Última actualización Wednesday, 21 December 2011
Por JUAN REINALDO SANCHEZ*
- La cifra oficial de 638 atentados o planes elaborados para la
eliminación física de Fidel Castro resulta verdaderamente exagerada.
Fidel Castro: el atentado como estategia del mito.
Dentro de esa estadística transnochada del oficialismo cubano vale la
pena discernir los atentados que se quedaron solamente en planes, o sea,
sin posibilidades reales de llevarse a la práctica; cuántos fueron
simples especulaciones y cuántos inventados por la propia Seguridad del
Estado, desprovista de información y, por ende, incapaz de poner en
funcionamiento el sistema de protección alrededor de Castro; y cuántas
de estas escaramuzas tenian los hombres, los medios, las armas y todos
estaban en el lugar y en el tiempo adecuados para efectuar la acción. Me
explico: si se tienen los hombres y los medios para realizar un
atentado, pero no están en el pais donde se encuentra el objetivo -en
este caso Fidel Castro- entonces las posibilidades de realización se
reducen a cero.
El gobierno cubano ha reconocido públicamente que de todos los atentados
solo 167 fueron preparados con hombres y armas. El resto -más de 500
supuestas intentonas- no pasaron de simples planes e ideas que pueden
ir desde un simple comentario en una cafetería de Miami hasta la
expresión vociferante de ¨Voy a matar a Fidel Castro¨.
Habría que analizar también cuántos de estos presuntos atentados con
posibilidades reales fracasaron sin que la seguridad cubana los
detectara a tiempo y, por tanto, eran desconocidos en el momento que
supuestamente debían realizarse.
Veamos algunos de los más importantes.
En 1961 se planeó realizar un tiro de bazooka contra la terraza norte
del antiguo Palacio Presidencial, en La Habana, desde un apartamento
situado en la Avenida de las Misiones, muy próximo al lugar donde Castro
y otros dirigentes presidirían un acto público. Las armas se hallaban
dentro del apartamento en espera del día escogido y los hombres que
llevarían a cabo la acción estaban preparados.
Días antes la Seguridad del Estado había detenido a Dalia Jorge Díaz
mientras colocaba un artefacto explosivo en la tienda Sears en la propia
capital cubana.
Se intensificaron las investigaciones de este hecho y se efectuaron
algunas detenciones, entre ellas a miembros de la organización
antigubernamental relacionada con el atentado. Los hombres designados
para atentar contra Castro desistieron de la acción al pensar que serían
descubiertos por la información que pudieran brindar los arrestados.
Algún tiempo después fué que el G-2 se enteró de toda la acción, fueron
al lugar y ocuparon las armas y se realizaron más detenciones.
De no haberse sorprendido a miembros de ese grupo en acciones que nada
tenían que ver directamente con el atentado, éste pudo haberse realizado
y la Seguridad y el propio Castro se habrían enterado mientras volaban
por los aires. Por ello, considero esta acción como una de las más
importantes y peligrosas, con altas posibilidades de realización, que se
hayan organizado contra Castro en 50 años.
Otro atentado muy peligroso fue previsto en 1963 para la cafeteria del
Hotel Habana Hilton, luego renombrado como Habana Libre.
Por esos años Castro acostumbraba a hospedarse allí y asistir a la
cafetería para tomarse un batido de chocolate. Unas cápsulas de veneno
conocido como butulina -una sustancia muy nociva que no deja rastros de
envenenamiento en la persona- fueron introducidos en el país. Una señora
llamada Angelina Grau, familiar del ex presidente Ramón Grau San Martin,
las había entregado a un trabajador de la cafeteria nombrado Santos de
la Caridad, quien escondió la cápsula en la nevera de helados con el fin
de ponerla en el batido del gobernante.
Pasaron los dias y Castro hizo presencia en la cafetería para tomarse su
acostumbrado batido. Santos de la Caridad fue a la nevera para buscar la
butulina, pero las cápsulas se habían cogelado y pegado a las paredes
del refrigerador, y se rompieron al tratar de despegarlas. Castro se
tomó su batido de chocolate y se marchó placenteramente del lugar.
Ningún organismo cubano de seguridad supo de esta acción hasta algún
tiempo después. Así fue como, por casualidad, castro se libró nuevamente
de la muerte.
El frustrado atentado de Chile, en 1971, también merece una atención
destacada.
Fidel Castro y Salvador Allende en Santiago de Chile en 1971.
Dos supuestos periodistas, con credenciales de la cadena televisiva
Venevisión, introdujeron un arma dentro de una cámara, la cual
accionarian durante el desarrollo de la conferencia de prensa con el
dictador cubano.
Ya con todo dispuesto y la cámara a unos escasos metros de la posición
que ocuparía Castro, quienes debían disparar el arma no se decidieron a
hacerlo. Castro escapó una vez más del magnicidio sin que su seguridad
se hubiera enterado del plan organizado. El gobierno chileno y el G-2
vinieron a enterarse de la acción mucho tiempo después.
Durante esa visita a Chile también se concibieron otros tres intentos de
atentado.
