[22-12-2011]
Dania Virgen García
Periodista Independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- Sureya, la dueña de la paladar ¨El Rancho
de Surella¨, es la esposa de un antiguo jefe de sector de la policía,
más conocido por Mode, que según comentan, era bastante abusivo. Viven
en calle Jesús Menéndez entre Calzada de San Miguel y A. Allí hicieron
el restaurante en un terreno del estado, con materiales que sacaron de
la unidad de la policía de San Miguel.
Mode fue expulsado hace unos días por no dar información a la unidad del
famoso rancho que construyó, pero la paladar no fue cerrada ni hubo
decomiso alguno, porque entrega en la ONAT todos los meses 22 mil pesos
en moneda nacional.
La PNR tiene que custodiar todos los fines de semanas esa paladar. Los
que la frecuentan son personas adineradas pero de bajo nivel cultural y
pésima conducta. Las riñas tumultuarias no faltan en el local, donde ha
habido hasta puñaladas y tiros.
Los vecinos de San Miguel del Padrón comentan que los policías del
municipio son particularmente corruptos. Viven de robar los decomisos,
de los sobornos, las extorsiones y la falsificación de documentos.
También se ha sabido de varios casos de abusos sexuales.
"Son racistas y abusadores", comenta un joven negro del barrio La Corea.
"La mayoría son orientales, porque los habaneros no quieren ser
policías, pero a ellos sí los dejan estar en La Habana y hasta les
asignan buenas casas. Los policías orientales son los peores. Aunque
muchos oficiales dicen ser licenciados en derecho, apenas saben hablar
ni escribir".
Juana, la esposa del Mayor Irastosa, jefe de logística de la PNR de San
Miguel del Padrón, vive en calzada de San Miguel número 9222, entre
Jesús Menéndez y San Juan de los Pinos. Ella y sus hijos tienen hecho
santo. Los miles de pesos que les costó hacerse iyabó fueron obtenidos
de los negocios que hace en su trabajo como jefa de servicio en la 11
unidad de la policía, donde este matrimonio se apropia de todos los
decomisos del municipio.
Se llevan sacos de arroz, frijoles, carne, y materiales de construcción,
que cargan en los carros patrulleros. Su casa fue hecha y acomodada
gracias a los decomisos. Tienen negocios con el jefe de la construcción
de la unidad y utilizan la brigada de constructores para su uso personal.
Se supone que la policía, deben prevenir la alteración del orden,
vigilar las malas conductas, y combatir el delito, pero en vez de eso,
muchas veces se hacen cómplices de los delincuentes, con la connivencia
de la fiscalía y los tribunales.
La semana pasada en el barrio La Corea se realizó un operativo contra
los vendedores de drogas, en el que participaron efectivos del DTI, y la
PNR. Según comentaron los vecinos, no hubo arrestos porque los
vendedores fueron informados oportunamente del operativo policial.
¿Quién les informó? Indaguen ustedes.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=34660
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