a una bomba de tiempo sigue
siendo una ilusión.
http://www.martinoticias.com/noticias/cuba/Los-paladares-139830723.html
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