Uno consistía en dispararle a Castro con un fusil cuando saliera al
balcón del Palacio de la Moneda. El disparo se realizaría desde el hotel
Carreras Hilton.
Un segundo plan estaba estructurado para lanzarle explosivos desde la
terraza del aeropuerto internacional de Lima cuando su avión hiciera
escala en Perú durante el regreso a Cuba.
El último de esta serie se realizaría durante otra escala en Quito,
Ecuador, y consistía en dispararle con un fusíl de mira telescópica
desde un avión situado cerca del que usaba Castro.
No conozco las razones que obstruyeron o imposibilitaron la consumación
de estos atentados, pero sí puedo dar fe de que en ninguno de ellos la
seguridad cubana estuvo al tanto con anterioridad.
Días de escolta personal
Durante mi tiempo como escolta personal de Fidel Castro (1977-1994) tuve
también conocimiento de los siguientes planes de atentados contra el
dirigente cubano:
- Planificación de un atentado en ocasión de la visita de Castro a
Jamaica en 1977, pero no tuvo ninguna oportunidad de realización. La
seguridad personal de Castro nunca fue alertada sobre este hecho, ni
antes ni durante su visita a la isla caribeña, por lo que puedo asegurar
que ni el Centro de Inteligencia ni la Seguridad del Estado tenian el
más mínimo conocimiento de estas acciones.
- Durante la visita de Castro a Naciones Unidas en 1979 se planificó una
acción que consistía en el lanzamiento de una pelota de softbol con
explosivos al paso de su automóvil. Este intento de atentado fue
impedido FBI, que lo informó a la seguridad cubana un tiempo después.
-En 1988 hubo una idea de atentar contra Castro durante una posible
visita a Brasil, pero el viaje no se realizó, abortando el plan.
- La oficialidad cubana afirma que hubo un atentado planificado durante
la participación de Castro en los actos de investidura presidencial de
Carlos Andrés Pérez en Caracas, en 1988, pero jamás la escolta fue
alertada sobre esta acción. Se tomaron algunas medidas preventivas,
considerando el peligro que representaba la presencia en la DISIP de
personas potencialmente peligrosas para la vida de Castro. Una de las
medidas fue cambiar a Castro y su delegación del hotel Caracas Hilton al
recién terminado hotel Eurobilding, más alejado del centro de la ciudad.
Pero nisiquiera en las reuniones realizadas en Cuba para analizar los
resultados de esta visita se habló nada de este plan de atentado.
Según datos suministrados por la Seguridad del Estado, sólo en los años
90 se trataron de efectuar 16 nuevos atentados contra la integridad
física de Castro.
El mito de la invencibilidad
Conocí de la intención de derribar el avión de Castro por un disparo de
cohete tierra-aire poco antes de entrar en la pista del aeropuerto de la
ciudad de Guadalajara, México, con motivo de la I Cumbre Iberoamericana
de 1991. Estos planes prevalecieron en las visitas del dictador a
España, en 1992, y Brasil, en 1993. Ninguna se llevó a vías de hecho y
la escolta personal no conoció de ellas hasta mucho tiempo después,
cuando fueron estudiados los pormenores de esas acciones.
Pero con un sólo disparo de cohete no habría bastado tal vez para
derribar el avión de Castro. En los viajes al exterior se utilizaban dos
y hasta tres aeronaves iguales, con la posibilidad de cambiar posiciones
en pleno vuelo hacia el pais de destino. De manera que el avión
presidencial lo mismo podia salir de Cuba como primero y aterrizar en el
pais de destino en segundo o último puesto. Un sólo disparo de cohete
habría dejado en en plano de la casualidad el derribo del avión de Castro.
El gobierno cubano cuantifica todos los atentados -los 638- sin tomar
en cuenta las reales posibilidades de consumarlos. Los medios oficiales
-y sus clones de propaganda en el exterior- se han hecho eco de esta
sobredimensión de los intentos contra la vida de Castro, una estrategia
que apunta a reforzar la imagen de invencibilidad del líder.
Pero la verdad es que entre los planes no detectados a tiempo por la
seguridad cubana y los que no tenían posibilidades de realización, más
de 500 no pasan de ser simples ideas o comentarios inspirados en el
deseo de eliminar al longevo dictador.
¿Leyenda o realidad? Entronizar a Fidel Castro en el libro Guiness de
atentados contra un líder político forma parte de los mitos con que se
trata de enaltecer su legado histórico en el ocaso de sus días, cuando
el único récord que le va quedando -con absoluta certeza- es el de
dictador de la era moderna con más tiempo en el poder.
* Juan Reinaldo Sánchez formó parte de la seguridad personal desde 1968
y fungió escolta de Fidel Castro entre 1977 y 1994, con grados de
teniente coronel. Fue destituido y cumplió prisión en Cuba. Logró
abandonar la isla en el 2008 y actualmente reside en Miami. Tiene en
preparación el libro testimonial Revelaciones de un escolta, de próxima
aparición.
http://cafefuerte.com/2011/12/21/la-verdad-sobre-los-atentados-a-fidel-castro/
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