El régimen castiga a un periodista que denunció abusos del consulado de
La Habana en Quito
DDC
Madrid 08-02-2012 - 11:35 am.
Miles de indocumentados cubanos radicados en Ecuador piden a Correa que
legalice su situación.
Un periodista cubano residente en Ecuador denunció esta semana que el
régimen le retiró el permiso de entrada a la Isla tras un artículo en el
cual denunció abusos del consulado de La Habana en Quito.
David Sosa Delgado hizo circular una "carta pública" dirigida a Jorge
Rodríguez y Érick Cubiles, embajador y cónsul de Cuba en Ecuador,
respectivamente, en la que denuncia que la representación diplomática ha
revocado su permiso de entrada a la Isla y ha omitido su profesión de
periodista en un nuevo pasaporte expedido a su nombre.
Sosa Delgado es autor de un reporte, publicado en septiembre de 2011 por
el sitio en internet Martinoticias.com, según el cual los cubanos que
acuden a la embajada de La Habana en Quito son "humillados y sometidos a
tratos displicentes".
"Ha sido una práctica común que en esta esquina consular desde hace
varios años campeen la desidia, la desorganización y la falta de respeto
con los cubanos que van a hacer sus diligencias. Por ejemplo, hasta hace
muy poco las personas debían permanecer más de dos horas al sol, en
plena calle, hasta que los funcionarios cubanos llegaran en sus modernos
carros, algunos pasadas las 09:00, hora en que empieza el horario de
atención", dijo Sosa Delgado en su artículo.
Añadió que los cubanos permanecían "sentados en el piso, cerca de unas
bolsas de basura", esperando su turno para hacer trámites.
La situación no es diferente a la de los emigrados que acuden a realizar
trámites en consulados de La Habana en otras partes del mundo.
Pero en su carta pública al embajador y al cónsul, recibida en la
redacción de DIARIO DE CUBA, el periodista asegura que el artículo "cayó
como un bombazo a los 'diplomáticos' de la embajada cubana, quienes en
la voz de su titular, Jorge Rodríguez, lo rechazaron el 29 de septiembre
del mismo año".
Según Sosa Delgado, Rodríguez le acusó de faltar a la "más elemental
ética" y de utilizar la "mentira" para "denigrar a su propio país".
"Rodríguez confundió 'denigrar a su propio país' con denunciar las malas
prácticas de funcionarios ineficientes como él" y "no dio ni una sola
razón de que lo dicho por mí fuera falso, o exagerado", dijo Sosa Delgado.
"Nunca he oído a este 'diplomático' (ni tampoco a su lugarteniente,
Érick Cubiles, el cónsul) alzar su voz de protesta por los malos tratos
que muchos cubanos reciben en este país, por las muchachas ultrajadas
por policías de Migración, las retenciones ilegales en los vuelos
procedentes de TAME, las estafas de las que muchos cubanos han sido
objeto por parte de abogados, la revocatoria ilegal de visas a quienes
las obtuvieron de buena lid, el drama de los cientos de ciudadanos que
se encuentran en un limbo migratorio, pues se 'pasaron' de los 11 meses
fuera de Cuba, y en Ecuador nadie los regulariza", añadió.
Esa "mierda" contra Cuba
Sosa Delgado relató además una visita a la embajada en la cual Rodríguez
y Cubiles le "reclamaron por esa 'mierda' que había escrito contra Cuba".
"Como les dije en ese momento —y me reafirmo ahora— lo que escribí no
fue contra Cuba, sino contra la desidia, el despotismo y el abuso de
poder del que tanto Rodríguez como el cónsul Cubiles hacen gala en esa
embajada", afirmó el periodista.
Indicó que en octubre de 2011 realizó las gestiones para un nuevo
pasaporte, por las que tuvo que pagar 206 dólares. Lo recibió cuatro
meses después, el pasado 3 de febrero.
"Pero en el documento que me dieron (…) había desaparecido el 'permiso'
para entrar a Cuba", que deben obtener los cubanos residentes en el
exterior para poder visitar la Isla. "Hubiera preferido que no me
hubieran dado el nuevo pasaporte", dijo Sosa Delgado, quien criticó que
los funcionarios no le informaran de la intención de negarle la entrada
cuando realizó los trámites.
"Me prohíben la entrada a Cuba, pero no le hicieron asquitos a los 206
dólares que me costó el documento", criticó.
Añadió que en su nuevo pasaporte las autoridades omitieron también su
profesión de periodista, la cual debía constar en la primera página, y
que el documento dice que fue expedido en México y no en Quito, donde
reside.
Sosa Delgado aseguró que envió un correo electrónico al cónsul Érick
Cubiles, solicitándole una explicación sobre las irregularidades, pero
no ha recibido respuesta.
"¿Cuál fue mi pecado para esta represalia tan burda? Solo uno: tener el
valor de denunciar públicamente los abusos y vejámenes de que son objeto
los cubanos en la embajada cubana en Ecuador", dijo el periodista.
El caso de Sosa Delgado no es una excepción. La Habana suele utilizar el
permiso de entrada como mecanismo de control sobre el comportamiento de
los cubanos residentes en el exterior.
"En este momento en el que el Gobierno de Cuba habla de reformas
migratorias, y de eliminar esa regla absurda de ¡solicitar permiso para
regresar un ciudadano cubano a su propio país!, es no sólo un hecho
tremendamente inconsecuente, sino la extensión de una práctica de corte
fascista, negarme el regreso a mi país", dijo Sosa Delgado.
"Impedirle a un ser humano la simple visita a su tierra de origen (…) es
una medida abusiva, más aún si esta se implementa como represalia por un
artículo periodístico, por pensar diferente y tener el valor necesario
de exponerlo públicamente", añadió.
Miles de cubanos radicados en Ecuador piden a Quito que legalice su
situación
Por otra parte, miles de cubanos radicados en Ecuador de manera ilegal
solicitaron a Quito que legalice su situación debido a que no pueden
volver a la Isla, informó Ecuavisa.
Según la Unión de Cubanos en el Ecuador, se calcula que al menos 5.000
emigrantes de la Isla permanecen en un "limbo" debido a que las leyes
cubanas les prohíben regresar si permanecen más de 11 meses fuera.
"Soy un fantasma porque no existo en ningún lugar, no estoy registrada
en ningún lugar (…). Si, por ejemplo, quiero hacer sacar una cuenta en
un banco o cualquier trámite no puedo porque no soy nadie", dijo
Nadiesda Pérez, maestra.
Los cubanos indocumentados aseguran que su situación les limita para
conseguir trabajo.
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